Un estudio analizó esta capacidad de los arqueros frente a la forma que procesan la información de los sentidos otros jugadores y personas no futbolistas.
Los arqueros de fútbol tienen que tomar decisiones en fracciones de segundo basadas en información incompleta para impedir el gol. Un estudio señala que estos jugadores presentan diferencias fundamentales en su forma de percibir el mundo y procesar la información multisensioral.
Un estudio que publica hoy Current Biology analizó esta capacidad de los arqueros frente a la forma que procesan la información de los sentidos otros jugadores y personas no futbolistas.
El equipo de investigadores, encabezado por Michael Quinn, de la Universidad de la Ciudad de Dublin, ahora psicólogo y arquero profesional retirado, señaló que puede ser la primera vez que hay pruebas científicas de esa capacidad de los guardametas.
Los arqueros tienen que tomar miles de decisiones muy rápidas basadas en información sensorial limitada o incompleta, lo que llevó al equipo a hipotizar que poseen mayor capacidad para combinar la información de los distintos sentidos, lo que fue confirmado por los resultados.
Los investigadores reclutaron a 60 voluntarios, incluidos arqueros profesionales, otros jugadores profesionales y controles de la misma edad que no jugaban al fútbol.
Buscaron diferencias en lo que se conoce como ventanas de vinculación temporal, es decir, la ventana de tiempo dentro de la cual las señales de los diferentes sentidos probablemente se fusionen o integren perceptualmente.
En cada prueba, a los participantes se les presentó una o dos imágenes (estímulos visuales) en una pantalla, que podían presentarse junto con uno, dos o ningún pitido (estímulo auditivo). Esos estímulos se presentaron con diferentes períodos de tiempo entre ellos.
Los ensayos con un destello y dos pitidos conducían generalmente a la percepción errónea de dos destellos, lo que demuestra que los estímulos auditivos y visuales se han integrado. Esa percepción errónea disminuye a medida que aumenta el tiempo entre estímulos, lo que permitió a los investigadores medir la amplitud de la ventana de enlace temporal de una persona, ya que cuando ese periodo es más estrecho indica un procesamiento multisensorial más eficaz.
Las pruebas mostraron que, en general, los arqueros presentaban marcadas diferencias en su capacidad de procesamiento multisensorial, pues esa ventana era más estrecha que la de otros jugadores y los no futbolistas, lo que indicaba una estimación más precisa y rápida de la sincronización de las señales audiovisuales.
Otra diferencia es que los arqueros integraban menos los destellos y los pitidos, lo que sugiere que no mostraban tanta interacción entre la información visual y la auditiva.
Los investigadores consideran que estas diferencias se derivan de la naturaleza de la posición de arquero, en la que prima la toma rápida de decisiones, a menudo basadas en información sensorial parcial o incompleta que llega en diferentes momentos. Por ejemplo, observan cómo se mueve el balón en el aire y también utilizan el sonido del golpe.
Tras una exposición repetida a esos escenarios, los arqueros pueden empezar a procesar las señales sensoriales por separado en lugar de combinarlas.
El equipo estudiará si otros jugadores con posiciones especializadas pueden mostrar diferencias perceptivas. Además, quieren dilucidar si esa capacidad deriva de los entrenamientos desde una edad temprana o si es inherente y atrae a los jóvenes que la tienen a la posición de arquero.