En lo que va de la semana ya hubo dos cortes totales de ruta. Ayer se sumó una quema de gomas a las puertas del municipio que clausuró el paso vehicular en la avenida Luro.
Los cortes totales de ruta eran hasta hace poco un mal recuerdo en Mar del Plata, pero a medida que se acerca la campaña electoral se van convirtiendo en una costumbre: en un contexto dominado por el desalojo de los piquetes en Buenos Aires, en lo que va de la semana ya hubo dos protestas que impidieron la circulación vehicular en los accesos a la ciudad.
El primero tuvo lugar en lunes en la autovía 2, donde aproximadamente 200 manifestantes se instalaron a la altura del arroyo La Tapera. Así, obligaban a quienes tenían que circular por la ruta a desviarse hacia Santa Clara del Mar. No sólo perjudicaban a los que debían viajar. Entre los afectados también estaban los vecinos de los barrios ubicados a la vera de la ruta 2.
La protesta era un homenaje a 15 años de la muerte de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en el puente Pueyrredón, en Avellaneda. Por el corte, impulsado entre otras por la agrupación Votamos Luchar, ni siquiera pudo pasar el camión de la municipalidad que llevaba garrafas sociales al barrio 2 de Abril.
El segundo corte total fue ayer en el ingreso de la ruta 226. Lo convocó la agrupación Barrios de Pie para protestar por el estado de las calles de los barrios San Jorge y La Herradura. Se trata de un reclamo que, sin llegar al piquete, realizaron vecinos de distintos puntos de la ciudad esta semana, sobre todo luego de la copiosa lluvia del martes.
“La situación de los barrios de esta zona de nuestra ciudad es alarmante. Las calles aquí son inaccesibles desde un remise o colectivo. Más preocupante es aún el no acceso de una ambulancia o los bomberos. Esta cuestión hace peligrar la vida de los ciudadanos”, dijo Rodrigo Hernández, coordinador de Barrios de Pie Mar del Plata-Batán.
En simultáneo, un grupo de trabajadores del pescado cortó la avenida Luro con gomas prendidas fuego para denunciar la falta de trabajo y la precarización laboral en el sector. Conducidos por Roberto Villaola, titular de la Unión de Trabajadores del Pescado y Afines y secretario adjunto de la CTA de Los Trabajadores, generaron un caos de tránsito y volvieron a dejar en ridículo al intendente Carlos Arroyo, quien había dicho que con él se terminaba la quema de gomas.
Todo sucede en una semana marcada por el debate sobre los piquetes a nivel nacional, azuzado a partir del desalojo que efectivizó la Infantería de la ciudad de Buenos Aires de una protesta en la avenida 9 de Julio, que dejó heridos y detenidos.
El panorama de la calle había comenzado a enardecerse en Mar del Plata el 31 de mayo, cuando, en sintonía con piquetes en otros puntos de la provincia y el país, movimientos sociales confluyeron en un corte total en la autovía 2 en el ingreso a Mar del Plata. Entre ellos estaban los movimientos Teresa Rodríguez y Atahualpa.
Ese mismo día otras agrupaciones sociales, como la cooperativa la Nueva Esperanza y el Polo Obrero, se manifestaron frente a la municipalidad, mientras que movimientos estudiantiles lo hicieron a las puertas del Consejo Escolar.