Jonathan Pugni fue condenado a prisión por un hecho similar ocurrido en marzo de 2017, cuando junto a dos cómplices entró a robar a una casa y ató a las víctimas. Sobre Lucas Bazán, en tanto, pesa una causa por intento de asesinato.
No eran ladrones inexpertos, sino más bien todo lo contrario. Cuando la policía identificó a los dos hombres de 32 y 33 años detenidos sobre la medianoche del martes, en las inmediaciones de la casa de una jubilada que había escuchado ruidos en su patio, supo que se trataba de delincuentes con frondosos antecedentes penales.
Jonathan Pugni y Lucas Ariel Bazán habían intentado hacerlo otra vez: entrar a robar en la vivienda de una anciana tras saltar un paredón, introducirse en un patio interno y romper una ventana. Si lo hubieran logrado, afirmaron fuentes del caso a LA CAPITAL, la mujer podría haber pasado las peores horas de su vida. O tal vez las últimas.
Pero la víctima fue más rápida que los propios asaltantes y, no bien sospechó que en el sector trasero había intrusos, llamó al 911. El resultado fue un importante “operativo cerrojo” que el personal de la comisaría segunda montó sobre la manzana de Rawson al 3000, y que acabó con la detención de los dos peligrosos ladrones.
En poder de Pugni y Bazán, los uniformados hallaron una mochila con herramientas varias con las que se presume que habían alcanzado a forzar una reja y romper el vidrio de una ventana del inmueble. Todos esos elementos fueron secuestrados.
Los aprehendidos quedaron a disposición de la Justicia y se supo que ambos tenían prontuarios formados de antemano: sobre Lucas Ariel Bazán pesa una acusación por el delito de “tentativa de homicidio”, además de dos sentencias con una pena unificada a 8 años de prisión por robos anteriores. Mientras que Jonathan Pugni fue condenado en noviembre de 2018 también a 8 años de prisión por un asalto similar cometido el 23 de marzo de 2017, y tras ser considerado reincidente en este tipo de casos.
En esa oportunidad, Pugni y dos cómplices identificados como Mauro Agustín Papponetti y Eduardo Basilio Acuña ingresaron a una casa ubicada en Génova al 6900 tras escalar un paredón de dos metros de altura y desactivar la alarma de la casa cortando para ello los cables de la misma.
Según la investigación llevada adelante por la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) local en conjunto con el fiscal Mariano Moyano, una vez en el interior del inmueble, los delincuentes se ocultaron en un pasillo que comunicaba al patio de la vivienda, donde aguardaron la salida de sus moradores.
Luego, alrededor de las 9 de la mañana, los asaltantes abordaron al dueño de la propiedad cuando salió, entraron y redujeron a los presentes, atándolos de pies y manos. Tras ello, le exigieron a la mujer que también vive en el domicilio la entrega de dinero bajo amenazas de golpearla con un fierro en la cabeza: lograron apoderarse sólo de 120 pesos y un teléfono celular.
A través de la investigación realizada por el personal de la DDI y el fiscal Moyano, Pugni y los otros dos ladrones fueron detenidos y juzgados en noviembre de 2018. En ese entonces, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 los condenó a penas de entre dos años y medio de prisión (de ejecución condicional) a ocho años.
Conforme pudo saber este medio, la pena de Pugni finalizaba en marzo del próximo año, por lo que en julio del corriente se le permitió presentar un pedido de libertad condicional que le fue concedido. Fue entonces cuando abandonó la cárcel de Batán a la que ahora volvió a ser trasladado.