por Gabriel Foglia
Empecé a leer “Once anillos”, el libro en el que el entrenador Phil Jackson cuenta cómo ganó 11 títulos de la NBA (6 con los Chicago Bulls y 5 con Los Angeles Lakers). Me interesaba conocer la cocina de dos de las más grandes dinastías de la NBA, pero me sorprendió, porque el libro no solo deja contentos a los amantes del básquetbol sino que también está lleno de conceptos y ejemplos que pueden ser perfectamente aplicados en nuestra vida personal y profesional.
Gran parte de la filosofía Jackson para el manejo de grupos se basa en el trabajo que realizaron Dave Logan, John King y Halee Fischer-Wright sobre el liderazgo tribal. El argumento de los autores es que todos, de una u otra manera, formamos parte de una tribu: un grupo de entre 20 y 150 personas con los que interactuamos diariamente.
Las tribus, de acuerdo con el trabajo de los autores, se desarrollan en distintas etapas:
– Etapa 1: adoptada por las pandillas callejeras, se caracteriza por la agresividad, hostilidad y el pensamiento colectivo “la vida apesta”.
– Etapa 2: compuesta principalmente por gente apática que se percibe como víctima pasiva del sistema.
– Etapa 3: enfocada en el logro individual más allá del grupal. La frase que los describe es: “Soy muy bueno y vos no”. Cada uno de los miembros intenta ser mejor que el resto y el resultado final es una colección de guerreros solitarios.
– Etapa 4: dedicada al orgullo tribal y la convicción de “somos muy buenos y el resto, no”. Este tipo de tribu necesita adversarios muy poderosos para florecer.
– Etapa 5: una extraña etapa caracterizada por un inocente sentido de descubrimiento y el fuerte convencimiento de que “la vida es bella”.
Los Chicago Bulls de inicios de los 90 eran un equipo en la “etapa 3”, liderado por Michael Jordan, quizás el mejor jugador de la historia del básquetbol. Para ganar campeonatos debieron pasar a la etapa 4 y luego a la 5, lo que requirió que cada uno de los miembros hiciera sacrificios y se adaptara a un sistema para llegar a un logro mayor. A principios de los 2000, Los Angeles Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal debieron hacer un camino similar para lograr ganar 5 campeonatos.
Las analogías entre las situaciones que describe el libro de Jackson y las que podemos encontrar en nuestro día a día son muchas: por qué no logramos los objetivos propuestos si tenemos a los mejores en nuestro equipo, por qué es tan difícil lograr una visión conjunta y trabajar en bloque, por qué es necesario pelear con nuestro ego para crecer, por qué la confianza es fruto del entrenamiento, entre otros.
Cada grupo o tribu tiene sus propios mecanismos o palancas que lo pueden activar para crecer. Un equipo en una etapa superior de desarrollo siempre va a ser mejor que uno inferior. Sin embargo, el consejo más importante de Jackson es olvidarse de los anillos que se otorgan a quienes ganan el campeonato y enfocarse en el proceso de mejora. Las ganas de triunfar o el odio a perder nos llevan a perder el control sobre las emociones. Lo más importante es jugar bien y tener el coraje para crecer en todos los sentidos. Los anillos vendrán solos.
(*): Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo.