La Ciudad

Mar del Plata registra más de 2000 despidos en lo que va del 2024

El dato surge de un informe de la Delegación del Ministerio de Trabajo bonaerense. Sin embargo, estiman que la cifra podría superar los 4000 si se incluyen trabajadores no registrados. El 94% corresponde al sector privado, siendo los rubros más afectados la pesca, la gastronomía y el comercio.

Oficialmente, más de 2000 personas se quedaron sin trabajo en Mar del Plata luego de ser despedidas entre enero y fines de agosto de 2024, de acuerdo a un completo informe de la Delegación Regional Mar del Plata del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.

El escenario de despidos, suspensiones y retiros voluntarios que LA CAPITAL dio a conocer a mediados de año, tal como advertían desde múltiples sectores, se intensificó en los últimos meses con exactamente 2023 despidos formalmente registrados por el Ministerio, un dato que amerita una aclaración no menor: estiman que los despidos no registrados, es decir, aquellos que involucran a trabajadores informales, duplicarían la cifra oficial.  

Según este informe, el 93,5% de los despidos contabilizados corresponden al sector privado (1893), mientras que el 6,5% (130) pertenecen al sector público.

Pero más allá de los números y las estadísticas, lo que preocupa es la realidad social y económica de todos los trabajadores, trabajadoras (y sus familias) que pierden su empleo.

Los rubros más afectados, es decir, aquellos donde más puestos de trabajo se han perdido, son la pesca, la gastronomía y el comercio, que han visto una disminución significativa en la actividad productiva. Aunque no son los únicos.

Raúl Calamante, Coordinador de la Región 8 del Ministerio de Trabajo, enfatizó en diálogo con LA CAPITAL que “los datos de este informe tienen que ver con el trabajo registrado, pero hay que tener en cuenta que esto se duplica si tenemos en cuenta a la informalidad”. 

Los datos recogidos en el informe provienen de tres fuentes principales: los despidos informados por cada gremio (808), los certificados de desempleo (879) tramitados por los trabajadores en la Delegación Regional y los acuerdos espontáneos firmados entre empleadores y trabajadores (336).

Según Calamante, “es importante señalar que esto es consecuencia de una política nacional que está destruyendo todo lo vinculado al empleo del mercado interno”. 


Del “despido por goteo” al “goteo permanente” 

Los sectores vinculados al mercado interno son “los que más sufren”. A pesar de que áreas como el agro, la energía y la minería presentan números alentadores, Calamante advierte que “todo eso no suma más de 400.000 puestos de trabajo”, una cifra que “no alcanza a compensar las pérdidas masivas” que se han registrado en otras áreas.

“En la Provincia de Buenos Aires, por ejemplo, se han perdido más de 160.000 puestos de trabajo”, con un impacto particular en la industria textil, manufacturera y comercial, detalló el coordinador.

Así, de los “despidos por goteo” que General Pueyrredon tenía en julio de este año, la ciudad pasó a tener -según Calamante- un “goteo permanente” con desvinculaciones que se producen en forma cotidiana por la reducción de personal o el cierre de locales o emprendimientos.

En su rol de coordinador de la Región 8 del Ministerio de Trabajo, Calamante destacó que el escenario es “muy complicado” en todo el interior, donde hay una gran cantidad de localidades bonaerenses muy golpeadas por el desempleo y el cierre de distintos tipos de empresas.

Raúl Calamante, coordinador de la Región 8 del Ministerio de Trabajo Provincia de Buenos Aires.

De hecho, marcó que en muchas ciudades “la caída de la obra pública ha hecho desastres” en la industria construcción, una actividad que, en Mar del Plata, se ha logrado sostener gracias a obras grandes en marcha como la construcción de la planta de Lamb Weston en el Parque Industrial, o la sucursal del hipermercado Coto en el sur, entre otras.

No obstante, en sectores como el comercio, el turismo o la gastronomía, en general, “los puestos de trabajo que se pierden no se recuperan”, al menos tan fácilmente, sobre todo en un contexto de escasa demanda y con progresiva caída en las ventas.

Referentes locales de varias de las industrias y actividades más pujantes de la ciudad coinciden en que los despidos se han vuelto una constante en estos últimos meses, con una doble complejidad adicional, propia del delicado panorama laboral: en general, los puestos que se pierden “no se cubren”, y “es baja o casi nula” la demanda de empleo. Así, quien se queda sin su fuente de trabajo, no encuentra rápidamente otro empleo.


Acuerdos informales

El informe detalla que, de los 2023 despidos registrados, 204 pertenecen al sector de la pesca, 130 a trabajadores estatales y 138 al sector gastronómico y comercial. El sindicato de panaderos reportó 44 despidos, mientras que trabajadores de casas particulares, maestranza y otros sectores también han sufrido la pérdida de empleo.

La Delegación Regional del Ministerio tramitó también 879 certificados de desempleo hasta fines de agosto de 2024.

Sin embargo, un dato preocupante que subrayó Calamante, es que “más de la mitad de los trabajadores” que acuden al Ministerio optan por arreglos informales con sus empleadores, lo que impide tener un panorama claro sobre la magnitud real de la crisis laboral.

Calamante explicó que “muchos trabajadores vienen al Ministerio y consultan cuál es la liquidación que les corresponde por el despido, pero a muchos les terminan ofreciendo menos y terminan haciendo arreglos personales”.

Este fenómeno evidencia, por un lado, la falta de regulación en el mercado laboral, pero también la desesperación de quienes se ven forzados a aceptar condiciones desfavorables.


Sin señales

La situación es crítica y, al igual que los gremios, el Ministerio de Trabajo “no ve señales” de recuperación a corto plazo. Calamante sostiene que “no hay un escenario que hoy nos lleve a pensar que estamos por salir de esta recesión profunda que genera una caída enorme en el mercado interno”.

La actividad turística y comercial, que históricamente ha sido un motor para la economía de Mar del Plata, se encuentra en una encrucijada. “La falta de poder adquisitivo entre la población ha llevado a una caída en las ventas, lo que a su vez se traduce en despidos y cierres de negocios”, dijo el coordinador.

La crisis se ha vuelto palpable en todos los niveles, desde los comercios locales hasta los hoteles sindicales, que “anteriormente solían estar llenos de visitantes y hoy se encuentran con muchas habitaciones vacías” porque “a la gente no le alcanza para escaparse el fin de semana”, lamentó Calamante.

La combinación de despidos, informalidad y la falta de políticas efectivas para reactivar el mercado laboral generan un ciclo de desesperanza que, de no ser abordado, podría tener consecuencias devastadoras para la comunidad en su conjunto.

 

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