Una comedia delirante, en la que tres artistas actúan de actores que quieren representar una obra de teatro clásico, generando las más disparatadas situaciones. Una propuesta de teatro independiente, arranca su temporada este 28 de diciembre.
Tras su estreno en junio, “Lo nuestro es puro teatro” inicia su primera temporada de verano el sábado 28 de diciembre. Luego, hará funciones los miércoles de enero y febrero, a las 21, en El Club del Teatro.
La obra, escrita y dirigida por Leo Rizzi e interpretada por Macarena Riesco, Jorge Cortese y Agustina Gioe, es el resultado de un intenso proceso creativo nacido a partir de la vocación y de la “necesidad” de los integrantes del equipo de subirse juntos a un escenario, generando una comedia en la que público e intérpretes no paran de disfrutar y, a la vez, un homenaje al hecho teatral.
El proceso
Riesco, Gioe y Cortese convocaron a Rizzi con una idea de lo que les interesaba explorar como artistas. Para dar forma a la propuesta, los cuatro realizaron un taller creativo que duró meses, en el que investigaron estilos, corrientes, textos e interpretaciones y le pusieron el cuerpo a distintas consignas a partir de las que Rizzi desarrolló el texto original.
La obra aborda diversas formas teatrales desde una perspectiva lúdica. Para Riesco, este enfoque permitió una “conexión profunda” entre el grupo y el material, que incluye elementos del teatro griego, pasajes modernos e incluso guiños a autores como el argentino Alberto Vaccarezza.
“Aunque trabajamos con rigor, el resultado es cercano y accesible para el público, no es nada solemne ni acartonado”, definió Rizzi.
La propuesta
La obra sigue a tres actores que se preparan para interpretar una obra de teatro: “Ataraxia”. A minutos del estreno, consideran que el público no está preparado para entenderla y comienzan a elaborar una serie de claves, explicaciones y teorías. Esto desata una serie de conflictos que los obliga a improvisar y manejar la situación en la que están solos sobre el escenario, sin el apoyo de un director.
En ese marco, los intérpretes pueden desplegar una gran versatilidad, recurriendo a fragmentos de obras de distintas épocas, combinadas con la historia que los personajes están atravesando.
“Cada función es única, porque el público se compromete, reacciona, interviene, nos dice cosas”, relató Riesco.
“Eso es maravilloso, porque el teatro no sucede hasta que no se enfrenta con el público”, agregó Rizzi.
Autogestión
“El teatro es mi modo de vida. Hablo del teatro 24/7, estudio desde muy pequeña, no hay otra cosa para mí. Nuestra profesión y Mar del Plata tienen esta cosa de la autogestión permanente para poder hacer. Por eso me da mucha satisfacción encontrarme con el director que quiero, que aparte es mi amigo, y de estar con mi grupo de amigos haciendo una obra en la que además la pasamos bien, disfrutamos y trabajamos lo que nos gusta, es redondo”, valoró Riesco. Y manifestó su “orgullo” por “sentirme parte del colectivo independiente de Mar del Plata, que cada vez es más grande, más interesante, más diverso”.
“El teatro es un espacio de resistencia y creatividad, un lugar sanador”, concluyó Rizzi.