Opinión

Mar del Plata se alquila

Por Carlos Gianella (*)

(*) Ex subsecretario de comunicación de Buenos Aires

Durante el año, los feriados por las fiestas son el termómetro para anticipar como se proyecta la temporada. En el 2016 ya se advirtió a través de las cifras que la temporada veraniega no sería muy alentadora al observarse en la Costa Atlántica una hotelería a medio ocupar y hasta 40% de plazas libres en los balnearios.

En cuanto a las reservas hoteleras, la secretaria de Turismo de la Provincia informó que durante 2016 el nivel de reservas cayó y la demanda de gastronomía y balnearios llegó a un 30% menos con respecto al año anterior. Para este 2017 hasta el propio subsecretario de turismo Ignacio Crotto sostuvo que “no será una temporada exitosa”. Al valor de la sinceridad no se puede agregar ningún otro atributo.

Mar del Plata, Pinamar y Cariló compiten contra las promociones para viajar a Chile o Brasil. Las reservas se concretan a un ritmo muy lento. Los precios de hoteles, gastronomía y alquileres de casa y departamentos están en promedio 25% más caros que en la temporada anterior.

El relevamiento en el sector da cuenta que a los primeros días de enero, las reservas pisan el 60%, con muchos inmuebles que ni siquiera se han podido mostrar, “no hay interesados” destacan en las inmobiliarias y muchas señalan que “hasta ahora la reserva de casas y departamento se ha presentado floja, con más pedidos de información que concreciones”.

Lo que ya es tendencia este verano, son las vacaciones de una semana o menos. Poco cuentan las quincenas de años anteriores. Según lo declaró el presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mar del Plata, Avedis Sahakian, los veraneantes “realizan estadías que en promedio son de tres días. El plus que tienen los hoteleros son los turistas que llegan a la ciudad de forma espontánea”.

Por la tendencia creciente a las estadías cortas, en los últimos años el sector hotelero le sacó ventaja al inmobiliario.

El enfriamiento del consumo llegó a la temporada de verano, los aumentos de tarifas y combustible, la pérdida del poder adquisitivo y la caída del optimismo para el año que comienza son un peligroso combo que puede producir en la temporada un mannequin chellenge comercial, esos videos en que todo los protagonistas de la escena aparecen congelados como maniquíes.

El mes de marzo será un desafío político y social para una comunidad marplatense que transita la penurias de los aumentos del costo de vida del resto del país, pero al que le agrega una mala temporada turística, vital para su comunidad.

 

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