"Arriba del escenario, cuando toco una canción de mi viejo, siento lo mismo que cuando toco una canción de Lovorne". El músico destacó la "lealtad" que le inculcó su padre. Compartirá escenario con la banda marplatense Sujetos.
Luciano Napolitano promete una noche bien rockera para mañana, sábado, en Mar del Plata. Junto a su banda Lovorne, con la que está presentando el disco Lovornetorium, subirá al escenario de Casa Rock (Córdoba 2580), junto a la formación marplatense Sujetos, liderada por “Hagi” Santacroce.
Antes de su llegada a la ciudad, Napolitano adelantó algo del show de mañana y habló del camino de la música con LA CAPITAL.
– ¿Cómo se preparan para el show en Mar del Plata?
– Vamos a tocar canciones de todas nuestras épocas, pero haremos hincapié en Lovornetorium, que es nuestro último disco de estudio. Obviamente no nos vamos a olvidar de “Rock Pesado”, “Efecto Rock”, “Sexo, fierros y rock and roll”, pero con versiones nuevas, interpretadas en vivo por otros integrantes como Adrián Espósito en batería, hijo de Juan “Locomotora” Espósito, uno de mis grandes ídolos, y Marcelo Bracalente en bajo, actuales integrantes de Lovorne. Estoy muy contento de tocar junto a ellos dos.
– ¿Qué recuerdos te trae Mar del Plata?
– Mar del Plata me trae lindos recuerdos, sobre todo porque mi primera canción, ‘El Acantilado”, la escribí ahí a fines de los ’90. Fue una vuelta que mi viejo me llevó por la zona de los acantilados. Esa canción la grabé en el estudio El Abasto en 2001.
– Las canciones de Lovornetorium parecen de vivencias personales, cercanas o de observación de la realidad actual. ¿Hay alguna preferida?
– Exactamente. Eso cuentan las canciones de Lovornetorium. No tengo una canción preferida, son todas lindas. Es un disco que no me canso de escuchar, lo pongo una y otra vez en el equipo y me sigue gustando. Algo distinto a lo que me pasó con ‘Toma 1’, el disco anterior, que a la tercera vez que lo escuché ya no lo quise escuchar más. Me pasó eso porque no fue masterizado, como sí Lovornetorium. Ahora se laburó como corresponde y fue remasterizado por Diego Tomás, un amigo que tiene un estudio en Benavidez. Realmente es un discazo.
– ¿Qué dificultades o desafíos encuentran a la hora de producir su trabajo de manera independiente?
– Es difícil trabajar de manera independiente, pero no imposible. Nosotros estamos preparados para esto y lo sentimos así, nos nace. Entiendo que el que encuentre una dificultad debería observarse en su interior para darse cuenta dónde está parado y si ese es el lugar correcto.
– ¿Qué satisfacciones les da esa independencia?
– La independencia es única. Nadie te dice lo que tenés que hacer. Yo estuve en una compañía discográfica y ahora no estoy más, es horroroso cuando te dicen lo que tenés que hacer, por el simple hecho de firmar un papelito. Te tienen agarrado de algún lugar. Insisto con que el camino del músico no es lo que entra por los ojos, el camino del músico es un camino interior. Entonces las satisfacciones son infinitas. Desde tocar la guitarra sentado en el inodoro de mi casa desde mis 17 años, sin olvidar la felicidad que tenía al comienzo de mi etapa como músico, salvo cuando te dicen qué hay que hacer en el lugar que nadie debería decirte nada, porque ellos se está acoplando a tu viaje. Obviamente hay que escuchar sugerencias y prestar mucha atención cuando alguien opina… no obstante. Hay que saber escuchar de dónde vienen los consejos, porque no todos son auténticos y, esos, valorarlos como oro.
– ¿Cómo combinas el “legado” de Pappo con tu propio camino como artista?
– Hoy en día puedo decir el único camino que me marcó mi viejo fue el de la guitarra y el de hacer las cosas bien, pero sobre todo no mentirse a uno mismo. A partir de ahí seguir un camino impecable con la música, no importa si estás enfermo o falleció algún familiar, si se te cortó un dedo, te dejó tu novia o se te rompió la camioneta. Esa lealtad es la lealtad de un samurai, esa lealtad es la que yo siento en el momento de interpretar una canción de mi papá a pedido del público, porque lo hago con mucho respeto y amor y mucho cariño, sobre todo en este momento que tengo las cosas muy claras. Tiene mucho que ver el estado de ánimo, pero realmente cuando estoy arriba del escenario y toco una canción de mi viejo, hoy siento lo mismo que cuando toco una canción de Lovorne.