Más de 5.000 manifestantes marcharon al gritos de "asesinos" y escribieron esa palabra con letras rojas en las ventanas de la sede de la empresa de ferrocarriles, Hellenic Train, en la capital griega.
Miles de personas se movilizaron en Atenas para protestar por el choque frontal entre dos trenes que circulaban por la misma vía ocurrido la noche del martes que provocó 57 muertes y dejó al descubierto las deficiencias crónicas de la red ferroviaria griega.
Antes, los manifestantes realizaron un minuto de silencio ante el Parlamento, en el tercer día de luto nacional.
“Estamos llenos de rabia y no podemos aceptar que en el año 2023 se produzca semejante tragedia, con decenas de muertos, entre ellos muchos estudiantes”, dijo Angelos Thomopoulos, líder de un sindicato estudiantil.
“Salimos hoy a las calles a pedir que se asuman responsabilidades, y que no se esconda ni disimule nada”, añadió.
En Lárisa, la ciudad más cercana al lugar del siniestro, y en Patra, una ciudad del Peloponeso (suroeste), se manifestaron también cientos de personas, y otra movilización está prevista para esta noche en Tesalónica, la segunda mayor ciudad del país, donde muchas de las víctimas cursaban sus estudios.
La colisión, que ocurrió entre un tren de pasajeros que viajaba entre Atenas y Tesalónica, distante a unos 500 km de su capital, y un convoy de mercancías, despertó la furia de la población que no cesó a pesar del mea culpa del gobierno por los fallos “crónicos” de la red ferroviaria, que tuvieron que ver con la tragedia.
Este viernes, los sindicatos ferroviarios organizaron una huelga por segundo día consecutivo, para denunciar “la falta de respeto que han demostrado los gobiernos a lo largo de los años hacia los ferrocarriles griegos, lo que ha conducido” a esta catástrofe.
En tanto, como parte de la investigación por el choque de trenes la policía allanó la estación de Lárisa para recabar material sobre las causas del siniestro.
Una fuente judicial indicó que las pesquisas buscan depurar posibles responsabilidades penales contra varios directivos de Hellenic Train, propiedad de la sociedad pública italiana Ferrovie Dello Stato Italiane (FS).
La justicia trata de entender por qué un tren con 342 pasajeros y diez trabajadores fue autorizado a tomar la misma vía única que un convoy de mercancías, en la línea entre Atenas y Tesalónica.
El jefe de la estación de Lárisa, de 59 años, fue detenido tras el suceso y acusado de homicidio culposo y heridas, y su abogado dijo que reconoció “su error”, pero también mencionó otros factores.
“Mi cliente ha asumido su parte de responsabilidad. Pero no hay que concentrarse en un árbol cuando detrás hay un bosque”, dijo el letrado, Stefanos Pantzartzidis.
La televisión estatal ERT indicó que el jefe de estación había sido nombrado hace apenas 40 días y pasó una formación de solo tres meses. En caso de ser declarado culpable el hombre afrontará una condena a cárcel perpetua.
“Los retrasos (en la modernización de los ferrocarriles) encuentran su origen en las patologías crónicas del sector público griego, durante décadas de debilidad”, dijo el portavoz del gobierno Yannis Oikonomou.
El nuevo ministro de Transporte, Giorgos Gerapetritis, pidió perdón a las familias de las víctimas y lanzó “una autocrítica completa del sistema político y del Estado”. Su predecesor dimitió tras el siniestro.
Por su parte, el presidente del sindicato de conductores de tren OSE, Kostas Genidounias, agregó que toda la señalización de la línea donde se produjo el accidente “está hecha manualmente; desde el año 2000 los sistemas no funcionan”.
Representantes sindicales de Hellenic Train habían advertido hace tres semanas. “No vamos a esperar al accidente que va a llegar para ver a los responsables soltar lágrimas de cocodrilo”.
Hellenic Train fue vendida en 2017 al grupo italiano Ferrovie dello Stato Italiane en el marco del programa de privatizaciones exigido por los acreedores de Grecia durante la crisis económica del país (2009-2018).