Si bien los hay de $250, aquellos con filtros más elevados no bajan de los $350. Qué precauciones tomar cuando los efectos del sol no distinguen clase social, pero el remedio sí.
¿Quién no volvió de una jornada de sol con la piel prendida fuego y con la certeza de que esa noche no iba a poder dormir? ¿Quién no juró, frente al espejo y mientras se pasaba aloe vera, que nunca más se expondría al sol sin protección? ¿Y quién no ha repetido esta secuencia en loop todos los años, todos los veranos?.
Junto con el calor, llegan los asados con amigos, los mates en la costa y las noches en la playa. También llega la temporada en la que la gran mayoría decide comprar bloqueadores o protectores solares, dado que la exposición al sol se hace por tiempos más prolongados e impulsa la necesidad, casi ineludible, de cuidar la piel.
Así todo, la adquisición de estos productos, en general, forma parte de las prioridades de compra a partir de octubre y vuelve a desaparecer a fines de abril, paralelamente con la disponibilidad de tiempo libre de un amplío universo de ciudadanos. Esta poca frecuencia de compra, sumado a los altos índices inflacionarios, hace que, aquellos que puedan comprarlos, se sorprendan por los precios; y los que no, evalúen otras precauciones.
La oferta disponible en supermercados y farmacias de productos para uso previo a la exposición varía según marca, factor y si se trata de bronceadores, protectores o bloqueadores. Esta última calificación se da por si aceleran el bronceado y ayudan a que la piel se mantenga humectada con índices bajos de protección solar (bronceadores), permiten el bronceado, pero impiden que tu piel se queme (protectores) u ofrecen protección máxima y bronceado mínimo (bloqueadores).
En cuanto a precios, si bien se percibe una amplia oferta, ninguna marca baja de los $180, $200 pesos. Los de factor 50, los más recomendados por los especialistas, encuentran su piso en los $350 y su techo, generalmente, en los $500 o $600.
“Las obras sociales no cubren estos productos, a menos que tengas alguna patología o enfermedad en la piel que amerite el uso de protectores hasta en invierno”, señaló a LA CAPITAL, la dermatóloga del Materno Infantil Angela Insogna. En relación al ámbito estatal, aseguró que el nosomocio siempre intenta brindar soluciones a aquellas personas que presenten esas patologías.
A tener en cuenta
En este sentido, tener en cuenta las franjas horarias de exposición y/o hacerlo con una remera manga larga son algunas de las opciones que surgen a la hora de buscar alternativas para el cuidado de la piel. Es que se sabe que las consecuencias del sol no entienden de clase social, pese a que el valor del remedio en ocasiones sí.
“Siempre hay que tener en cuenta que cuando empieza la primavera y el verano, es decir, cuando el sol está en el hemisferio sur, es el momento para empezar a cuidarse. O sea que hablamos desde septiembre hasta abril”, explicó la doctora y recomendó tratar de no exponerse al sol entre las 10 y las 16. “Aunque los cuidados deben estar siempre, incluso fuera de ese horario”, aclaró.
Así las cosas, Insogna señaló que la aplicación de cremas protectoras debe realizarse en las zonas expuestas y, en lo posible, con factor mayor a 50. “La gente utiliza usualmente un 20, que protegen de quemaduras o eritemas pero no de los rayos que hacen daño a largo plazo”, indicó.
“Hay una amplia oferta en el mercado, pero es verdad que son muy caros. Lo único que puedo recomendar es que previo a hacer una compra que implique ese gasto, la gente se dirija al dermatólogo y averigüe qué tipo de producto es el más acorde para su tipo de piel, porque no es lo mismo una piel blanca que una morena. Y, también, que protejan siempre a los niños”, aconsejó, advirtiendo también que sólo sean comprados en farmacias.
En cuanto a la frecuencia de uso, la doctora habló de una aplicación “veinte minutos” antes de exponerse al aire libre y luego, cada dos horas. A su vez, frente a la intensidad del sol en este lado del mundo, señaló la importancia de tomar recaudos que van desde la protección de la piel hasta la concientización.