La película narra la historia de Carlos Eduardo Robledo Puch, el asesino que conmocionó a Argentina en la década del 70.
por Marta Garde
CANNES, Francia.- Adolescente de cara angelical y tirabuzones rubios, pero también dotado de una fría mente criminal. Así era Carlos Eduardo Robledo Puch, el asesino que conmocionó a Argentina en los setenta y en el que Luis Ortega se ha inspirado para ofrecer en “El Ángel” una retrato que ha convencido en Cannes.
El auténtico criminal, explica el director a los medios, “está en la cárcel desde hace 47 años, es esquizofrénico paranoide, homosexual, homófobo, una contradicción caminante que pide la libertad y cuando se la dan hace todo por no salir, pero no es nuestro Carlitos, es otro”.
Ortega quiso hacer una película “luminosa y atractiva, no oscura ni visual ni espiritualmente”, y narra esa historia que marcó el país “desde la inocencia” de un protagonista que no parece ser consciente de la gravedad y consecuencia de sus actos.
Proyectada en Una Cierta Mirada, la segunda sección en importancia del Festival de Cannes, los aplausos con los que la audiencia la ha recibido validan un proyecto en el que buscaba que “hubiera muchos colores y estuviera impregnado de la cultura pop del momento”.
La cámara sigue a ese joven Carlitos y a su cómplice, interpretado por Chino Darín, en esa sucesión de crímenes que empezó con pequeños hurtos y acabó con once asesinatos y 42 robos, por los que en la vida real le condenaron a cadena perpetua en 1980.
Ortega intentó conocerlo en persona antes de comenzar a rodar, pero a día de hoy se alegra de no haberlo conseguido: “Es un tipo encerrado y la película habla de la libertad. Es un tipo lleno de odio encapsulado y la película es una historia de amor”.
Para meterse en su piel, a Lorenzo Ferro, que debuta en la gran pantalla y vive en la que era su zona, lo ayudó “la idea de pensar que quizá si hubiera nacido en otra época podría haber sido él perfectamente, en otro contexto y en otra familia”.
“Es un niño al que le gusta divertirse y que se divierte robando. Descubre un compañero de vida y de fechorías y ahí uno puede empatizar, porque uno empatiza con la gente cuando sabe que siente algo”, apunta el actor.
El asesino en serie, detenido en febrero de 1972, con 20 años recién cumplidos, fue apodado por la prensa “El ángel de la muerte”, y sorprendió a una sociedad que no se esperaba que, detrás de un aspecto tan inocente, hubiera un criminal.
“Había mucha crueldad en la historia real, pero no me parecía un aporte ir por ese lado”, añade el director, emocionado de los aplausos dirigidos a “una película muy personal”, cuyo protagonista toma muchas vivencias de su propia adolescencia.
La película “tiene menos de Robledo Puch que de Luis Ortega”, según Darín, que ya había trabajado con el cineasta en la serie “Historia de un clan”.
La relación personal de Darín con Ferro se afianzó “en base a la relación de los personajes, un poco lo inverso de lo que suele suceder”, pero la química que ambos transmiten, la potente banda sonora del filme y su ritmo ayudan a cerrar un relato trepidante, que espera destacar en el palmarés el próximo viernes.
“El Ángel”, que en la trayectoria del director sucede a “Caja negra” (1999), “Monobloc” (2004), “Dromómanos” (2011) o “Lulú” (2014), se enfrentará, entre otras, a la siria “My favorite fabric”, de Gaya Jiji, o la iraní “Gräns”, de Ali Abbasi.
De momento, Darín dice estar viviendo Cannes “como una fiesta” en la que también está invitado su padre, Ricardo Darín, este último con “Todos lo saben”, película de Asghar Farhadi protagonizada igualmente por Penélope Cruz y Javier Bardem y que en su caso sí opta a la Palma de Oro.
EFE.