Este domingo 1 de diciembre los presentan en la Feria del Libro de Mar del Plata. En charla con LA CAPITAL, las autoras explican cómo son sus historias que se leen como papiros.
Jimena y Valentina Gamarra son madre e hija. A ambas les gusta escribir historias, en especial para los más chicos. Motivadas por conseguir que cada vez más niños y niñas retomen el hábito de la lectura en tiempos de excesivos estímulos digitales, crearon “TuboCuentos“, un proyecto que presentan este domingo 1 de diciembre a las 16 en el espacio Comunidad y Energía (Mendoza y Garay), en el marco de la Feria del Libro de Mar del Plata.
En charla con LA CAPITAL, Jimena, la madre de esta dupla creativa, describe a estos particulares objetos literarios como “tubos ilustrados que contienen en su interior un cuento de tela enrollado en tamaño A4, como una especie de papiro”.
Sus tubocuentos nacieron con el objetivo de adaptar la literatura infantil al siglo XXI, en el que “los chicos tienen otras características, otras inquietudes –explica Jimena–, por lo que tal vez cambiar la forma de leer los cuentos coopere a que se despierte en ellos la llama de la literatura, que está siendo apagada, cada vez más, por las pantallas”.
Este formato lúdico e interactivo busca, a su vez, que los chicos entiendan la lectura como un juego. “Nos gustaría que no vivan la lectura como una obligación escolar para cumplir y aprobar, sino como una elección propia que se traduzca en una invitación al disfrute, la creatividad y la imaginación”, agrega.
Además de probar con un soporte material diferente al libro, madre e hija confiesan que otra forma de acercar la literatura a la realidad de los niños del siglo XXI es a través de personajes, lugares y situaciones que sean más próximas a ellos. “Las historias clásicas de príncipes y princesas han quedado obsoletas”, sostiene. Por eso, decidieron ambientar la mayoría de sus relatos en sitios emblemáticos de Mar del Plata, que van desde el puerto y el faro al Torreón del Monje, Playa Grande, Playa Varese, el Parque San Martín, con el objetivo de que puedan identificarse con estos “lugares que todos solemos frecuentar y que nos representan”.
-¿Qué las motivó a emprender juntas este proyecto literario?
-La idea nació de una charla entre nosotras en un lugar muy hermoso del bosque, donde solemos ir a desconectar de la cotidianidad. A las dos nos encanta escribir poesía y cuentos, pero tuvimos ganas de escribir algo para niños pequeños. Lo que teníamos claro desde el inicio es que queríamos crear un nuevo concepto, algo completamente disruptivo. El mayor impulso surgió tras observar permanentemente en lugares públicos a niños muy pequeños con celulares, completamente abstraídos del mundo real y de la naturaleza hermosa que tenemos en nuestra ciudad. Sabíamos que competir con las pantallas era un desafío inmenso, pero no queríamos perder la oportunidad de intentarlo y sumar nuestro granito de arena a la causa. De hecho, creamos un lema que nos representa: “Menos celu, más tubocuentos”.
-¿Cómo trabajan el proceso creativo juntas, siendo madre e hija?
-Escribir juntas, yo teniendo 39, y Valen, 13, fue una gran descubrimiento porque si bien sabemos que compartimos muchos intereses y formas de ver la vida, crear TuboCuentos nos aportó al vínculo madre-hija una nueva arista que ni sospechábamos que existía. Retroalimentarnos en esta energía creativa es algo maravilloso que nos llena a ambas y nos une desde un lugar hermoso.
-¿Qué rol cumple cada una en el proyecto?
-Valen es el ojo clínico que ve hasta el detalle más minúsculo. No se le pasa una. Está muy atenta a que todo salga como lo planeamos. La creatividad de Valen hace que tenga la palabra justa, en el momento indicado cuando tenemos una situación de producción que resolver, por ejemplo. También es muy resolutiva en cuanto a proponer nuevas y mejores formas en los procesos. Sus aportes siempre son precisos y certeros, con una mirada fresca e innovadora.
Y yo soy la que me ocupo de llevar a cabo todo lo que planeamos juntas. Plantear ideas disruptivas es una de mis especialidades, que junto con la imaginación y creatividad de ambas hace que surjan grandes historias que contar y formas muy novedosas de hacerlo.
El proceso creativo juntas es lo más hermoso de TuboCuentos. Nos enredamos en charlas larguísimas imaginando historias: yo propongo un inicio, ella lo sigue, le damos una vuelta de tuerca juntas y como por arte de magia, van apareciendo los personajes y las situaciones que representan aquello que queremos transmitir. Amamos esos momentos creativos.
-¿Por qué eligieron Mar del Plata como escenario de sus historias?
-Creemos que es muy importante revalorizar nuestro patrimonio cultural y acercar a los chicos la historia, que es en definitiva nuestra identidad. Nos imaginamos que tras leer los tubocuentos, cuando los chicos tal vez pasen por algunos de los lugares, puedan reconocerlos o recordar qué escenas del tubocuento sucedieron allí y eso invite a imaginar y aprender.
-¿Qué diferencia a sus tubucuentos de otros libros infantiles?
-Estamos convencidas que la evolución, algo inherente al ser humano, debe ir de la mano con la innovación y es hermoso desplegar el mayor potencial creativo posible en pos de un bien social: cultivar la lectura en los niños. La diferencia más sustancial con otros cuentos infantiles es que el formato de tubocuentos no solo es novedoso, sino también muy atractivo. Los chicos aman el tubo, hasta lo usan de mirador o túnel para los autitos. Además, viene con una tubobolsa que les permite llevar su cuento en forma autónoma y poder sacarlo las veces que quieran. Por la forma en la que lo hemos creado, con una tela muy especial, pueden llevarse al parque, a la playa, llenarse de arena, mojarse, ensuciarse. Se convierte en un compañero fiel para los niños y en una gran ayuda para los padres cuando se enfrentan a la temible frase “estoy aburrido”. En ese momento de aburrimiento es cuando a través de un tubocuento se puede activar la creatividad y surgir charlas, juegos, etcétera. El límite será la imaginación.
-¿En qué edades creen que funciona mejor?
-Si bien los cuentos inicialmente los habíamos pensado para niños a partir de 2 años hasta los 8 o 10, hemos visto las reacciones en bebés y es increíble cómo les fascina ver las ilustraciones. Eso nos sorprendió muchísimo.
-¿Cómo reaccionan los niños y niñas a sus tubocuentos?
-Quedan muy impactados con el tubo en sí mismo y por supuesto, con las ilustraciones de los personajes que son muy llamativas. Los que ya saben leer los leen una y otra vez. Algunos padres nos comentaron que lo guardan debajo de la almohada antes de dormir. Aquellos niños que aún no saben leer, les piden a los papás que les lean un tubocuento cada noche, les encanta revivir una y otra vez las aventuras de los personajes. Se crean rutinas hermosas con los tubocuentos.
Una presentación con sorpresas
La presentación de TuboCuentos será el domingo 1 de diciembre a las 16 en la sala Alfonsina Storni durante la última jornada de la 19ª Feria del Libro “Mar del Plata Puerto de Lectura”, que este año se realiza en el espacio Comunidad y Energía, ubicado en Mendoza y Garay.
“Vamos a hacer una presentación muy innovadora, tal como lo son los TuboCuentos”, anticipan las creadoras a LA CAPITAL.
En su Instagram @TuboCuentos, vienen contando una historia en la que ellas son las protagonistas. “Resulta que hay dos guardianas de los cuentos que viajaron en el tiempo, del año 1850 hasta el 2030, y descubren que para esa época, los cuentos no existen más, que la tecnología lo acaparó todo y están dispuestas a evitarlo, como sea. Para ello, viajan a otra dimensión en el 2024 para contactar a las versiones de sí mismas y a través del mar, dejarles una botella con las pociones mágicas para crear la TuboCuentos y así, salvar la literatura infantil”, cuentan madre e hija.
Por eso, revelan que en la presentación ambas estarán caracterizadas como las guardianas de los cuentos para contar sus historias a quienes asistan al evento. “También aparecerá un personaje muy especial, realizaremos tubucuentos entre grandes y chicos, bailaremos canciones escritas por nosotras, haremos sorteos y, para el final, habrá un regalito para cada niño que asista”, concluyeron madre e hija.