Investigadores españoles analizan las variables de la personalidad que predisponen a la nomofobia: el miedo a no tener el teléfon móvil al alcance de la mano.
Rasgos como baja autoestima, altos grados de extroversión y escasos niveles de responsabilidad y estabilidad emocional predisponen a los adolescentes a depender de los smartphones o celulares inteligentes, según un estudio de la Universidad Rovira i Virgili (URV) que publicó la revista Journal of Adolescence.
Estos son los rasgos de la personalidad que predisponen a padecer nomofobia (que deriva de la expresión anglosajona no-mobile-phone phobia), una adicción que se manifiesta con un elevado grado de ansiedad por no tener el teléfono móvil al alcance de la mano o no poder utilizarlo.
El rápido desarrollo tecnológico de los últimos años produjo variaciones en los hábitos de las personas, especialmente en cuanto al uso de los teléfonos inteligentes: algunos estudios muestran cómo en países como Estados Unidos, por ejemplo, un 92 por ciento de los adolescentes se conectan al celular cada día, y un 24 por ciento de ellos dice que está en línea “casi de forma constante”.
De hecho, el número de teléfonos móviles superó por primera vez a la población mundial, y España aparece como líder en Europa en el mercado de smartphones, según el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) del estado español.
En ese contexto, los investigadores Joan Boada, Lídia Argumosa y Andreu Vigil, del Departamento de Psicología de la URV, realizaron un estudio entre alumnos de bachillerato y universitarios que reveló que “existen variables de la personalidad que predisponen a padecer adicción a los smartphones”.
El trabajo, el primero que se hace entre población latina y de habla castellana, muestra que hay cuatro rasgos fundamentales para que aparezca esa adicción: el que más destaca es la baja autoestima, seguido de un grado elevado extroversión y poco nivel de responsabilidad y de estabilidad emocional.
Para llegar a esas conclusiones, los investigadores realizaron encuestas a cerca de 250 estudiantes, que incluían un test de autoestima y otro de personalidad.
Esas características de la personalidad, señalaron, tienen carácter acumulativo, por lo que “personas con baja autoestima y poca estabilidad emocional tendrán más predisposición a padecer esa adicción”.
Según adelantaron, los investigadores quieren ampliar la investigación sobre esa adicción al ámbito laboral.