Con protocolos y aforo reducido, atraviesan una "buena" temporada dentro del contexto de la pandemia. La segunda quincena fue también la mejor de la temporada.
En tiempos donde miles de argentinos buscan un lugar para vacacionar de un modo seguro por la pandemia de coronavirus, los campings aparecen como una gran opción: se adaptaron a la nueva normalidad con estrictos protocolos para evitar los contagios y atraviesan una temporada a la que califican como “buena”, siempre y cuando se la encuadre en un contexto de pandemia.
Para poder abrir sus puertas, los campings debieron incorporar distintas medidas de seguridad sanitaria y reducir el número de personas a hospedar para garantizar la distancia social. “La temporada es aceptable y si se tiene en cuenta la pandemia esta segunda quincena es positiva”, sostiene Carlos Philapsidis, del camping El Griego. Y, enseguida, explica: “Lo nuestro es muy grande. Tenemos El Griego y tenemos dos parques, Aquópolis y Aerópolis. Esa combinación hace que tengamos una temporada aceptable, será un verano de 5 o 6 puntos cuando el clima acompañe. Cuando no, como en toda la ciudad, bajan las expectativas porque la gente no viene”.
En el camping Calasanz, el balance de la segunda quincena también es bueno. “Se empezó a mover mucho más. Para la primera quincena de febrero ya tenemos todo el complejo reservado y vamos ahí. No muy bien, pero vamos bien”, cuenta el encargado del lugar, Maximiliano Siñeris.
Al igual que el resto de los rubros vinculados con el turismo, los camping están trabajando hasta un 50% menos que el verano pasado. “Ya no más por los aforos, nosotros estamos manejando un 30 o 35% de la capacidad total del complejo”, cuenta Siñeris.
La estadía promedio es de tres noches. “El clima acompañó y fue una semana muy buena, pero siempre aclaro que no comparando con el año pasado, aunque era preferible esto a no tener temporada”, agrega Philapsidis.
Los campings lograron tener un respiro económico después de las dudas sobre si iban a poder abrir en temporada.
“Vivimos una incertidumbre tremenda, nosotros habíamos presentado protocolos en agosto, los habían aprobado y cuando vino el gobernador en octubre dijo que camping no iba a haber. Eso nos cayó como un balde de agua fría porque sabíamos que estaban todas las condiciones dadas para poder hacerlo”, cuenta. Y dice: “Por suerte después empezamos a hablar con la Provincia, con la Cámara de Campings e hicimos protocolos basados en campings de Estados Unidos, Canadá, Francia y España y pudimos trabajar, aunque perdimos dos meses. Nuestra temporada arrancó en diciembre, cuando solemos arrancar en septiembre”.
A esto hay que sumarle que los complejos estuvieron cerrados durante el año, época en la que suelen recibir a contingentes de estudiantes. “Fue muy complicado. Por suerte el gobierno con los ATP nos dio ayuda, pero no nos alcanzaba así que estamos remándola y buscándole la vuelta, pero somos positivos de acá a lo que viene”, analiza Philapsidis.
Los protocolos
En una recorrida de LA CAPITAL, el encargado del camping Calazans, Maximiliano Siñeris, mostró cómo es el protocolo para evitar contagios de coronavirus en el camping que tiene a cargo. “En el ingreso tenemos un punto de sanitización, donde se le toma la temperatura a la gente, se le aplica alcohol y tenemos una barrera sanitaria para los pies”, contó.
A su vez, dijo que las baterías de baño dan la posibilidad de asignarle a cada grupo que visita el predio un sanitario en particular, los cuales se higienizan entre cuatro y cinco veces al día.
Lo mismo ocurre con las duchas, para las que se solicitan turnos, lo que permite organizar mejor como se le destinan a cada visitante y, una vez que son utilizadas, se procede a su posterior desinfección.
Por su parte, Philapsidis contó que El Griego cuenta con siete piletas, las cuales también tienen un aforo reducido. “Cada pileta, de acuerdo a los metros cuadrados, tiene una capacidad de personas que se puede dejar ingresar”, explicó y remarcó que esto les brinda la posibilidad de “no amontonar a la gente”.
Mientras tanto, cientos de personas descansan y disfrutan en estos espacios, que cuentan con dimensiones que permiten garantizar la recreación con distancia social, en un marco natural en el que la tranquilidad es la protagonista.