Por Julio Burdman
De acuerdo con lo previsto por ley, las elecciones primarias y las generales cumplen dos funciones bien distintas: una selecciona candidatos, la otra elige representantes. Sin embargo, la experiencia de estos diez años nos enseña que esta distinción nunca resultó tan clara.
El carácter simultáneo y obligatorio de las primarias las convirtió, para el votante, en un tramo adicional del proceso electoral, por lo que se espera que sus resultados modifiquen la realidad del Gobierno. Así, las PASO tienen efectos formales sobre la interna de los partidos, e informales sobre la política en general.
Este domingo vimos ambos efectos. Por un lado, los partidos y frentes electorales se abrieron a la competencia interna, tal vez más que nunca, y eso tiene consecuencias en las carreras y liderazgos políticos con vistas a 2023, sobre todo en la oposición.
Por otro lado, la gran cantidad de votos obtenidos por Juntos por el Cambio, en comparación con la disminución del caudal del Frente de Todos, creó la sensación de una derrota electoral del oficialismo, y esto comenzó a operar sobre las expectativas para noviembre.
A través de una interpretación de los resultados, a partir de las PASO se estima la futura composición de las cámaras legislativas y se conjetura, anticipadamente, sobre cuestiones de gobierno como la fortaleza del Presidente, posibles cambios en su gabinete , y su capacidad para implementar políticas públicas en lo que resta de su mandato, entre otras. Todo esto forma parte de la dinámica que las PASO agregaron a la política argentina.
Pero no está de más recordar que la elección legislativa propiamente dicha todavía no tuvo lugar.
En cuanto a sus efectos formales, además de que hubo competencia interna en la mayoría de los distritos, especialmente en la oposición, pudimos ver una mejora cualitativa.
En los distritos más populosos hubo votaciones reñidas, y muchos frentes electorales las usaron para ampliarse y abrirse a nuevas incorporaciones, tanto de dirigentes como de partidos. Casos como las listas encabezadas por Facundo Manes o Ricardo López Murphy contribuyeron a la diversidad interna de los frentes electorales.
También pudimos ver que los líderes partidarios “no se la llevaron de arriba”. Manes y López Murphy fueron adversarios competitivos para las listas lideradas por Diego Santilli y María Eugenia Vidal, y los candidatos que el expresidente Mauricio Macri apoyó en Córdoba y Santa Fe perdieron la carrera intrapartidaria.
A su vez, en el caso del Frente de Todos, desde Casa Rosada se promovió una política de listas únicas pero eso no impidió que hubiese primarias competitivas en Santa Fe y Tucumán. Todo lo anterior deja la sensación de que, en esta oportunidad al menos, las y los jefes partidarios no hegemonizaron la vida interna de los frentes. Las y los votantes tuvieron más opciones, y las y los aspirantes, más canales a disposición.
La elección tuvo lugar en un contexto de pesimismo y malestar social, en el que talló la crisis económica, social y sanitaria en tiempos de pandemia. Se esperaba que ese malestar se expresara a través de un deterioro de los indicadores de representación.
Sin embargo, la concurrencia a votar fue menor que el promedio pero no tan baja. El voto en blanco fue mayor que en otras oportunidades, sobre todo en Buenos Aires o Santa Fe, pero no llegó a niveles preocupantes. Aparecieron algunas expresiones antipolítica, pero a nivel nacional no fueron gravitantes.
¿Acaso las PASO, con esta nueva capacidad demostrada para garantizar pluralidad y opciones, y de enviar mensajes a la dirigencia, funcionaron como un vehículo para canalizar malestares y tensiones dentro de las márgenes del juego institucional?
Si así fuera, entonces las primarias tantas veces criticadas, sobre las que pesan solicitudes periódicas de suspensión o eliminación, cumplen su función de mejorar la representatividad del sistema mejor de lo que habíamos supuesto.
(*): Integrante de la Red Federal de Investigadores Electorales del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). Su opinión no necesariamente refleja la posición de todos los miembros de CIPPEC.