El tiempo no ayudó y el fin de semana tuvo un moderado ingreso de visitantes a la ciudad. Las reservas son cercanas al 40%.
Mirar el pronóstico pero definir las escapadas de verano se convirtió en un hábito para los turistas. Y en este recambio de fin de mes, el tiempo no ayudó: la lluvia y las bajas temperaturas provocaron que la llegada de visitantes sea lenta.
El último fin de semana de enero comenzó nublado y con temperaturas casi otoñales, como si fuese una señal de despedida para quienes deben volver a sus hogares. En cambio, muchos de los recién llegados -coincidieron el recambio mensual con el sábado y domingo que siempre atrae a viajeros que optan por las “escapadas”- no dudaron y abrigados pasaron por la playa. Ayer la máxima no alcanzó los 20º.
Como una especie de premonición poco alentadora, los operadores turísticos habían basado su poca expectativa con el arribo de visitantes desde ayer en las cuestiones climáticas. Y el pronóstico anunciado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) se cumplió desde el amanecer, con cielo cubierto y viento del sudeste.
Sin embargo, desde la mañana se registró un flujo vehicular por la Autovía 2 que graficó el recambio turístico en ambas direcciones. Desde Aubasa, la concesionaria de dicha ruta, informaron que a las 10 circulaban 520 vehículos por hora por el peaje de Maipú rumbo a Mar del Plata. A la misma altura, pero en sentido contrario, las unidades sumaron 1400.
A primera hora de la tarde, el movimiento hacia la costa se había ralentizado con el paso de 410 vehículos por el peaje de Maipú y, en sentido contrario, se contabilizaron 1130.
En tanto, en la terminal de ómnibus hubo más movimiento que durante la semana, aunque los servicios –entre salidas y llegadas- a penas superaron los 220.
Ilusión
A pesar del cielo gris, y la creciente presencia del viento del sudeste, muchos de los recién llegados no pudieron evitar la tradicional caminata por la costa, aunque con distintos abrigos.
De todas maneras, algunos valientes igual bajaron a la arena y hasta se internaron en el mar que, a diferencia de otros años, ostenta una cálida temperatura.
Entre la resolana y el viento, otros optaron por alejarse de las inmediaciones de la costa y se internaron en algunos de los centros comerciales a cielo abierto. Así, Güemes –desde media mañana- mostró un tránsito peatonal bastante intenso, con el particular look de bermudas y camperas. Una postal similar se vivió en Alem, con gran concurrencia a los decks de los locales gastronómicos.
La insistencia del viento motivó a muchos a buscar refugio en el Paseo Aldrey, que con los controles de seguridad e higiene ofreció un menú de posibilidades para disfrutar del ocio orientadas a toda la familia.
Tranquilidad
Mientras que en los balnearios se encomendaban a “san clima” para ver una pronta mejoría de las condiciones meteorológicas, los hoteleros no vieron una significativa ocupación durante el fin de semana. Es que, tal como adelantó el viernes pasado LA CAPITAL, el sector cuenta con una ocupación promedio “del 40 por ciento”, siendo los establecimientos de mayor categoría los que recepcionaron mejor receptividad.
El sector inmobiliario también trabajó en la misma línea de alquileres temporarios, con baja ocupación y “en el mejor de los casos se llega a un 40 por ciento”, reseñó un operador con vasta experiencia en la zona céntrica.
“La tendencia fue alquilar los fines de semana, a lo sumo las estadías se extendieron a 5 días. El fin de semana pasado anduvimos bien, pero éste ya volvimos a la nueva normalidad”, describió.