Por Juan Manuel Cheppi
Las medidas para estimular el crecimiento de las actividades de la Economía del Conocimiento, favoreciendo la generación de divisas y el empleo calificado en un área clave para el desarrollo nacional anunciadas por Sergio Massa, ponen nuevamente a Mar del Plata en el centro de la escena y la desafía a convertirse en un modelo a seguir.
La expansión y profundización del mundo digital y el uso de la tecnología, tienen a la ciudad como protagonista. En los últimos años en Mar del Plata comenzó a desarrollarse una alternativa que plantea acercarla a los nuevos paradigmas del mercado: el polo productivo e industrial.
En ese marco, esta prometedora batería de medidas, busca estimular la exportación relacionada a servicios basados en el conocimiento y se da en línea con la premisa de generar inversión y exportación del talento de miles de argentinos y argentinas.
El nuevo régimen, al que se podrá adherir hasta el 30 de junio de 2023, comprende tres ejes centrales: fomento a la exportación, a la inversión y beneficios fiscales.
En primer lugar, mediante un DNU el gobierno habilitará a que las empresas del sector que realicen inversiones superiores a los 3 millones de dólares estén exceptuadas de liquidar el 20 por ciento de las divisas en el mercado de cambios, siempre y cuando dicha inversión esté destinada a la generación de nuevos negocios o radicación de nuevas empresas.
El segundo beneficio está dirigido a empresas inscriptas y aprobadas en el Régimen de Promoción de Economía del Conocimiento (RPEC), para que puedan acceder a un monto de libre disponibilidad de dólares, equivalente al 30 por ciento de las divisas que ingresan por las exportaciones netas incrementales realizadas, para ser aplicadas al pago de las remuneraciones de personal en relación de dependencia.
De esta manera, se suma a los estímulos fiscales que ofrece la Ley de Economía del Conocimiento para las empresas inscriptas en el Régimen, que ya son más de 540 –de las que 327 son exportadoras–, las cuales acceden a un bono de crédito fiscal correspondiente al 70 por ciento de la reducción de las contribuciones patronales del personal dedicado a dichas actividades; y una reducción de impuesto a las ganancias de 60 por ciento, 40 por ciento y 20 por ciento, según el tamaño de la empresa.
Por último, se flexibiliza el uso del bono de crédito fiscal para las cargas patronales de las empresas inscriptas en el RPEC, cuyas exportaciones representen al menos el 70 por ciento de su facturación anual, para que puedan transferirlo por única vez, con lo que se genera un mayor incentivo para el crecimiento de las firmas que prestan servicios al exterior.
La industria en torno a la Economía del Conocimiento ocupa el tercer lugar exportador de la Argentina y es uno de los cuatro pilares económicos de los próximos diez años.
Actualmente Mar del Plata cuenta con más de 120 empresas y 450 microemprendimientos en las áreas de software, electrónica, bio y nanotecnología, robótica, y audiovisual entre otras, lo que representa un potencial.
Un claro ejemplo de esto fue la inauguración en agosto pasado en Mar del Plata, de las oficinas en el Distrito Tecnológico de la Asociación de Tecnologías de la Información y la Comunicación (Aticma), que se dio mediante la financiación “Nodos de la Economía del Conocimiento”, un programa de aportes no reembolsables que lanzó en julio del año pasado el Gobierno Nacional.
Estas nuevas medidas le dan a Mar del Plata una oportunidad única para que se posicione como una de las ciudades más pujantes del sector y sea uno de los motores productivos principales en la generación de empleo.
Celebramos el anuncio de los estímulos a las exportaciones del sector tecnológico ya que son claves en la construcción de una política integral que fomente la inversión y el crecimiento del sector estratégico que garantiza que el talento de miles de argentinos y argentinas, se transforme en una marca país.
(*) Secretario General de la Cámara de Diputados de la Nación