En Tribunales se asegura que la Cámara de Apelaciones resolverá antes de la feria si habrá juicio oral y público contra Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel.
La causa en la que se investiga la muerte de Lucía Pérez y en la cual hay tres detenidos tendrá a la brevedad una decisión importante cuando la Cámara de Apelaciones resuelva si la elevará a juicio.
Desde hace varias semanas el expediente está bajo estudio de los camaristas Marcelo Riquert y Esteban Viñas, quienes deben definir la apelación de la defensora oficial María Laura Solari sobre el fallo del juez Gabriel Bombini.
Este último había determinado que, pese a la gran cantidad de inconsistencias que tenía la investigación, el caso debía resolverse en un juicio oral y público.
Matías Farías, Juan Pablo Ofiddani y Alejandro Maciel, defendidos por Solari, están imputados de los hechos ocurridos dentro de la casa del primero y que concluyeron en la muerte de la adolescente de 16 años en octubre del año pasado.
Farías y Offidani están imputados de “abuso sexual seguido de muerte agravado por el suministro de estupefacientes y femicidio” y Alejandro Maciel por “encubrimiento agravado”.
El juez Bombini dijo en su fallo que “aparecen dudas en torno a la existencia de un abuso sexual con resultado muerte en concurso ideal con femicidio”, por lo que consideró “conveniente” debatirlo en un juicio oral.
Tanto Riquert como Viñas fueron -al igual que Bombini- muy críticos con la labor de la fiscal María Isabel Sánchez, encargada de la investigación y se mostraron algo renuentes a apoyar la hipótesis central, esa que sostiene que Farías adormeció con drogas a Lucía, luego la violó hasta causarle la muerte, con la colaboración “logística” de Offidani y la ayuda de Maciel para lavar el cuerpo.
De todos modos, el criterio podría ser el mismo que el de Bombini, es decir repetir toda la prueba en el juicio para establecer con certeza por qué los informes científicos fueron tan diferentes.
Vale recordar que en el expediente -durante un año- no se pudo confirmar la causa de la muerte de la menor hasta que la Junta Médica final de la Suprema Corte bonaerense emitió un informe unificador. Por un lado la fiscal
Sánchez se basó en el peritaje de Adalberto Bonvicini que indicó que Lucía Pérez murió por asfixia por sofocación y que tenía lesiones compatibles con abuso sexual.
La perito Natalia Corti, de la Defensoría Oficial, rechazó esa conclusión al sostener que la muerte no tenía una causa determinada y que lo mismo sucedía con el supuesto abuso sexual.
Ante semejante discrepancia, se pidió una Junta Médica final, incluso se extendió el plazo de la investigación para poder ser tenido en cuenta ese informe, y entonces llegó lo que parece alzarse como el trazo más importante en términos forenses: no se puede probar que Lucía haya sido víctima de abuso sexual y que la causa de su muerte es, probablemente, asfixia por congestión y edema pulmonar por causas tóxicas.
El hecho
La muerte de Lucía Pérez tuvo un impacto local, nacional e internacional tras la conferencia de prensa de la fiscal Sánchez en la que confirmó hechos hipotéticos que ni siquiera tenían un respaldo científico en la causa.
Al asegurar que la menor había sido captada para ser drogada y violada, con tanta violencia que hasta mencionó la utilización de “no solo de miembros viriles”, la fiscal preconfiguró un caso espeluznante. Incluso Sánchez dijo que “se produjo una atracción… de amor podemos decir, entre Lucía y Matías Farías, por lo que quedaron en encontrarse al día siguiente”.
Farías (24) y Lucía Pérez (16) se habían conocido el 7 de octubre en las adyacencias de la escuela a la que asistía la menor, en Juan B. Justo al 700. Allí Farías, junto a Offidani, le vendió marihuana a la menor y siguieron en contacto telefónico a la noche y a la madrugada ya del sábado. Finalmente en horas de la mañana Farías y Offidani pasaron a buscar a Lucía por su casa y se fueron hacia la vivienda del primero, en Racedo al 4500 del barrio Alfar.
La investigación comprobó que Offidani solo ofició de chofer y que recién reapareció a las 14.30, acompañado por Maciel. En esas circunstancias Farías les pidió ayuda porque Lucía se había desmayado -las pericias y la declaración de él confirmaron que hubo relaciones sexuales violentas y consumo de drogas.
Para la fiscal Sánchez, en base a un informe inicial preliminar, el cuerpo fue lavado y acondicionado con el fin de borrar rastros. Luego fue llevado a una sala de salud de Playa Serena donde, pese a los esfuerzos médicos, se constató el fallecimiento de la menor.
Con el paso de los meses la hipótesis fiscal se fue debilitando, al menos en términos probatorios, ya que no pudo respaldar en la ciencia forense aquella horrorosa versión oficial. Farías, al declarar, aseguró que tuvo relaciones consentidas con Lucía y que consumieron drogas. Que Lucía Pérez se higienizó y sufrió un desmayo.
En los pasillos de Tribunales se comenta que antes de fin de año la Cámara resolverá acerca de tan controversial caso y lo enviaría a juicio oral. El Estado debe ofrecer a las víctimas un espacio para discutir la prueba y a los imputados la garantía de que serán evaluadas sus responsabilidades con la totalidad de los recursos.