Grupos de amigos y familias disfrutaron la noche en la costa. La concurrencia no fue masiva como otros años y en algunos casos no hubo barbijos ni distanciamiento social.
Como todos los años, grupos de amigos y familias se volcaron el viernes a la madrugada a distintos sectores de la costa para celebrar el Año Nuevo al aire libre. Pero esta vez fue distinto: no lo hicieron en gran número y no tenían, como en otras ocasiones, shows de fuegos artificiales para disfrutar a orillas del mar.
La temperatura, de poco menos de 20° pero agradable y sin viento, acompañó. Algunos se llevaron reposeras, parlantes, mesas y heladeras para escuchar música, seguir comiendo y brindar con el mar de testigo. Otros aprovecharon para sacarse fotos con la mejor postal de Mar del Plata de fondo o para dar un paseo de madrugada. Y no faltaron los que buscaron bajar a la playa con botellas de alcohol.
Los que lo intentaron en la zona de Playa Grande se encontraron con un impedimento: un operativo de control de la policía bonaerense coordinado junto con la Secretaría de Seguridad del municipio. Los policías solicitaban a los jóvenes que antes de bajar dejaran lo que estuvieran tomando y se pusieran el barbijo. Allí se vieron escenas de chicos y chicas que apuraban el trago, desechaban los vasos en un cesto cercano y pasaban.
El año marcado por el coronavirus terminó con un ascendente número de contagios en Mar del Plata. La misma noche de fin de año el municipio reportó 285 nuevos casos, un número similar a los que se registraban en septiembre, cuando el virus azotó con más fuerza a la ciudad. Sin embargo, en la calle por momentos esa realidad parecía no preocupar a muchos: se vieron grupos enteros de jóvenes sin barbijo ni distanciamiento social, tan despreocupados que hasta accedían a sacarse fotos con reporteros gráficos. Como si no les importara ni siquiera el qué dirán.
Una de las características distintivas de este fin de año fue que marplatenses y turistas no tuvieron la alternativa de concurrir, como ya era costumbre, a fiestas en hoteles y restaurantes. Aunque unos días antes de Navidad estaba el rumor de que el gobierno bonaerense trabajaba en la confección de un protocolo puntual para este tipo de festejos, ninguna resolución fue publicada en el Boletín Oficial y por lo tanto no estuvieron autorizadas. Tampoco los boliches funcionaron como en otros años, sino que lo hicieron con modalidad gastronómica y aforo limitado.
En contrapartida, el municipio recibió 70 denuncias por fiestas clandestinas y desactivó 20 en las que participaban 1.200 jóvenes.