Una charla con los actores de “El botones”, obra que sube a escena en el Teatro Provincial. Cuatro situaciones diferentes involucra a los mismos personajes, en una historia que dirigió Roberto Antier. “Es una comedia que arranca de la misma manera y después te lleva para otro lugar sin darte cuenta”, dijo Lopilato.
Un hotel cinco estrellas. La principal suite del complejo recibe a una pareja de recién casados. El botones informa y muestra las bondades de la habitación. Hasta que se corta imprevistamente la luz y lo que sucede no tiene desperdicio. El botones se vuelve impertinente, tozudo e intervencionista. Aparece una mucama delirante. Cuatro diversas situaciones suceden en “El botones” (Teatro Provincial), la obra de teatro que tiene dirección de Roberto Antier, producción de Aldo Funes y actuaciones de Darío Lopilato, Viviana Saccone, Laura Novoa y Flavio Tomaso.
LA CAPITAL charló con Lopilato y Saccone: la situación económica, el ecosistema teatral de Mar del Plata, el rol del humor en plena crisis y la definición de cada personaje fueron parte de los temas abordados. Para ambos, la buena química del elenco es clave: “Se dio una linda comunidad entre los cuatro, nos entendemos, nos divertimos, es un poco lo que le pasa a la gente cuando nos ve”, dijo Saccone. Y Lopilato acertó: “Esa cosa de contención arriba del escenario, eso de ‘si vos te quedas yo estoy y si yo estoy vos no te quedas’, se complementa el grupo”.
“Roberto Antier nos saca de hacer el chiste fácil, de hacer la humorada y nos lleva a que trabajemos en serio”
-Darío ¿cómo conformaste este botones que es tan intervencionista y tan gestual?
Lopilato: -Se fue dando. A mí me encanta mucho poder transitar la comedia corporalmente y a raíz de una situación, de una acción. Si bien tuvimos pocos ensayos, creo que valió mucho la pena. Hicimos mucha mesa, al principio.
-Hacer mesa es leer los personajes de la obra, ¿no?
Lopilato: -Sí, es leer, leer, leer. Tengo la bendición de tener un productor que me bancó. Pasé año nuevo y Navidad con la familia, en Canadá y hubo un receso hasta que nos volvimos a encontrar arriba del escenario. Desde allá pasamos letra vía Zoom.
-¿Se nota la crisis en el teatro, cuesta sacarle una sonrisa a los espectadores?
Lopilato: -La gente elige mucho, elige, elige, piensa qué va a haber. Comenzamos la obra con un proyecto y después a mitad de diciembre se fue por el otro lado, porque no sabíamos qué iba a suceder y hoy en día se puede decir que la entrada del teatro no aumentó, está igual a 2023. La producción quiere que la familia que quiera ir (al teatro) tenga la accesibilidad. Eso es importantísimo. Pienso que nuestra profesión tiene altos y bajos. Por ahí tenés la mejor obra de teatro, la mejor dirección, lo mejor todo y ya lo dice (Carlos) Rottemberg: “Una vez que tenés todo sacá el boleto de lotería y fíjate a ver si te llega el premio”.
“Me encanta mucho poder transitar la comedia corporalmente”
Saccone: -Es un momento difícil y la situación que estamos viviendo se ve, pero desde lo económico básicamente, yo no veo que la gente vaya y esté deprimida o que cueste sacarle una sonrisa, porque realmente está la gente que decide sentarse en una butaca y ver una obra de teatro y tiene ganas de pasarla bien, de sonreír. Se nota que cuesta, como decía Darío, no va al teatro y después a comer. Selecciona muy bien. En nuestra profesión vivimos esta incertidumbre de manera permanente. Cuando fue la pandemia, éramos el último orejón del tarro, totalmente prescindibles, nadie nos precisaba, excepto para mirar películas en su casa sin parar, porque no podían salir. Fuimos el sostén.
-¿Tiene un rol especial hacer reír en tiempos de crisis?
Saccone:– Yo particularmente creo que siempre es importante reírse, reírse de uno mismo, reírse de las cosas que nos pasan, me parece que eso es sanador absolutamente. Nos ayuda a enfrentar y a afrontar las cosas que nos pasan de la mejor manera, es cien por ciento sanador. Por supuesto que en estos tiempos tal vez más, pero yo no quiero dejar de quitarle mérito también al otro teatro que se está haciendo en Mar del Plata, que por ahí no es tan de risa o de comedia y que tiene tal vez un poco más de profundidad y hay público para eso, la gente también disfruta. Si bien reírse hace bien, yo quiero que nos vaya bien a todos.
-Que le vaya bien al ecosistema teatral…
Saccone: -Totalmente, (el teatro) es están sanador, nos identifica, nos hace reflexionar, entonces me parece que no sé si es más importante (la risa) en este momento. Más allá de lo que ahora estamos todos atravesando, que es una situación difícil económicamente y creo que es una transición, cada uno de nosotros está atravesando su propio vía crucis, su propio dolor, su propio drama. Y siempre llega un momento en el que la risa es muy indispensable.
-Viviana interpretás a Noelia, una novia muy sensual que guarda muchos secretos…
Saccone: -Yo no sé cómo lo siente el público, si creen que es la misma novia que va atravesando cuatro personajes, estas cuatro mujeres diferentes. O cuántas veces nos preguntamos cuántas realidades, cuántas dimensiones estaremos atravesando, o viviendo a la vez. ¿Esta es la única dimensión?
-¡Cuántos mundos paralelos!
Saccone: -Un poco me gusta jugar con eso, así que no sé mucho si es la misma Noelia, seguramente sí, yo creo que es la misma novia que atraviesa distintas cosas. Ella guarda secretos, en algunos casos es bastante más sumisa, más ingenua, más incrédula y hay otras en que se las trae, es más osada y se cruza con un botones memorioso.
Lopilato: Es hermoso cuando modificas al espectador. Es una comedia que arranca de la misma manera y después te lleva para otro lugar sin darte cuenta. Y es divino lo que sucede con el público, los descolocás. Es una comedia muy divertida, para toda la familia.
-Darío, ¿cuánto de Coqui Argento sigue habiendo en vos, sentís que lograste despegar de ese personaje?
Lopilato: -Creo que todo actor tiene esa esencia de todos los personajes. Uno arranca, cuando armás un personaje es una hoja en blanco, pero vos tenés esa hoja que es tuya, la estructura es tuya. A mí me encanta poder contar la comedia a través de la situación cómica. Coqui era un personaje hermoso, un adolescente que padecía todo el tiempo, daba gracia todas esas salidas que tenía, pero en verdad era la adolescencia. Obviamente cositas tenés, las vas cambiando con cada interpretación de los personajes. Es muy loco lo que pasó en tan poco tiempo, porque a veces cuando tenés que traerlo a Coqui no sale, en los ensayos de “Casados con hijos” me pedían el tonito y Coqui Argento fue una creación que al pasar el tiempo te lo vas olvidando. Igualmente este botones no tiene nada que ver con Coqui.
-¿Viviana, es más difícil hacer reir o hacer llorar?
Saccone: -Gustarme la verdad que disfruto todo, disfruto todo incluso la tele disfruto, todos los formatos me gustan, son muy distintos, pero me gustan. Ahora como difícil, lo más difícil es hacer reír, es mucho más complejo.
-¿De qué depende hacer reír: buen libro, buena dirección, buena actuación…?
Saccone: -Un poco de cada cosa. Me parece que hay personajes que son como muy pintados, servidos, que te lo dan y son preciosos, es un placer porque realmente todo está servido para que sea divertido. Hay otros que son por ahí menos agraciados, pero por supuesto que depende de una muy buena dirección. Coincido acá con nuestro director, Roberto Antier, que siempre nos saca de hacer el chiste fácil, de hacer la humorada y nos lleva a que trabajemos en serio y que cuanto más en serio es lo que sucede más gracioso es. Tengo menos experiencia en comedia. Es algo que estoy descubriendo. Estoy descubriéndome también en ese nuevo rol, pero me gusta muchísimo.