El País

Las iglesias evangélicas discrepan con modificaciones a la Ley de Educación Sexual Integral

Los evangélicos consideran de extrema gravedad, entre otros "el transformar a la ley en un instrumento de Orden Público cuya aplicación deberá ser obligatoria".

La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) difundió un texto en el sale al cruce de las modificaciones que se intentan introducir a la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral.

Los evangélicos creen en “la necesidad de una educación sexual integral que abarque los aspectos científicos, biológicos, psicológicos y sociales en la comprensión de la propia sexualidad y la del otro en un marco de respeto”.

En el documento precisan que “a pesar de lo expresado en la legislación vigente y su pretexto de que ésta se cumpla, se intenta introducir modificaciones significativas a la ley 26.150 de Educación Sexual Integral que distorsionan gravemente su sentido original y pretenden imponer contenidos ideológicos de manera autoritaria”.

En tal sentido consideran de extrema gravedad, entre otros “el transformar a la ley en un instrumento de Orden Público cuya aplicación deberá ser obligatoria”.

“Que el contenido será brindado por el Consejo Federal de Educación y su implementación será obligatoria para todas las escuelas públicas de gestión estatal y privada, confesional o no confesional”, indicaron en ACIERA.

También señalaron que “dada la gravedad de la legislación que intenta imponer la educación sexual ideológica, tanto a nivel nacional como provincial, expresamos nuestro más firme rechazo”.

Rechazan el “intento de obligar a las instituciones a enseñar lo que no concuerda con sus idearios (contrario a lo establecido en el art.5 de la ley 26.150)”.

También “el intento totalitario de excluir a los padres a la hora de elegir la educación sexual de sus hijos (conforme al art.18 inc, 4 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 12, inc.4 Convención Americana de Derechos Humanos)”.

Resisten el “introducir, dentro de la educación sexual, contenidos sin base científica que responden a una construcción ideológica, sin contar con la participación de los padres y actores sociales en su elaboración”.

Consideran que la “sexualidad no es una materia más en un programa de estudio. Tiene que ver con aspectos profundos del ser humano a los que se suma lo biológico y las profundas convicciones éticas y religiosas”.

“Defendemos un Estado laico de total independencia de las cuestiones religiosas. Por esta misma razón así como no pretendemos que el Estado enseñe conforme a nuestra fe, tampoco aceptamos que el Estado pretenda avasallar nuestras convicciones”, dijeron al sostener “firmemente el derecho que tenemos a educar a nuestros hijos”.

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