Cultura

“Lengua madre”, una singular novela de Andruetto para revisar la literatura de posdictadura

Este libro para adultos de María Teresa Andruetto narra diferentes formas de la memoria, el olvido y el exilio.

“Lengua madre”

María Teresa Andruetto

Buenos Aires

Mondadori

2010

240 páginas

Por Angie Diz (*)

La novela narra la vida de Julieta, una joven becaria que hace años abandonó su pueblo natal en la llanura santafesina para investigar en el extranjero la escritura de mujeres, en particular la de Doris Lessing. Su infancia estuvo marcada por la ausencia de su madre y su padre, militantes que debieron recluirse a causa de la represión de la última dictadura militar, por eso Julieta fue criada y educada por sus abuelos, sosteniendo un vínculo muy débil con su madre, Julia, y casi inexistente con su padre, Nicolás. Antes de morir, su madre le pide que lea todas las cartas que recibió y que ha guardado justamente para que su hija algún día las leyera y pudiera entender y hallar su lugar en la historia familiar. Así, la novela intercala las cartas que recibió Julia a lo largo de los años y que Julieta lee en el presente, con su madre ya muerta, cumpliendo su última voluntad; junto con una narración en tercera persona que toma como perspectiva los pensamientos, emociones y situaciones por las que pasa Julieta mientras lee las cartas e intenta seguir con su vida, que se ve transformada por estas lecturas.

A lo largo de esa narración omnisciente encontramos su vínculo afectivo con Diego, las conversaciones con Lessing, su vida en Múnich y el viaje a Trelew, para visitar la casa de su madre y leer las cartas. En este proceso, la protagonista reconstruye la figura de su madre a través del vínculo con sus propios padres (los abuelos de Julieta), los motivos y las decisiones que tomó –y que marcaron su propio destino–, la relación con Nicolás y con la política. Entre todas las cartas que recibió Julia, Julieta también encuentra las que ella misma le escribió a su madre en el pasado: leerse a sí misma en esa trama resulta un ejercicio potente para la protagonista, y más que atrapante para los lectores, quienes vamos acompañando los pensamientos, los recuerdos y preguntas de Julieta, en el paso del rencor al dolor. Se lee en la página 199: “Ella es una intérprete y busca en el temblor de la letra y de lo no escrito este relato que gira en torno de su vida y de los que determinaron para ella esta vida que tiene”.

En la escritura de esta novela hallamos varias claves que nos remiten a la autobiografía de la propia autora: el estudio de las Letras, el exilio durante la dictadura militar, su paso por Córdoba, su descendencia italiana, su estancia en la Patagonia, entre otros. En el cruce entre lo personal y lo social, esta singular novela se considera una clave para revisar la literatura de la posdictadura y sus formas de narrar lo sucedido, contribuyendo al enriquecimiento de una memoria colectiva a la que se torna imprescindible desentramar y repensar.

Uno de los aciertos de la escritura está en la sensación de que, aunque los temas son densos y complejos, la lectura es dinámica y cuenta con pasajes muy lúcidos a los que es preciso releer. El otro acierto es la intriga y el interés que genera la lectura pese a que uno no espera ningún final sorpresivo, porque al fin y al cabo tanto la madre como la abuela de Julieta están muertas, y el remate para esta historia, es ni más ni menos que el ser testigos de la transformación de la percepción de Julieta y del vacío que es compensado a través de esa “lengua madre”.

(*) Miembro de la ONG Jitanjánfora. Redes sociales para la promoción de la lectura y la escritura. 


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