El País

Los subsidios de la Nación al transporte alcanzarán a $ 70.000 millones este año

Desde 2006 cuando las transferencias al sector fueron de $ 1.876 millones los subsidios crecieron 30 veces hasta los $ 56.231 millones de 2015.

Los subsidios al transporte que el Gobierno nacional deberá destinar al transporte este año se estima superarán los $ 70.000 millones, lo que implicará un incremento en torno al 30% respecto a 2015, a pesar de la actualización tarifaria dispuesta en el área metropolitana a comienzos de abril.

Así lo planteó un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), en el que se precisó que a diciembre 2015 el monto de subsidios registrado alcanzó los $ 51.096 millones, con un incremento interanual del 17%.

En tanto, las transferencias de capital también para el sector del transporte fueron para 2015 de otros $ 5.134 millones, lo que significó un incremento del 22%.

El titular de Asap, Rafael Flores, dijo a Télam que en este rubro se está registrando una aceleración del incremento de la remisiones del presupuesto que al 31 de julio alcanzó un aumento del 32% en el caso de los subsidios, y del 26% para las transferencias de capital, en una relación porcentual que este año superior a los destinados al sector energético.

Con esta proyección parcial, Flores estimó que los subsidios y transferencias al transporte del Presupuesto nacional podrá ascender en todo 2016 a los $ 70.000 millones de dólares, una cifra importante pero bastante inferior a los $ 215.000 millones que la misma entidad proyectó para este año en el rubro energético.

Para cuantificar la escalada de los fondos destinados al transporte, el informe resaltó que desde 2006 cuando las transferencias al sector fueron de $ 1.876 millones los subsidios crecieron 30 veces hasta los $ 56.231 millones de 2015.

Flores explicó que “en el tema de transporte hay componentes como para que los subsidios crezcan en esta magnitud”, entre los que destacó que “la suba de las tarifas no fue tan alta como la de la energía, sino que se manifiesta en una actualización mas gradual”.

También tiene influencia “el impacto que tuvo la devaluación en el precio de los combustibles, lo que genera un aumento de costos bastante directo para las empresas de transporte; y se observa un impacto muy fuerte en salarios”.

Pero a diferencia de los subsidios energéticos, el especialista en temas presupuestarios destacó “en el caso del transporte la mejor focalización hacia aquellos sectores de clase media, clase media baja y baja que son los objetivos de este tipo de políticas”.

“El efecto redistributivo permite que este dinero llegue a los sectores que más lo necesitan, a pesar de que se está subsidiando la oferta y están fuertemente focalizados en el Área Metropolitana Buenos Aires”, agregó.

En el caso de la energía “ocurre exactamente lo contrario, ya que el 20% más rico se lleva el 32% de los subsidios orientados al sector, mientras que el 20% más pobre se lleva el 8% del total de fondos, con lo cual el impacto es claramente regresivo”.

Flores planteó que en el área de transporte “no hay una resolución del tema subsidios tan compleja como la que presenta el área energética, no sólo porque representa menos plata, sino porque tiene un componente redistributivo importante que permite llegar a los más pobres, la forma de actualización de tarifas se está presentando más gradual”.

No obstante, el titular de Asap planteó que la “salida ideal” sería pasar a un esquema de subsidio a la demanda para lo cual el Gobierno ya cuenta con “una herramienta muy buena y que puede resultar de eficacia como la tarjeta Sube” que requiere ser personalizada para tener mucho más claro a quién se subsidia y que tipo de viaje se subsidia”.

“Cuando el subsidio pasa por las empresas es más difícil ver cuánto llega al usuario y cuánto queda en el camino. Salir de este esquema requiere un plan mucho más fuerte, pero lo fácil es subsidiar la oferta”, cuestionó.

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