Llevaba 25 días prófugo tras la desaparición de su ex pareja. Fue detenido cuando se movilizaba en bicicleta por la avenida Vértiz, a sólo siete cuadras de donde se produjo la desaparición de la mujer.
Ricardo Rodríguez (54), el hombre que estaba prófugo acusado de la desaparición de Claudia Repetto desde comienzos de mes, fue atrapado anoche cuando circulaba en bicicleta por un sector cercano a la avenida Vértiz y Edison.
Un amigo de la familia Repetto lo reconoció y de inmediato llamó a los hijos de la mujer, que se dirigieron al lugar y confirmaron que se trataba de él.
“Yo no me llevé a Claudia”, fueron las únicas palabras que dijo Rodríguez mientras era retenido por amigos y los propios hijos de Repetto, cuyo paradero sigue desconocido.
Anoche, una vez que quedó en custodia policial, Rodríguez fue trasladado a la comisaría tercera y de allí hasta la sede de Tucumán y Laprida, donde se hizo presente el fiscal de la causa Fernando Castro.
“Rodríguez queda detenido pero no se le puede tomar declaración hasta tanto lo asista un abogado, en este caso un defensor oficial. El trámite será mañana por la mañana en tribunales”, explicó el representante del Ministerio Público fiscal que fue duramente cuestionado por la familia Repetto. Los hijos de la mujer acusaron a Castro de “no hacer nada, de no escucharnos, igual que la policía que cada vez que tuvimos una novedad no nos dieron bola”.
Rodríguez está acusado del delito de femicidio o de privación ilegítima de la libertad respecto de Claudia Repetto (54), su ex pareja, quien desapareciera en la noche del 1 de marzo.
“¡Ya lo tenemos, ya lo tenemos!”, se escuchó celebrar a la gente más próxima a Claudia Repetto.
Tras la detención personal del Comando de Patrullas revisó la mochila que llevaba Rodríguez y en cuyo interior había un par de cubiertos, una llave de una casa (dos comunes y una computarizada propia de un departamento) y ropa, entre otros elementos de valor.
Durante los últimos 25 días los hijos de Repetto habían mantenido una actitud activa en la búsqueda tanto de su madre como de Rodríguez. Aseguraban que tanto la policía como la fiscalía no hacían todo el esfuerzo necesario y cuestionaban cada decisión o estrategia investigativa.
Así, tenían establecida una rutina que se mantuvo inalterable pese a la cuarentena decidida por el Gobierno nacional. “Sabemos que estamos violando la cuarentena, pero a mí mamá no la vamos a dejar de buscar”, dijo uno de los hijos el jueves.
El caso se inició el 1 de marzo a las 20.42 cuando Claudia Repetto envió el último mensaje a un amigo que la esperaba a metros de su casa en la calle Don Orione al 1500. Rodríguez, ex pareja de la mujer y frecuente hostigador tras la separación del año pasado, se había mostrado violento a las 19, cuando persiguió al amigo de Repetto después de que la dejara en la vivienda.
Se cree que entre las 20.42 y las 21.09, cuando el amigo recibió un mensaje del teléfono de Repetto cancelando la cita, Rodríguez la interceptó.
Una cámara de seguridad mostró a Rodríguez dejar la casa a las 3.30 de la madrugada, aproximadamente, en moto y con un “bulto” en el asiento. Una hora después regresó a la casa, tomó la bicicleta en la que a la noche circulaba y desapareció.
Desde ese momento ambos estaban con paradero desconocido. La hipótesis más extrema sostiene el asesinato, y la más benevolente, aunque casi sin lógica -todo el caso está rodeado de peculiaridades-, es que Repetto haya sido mantenida todo este tiempo viva y oculta.
La aparición de Repetto depende exclusivamente de lo que Rodríguez declare ante el fiscal Fernando Castro.
La excusa y el silencio
Rodríguez no habló. Apenas balbuceó que él no tenía nada que ver con la desaparición de Repetto, una respuesta que a la luz de la numerosa prueba en su contra resulta apenas una excusa.
En la mañana de hoy recibirá la asistencia legal de Gabriela Zapata, la Defensora Oficial que deberá reunirse antes de la audiencia de declaración indagatoria o, como se dice en la actualidad, en el marco del artículo 308 del Código Procesal.