En Chauvín se consolida el formato nacido en Madrid, que propone puestas de 15 minutos, agrupadas por temáticas, pero muy diversas entre sí en un espacio en el que también conviven la música y la gastronomía. Desde este miércoles 11 de mayo, las obras son #pordinero.
Una temática. Distintas obras breves. El humor como disparador. Elencos variados. Seis puertas. La posibilidad de elegir una historia y sumergirse en ella tomando una copa. Moverse. Compartir. Aventurarse tras otra puerta. Comparar. Reflexionar. Disfrutar.
Ofrecer a Mar del Plata la experiencia de Microteatro, tal como fue concebida hace poco más de 10 años en Madrid, fue parte de la idea original de Chauvín, que hoy se consolida como propuesta en un espacio que redobló la apuesta y desarrolló un soundroom y planifica sector de exposiciones y eventos corporativos, además de contar con una oferta gastronómica diversa.
Hoy el microteatro inaugura su segundo mes renovando la propuesta temática, con ocho obras y nuevos artistas que representan historias vinculadas a #pordinero.
Así, durante un mes, de miércoles a domingos, en la sesión central (de 20.30 a 22.55) se podrá ver las obras “Y mi mamá también“, de Zenon Recalde, dirigida por Oscar Miño, con Mónica Edith Pari e Iván Ariel Rolan; “Ajuste de cuentas”, de Carles Harillo Magnet, dirigida por Paola Belfiore y Mónica Arrech, con Paula Esteve y Daniel Vignatti; “Ahorrar, temer, partir”, de Cecilia Meijide, dirigida por Julieta Lencioni, con Silvia Aragón y Andrés Zárate; “La ley Primera” de Marcela Peidro y Santiago Peidro, dirigida por Belén Rivero, con Clarisa Aiace, Silvia Aiace y Carlos de Pratti; y “El Grifo de los 5 millones de euros” de Carlos Atanes, dirigida por María Angeles Quinteros, con Luz Calabrese y Alberto Scoppa.
Mientras que en la sesión golfa (de 22.30 a 0.35), en tanto, las obras de este ciclo son: “Apostar al amor” de Daniel Cuparo, dirigida Any Messore, con Belén Fernández Díaz y Agustín Alberro; “Bebé a la carta” de Sebastián Vigo, dirigida por Agustín Barovero, con Lucas Deyacobbi, GerónimoAlí y Ornella Giacomino; y “El Primo usado”, de Charlie Round, dirigida por Natalia Kramer, con Mariana Cammi, Roberto de Largo y Matías Falacara.
“Cada obra es un mundo diferente”
El microteatro es mucho más que una obra corta. Es una experiencia, la posibilidad de incursionar, descubrir o redescubrir el teatro.
La directora artística de microteatro de Chauvín, Belén Rivero, explicó que “si bien en cada ciclo hay una temática común, cada obra es un mundo diferente”.
Actriz, caracterizadora teatral y organizadora de eventos artísticos, asumió este rol con “el desafío de armar los elencos, los equipos, buscando combinar gente que trabaja en distintos lugares, que forma parte de distintos grupos, generando una convivencia y promoviendo vínculos nuevos”.
Es que, cada mes, conviven entre 8 y 14 elencos, todos marplatenses -tanto actuación como dirección- para interpretar las piezas que Microteatro Buenos Aires va enviando a Rivero.
“Lo interesante es la lógica y la dinámica del formato, que es una franquicia de la nacida en Madrid y mantiene el espíritu del grupo de dramaturgos que organizaron una escritura de pequeñas escenas de teatro para representar en distintas habitaciones de lo que era un antiguo prostíbulo”, definió la coordinadora.
Según confió en la charla con LA CAPITAL “el público marplatense está descubriendo esta mecánica, que implica ir a un lugar, tomar algo, entrar a ver una obra con la copa, salir, pedir otra cosa, volver a entrar, como una alternativa a salir e ir al cine y a cenar, o a ver una obra de teatro y a cenar”.
La propuesta, según Rivero, se destaca “en esta época en la que no hay funciones de teatro durante la semana en Mar del Plata”.
Otra de las particularidades del formato es que “todos los meses cambia la temática y cambian los elencos, los directores y las obras. En Madrid el disparador fue microteatro por dinero, y fue un furor, por ello a partir de ahí hicieron concursos de obras y temáticas y ahora hay de amor, vacaciones, familia, entre muchos otros”.
“Una de las cosas distintas es que la grilla tiene franjas horarias, eso también respeta los orígenes del formato. Hay una sesión central y una sesión ‘golfa’ que es más tarde, con distintas obras“, explicó. En ese sentido agregó que “cada elenco hace la obra tres o cuatro veces por franja, con un intervalo de 15 minutos y, a la vez, cada obra de las que conviven en la franja horaria, comienza cada 10 minutos. Eso permite el recambio, salir de una obra e ingresar en otra”.
Para ofrecer esta experiencia Microteatro dispone del subsuelo de Chauvín, “es un espacio hermoso, en el que hay una sala de espera muy linda, con iluminación tenue, mesitas para tomar algo y charlar y un acceso a las 6 puertas a las 6 habitaciones, con capacidad para 25 espectadores, en las que se desarrollan las historias”.
“Hay que tener en cuenta que cada temática, cada grupo de obras, dura un mes. Pasado ese tiempo cambia el tema, cambia la propuesta” aclaró la coordinadora quien, para finalizar, destacó que “lo que termina de hacer a la magia, a la energía del lugar, es el movimiento, encontrarse con el bar, la gastronomía, lo que ocurre en el soundroom. Es una propuesta que invita a circular, hacer distintas actividades y que se nucleen los distintos públicos de la ciudad”.