Opinión

Las hepatitis virales: una epidemia silenciosa

Los nuevos fármacos antivirales logran la curación de la hepatitis C en la mayoría de los pacientes tratados y hacen pensar incluso en la posibilidad de erradicar la enfermedad en un futuro.

Por el Dr. Sebastián Ferretti, el Dr. Esteban González Ballerga y el Dr. Adrián Narvaez, presidente, vicepresidente y vocal, respectivamente, de la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE).

Las hepatitis virales son un problema de salud a nivel mundial. Afortunadamente, en los últimos años se han producido grandes avances relacionados con el diagnóstico y tratamiento de las mismas. A pesar de ello todavía nos queda un largo camino por recorrer.

Los nuevos fármacos antivirales logran la curación de la hepatitis C en la mayoría de los pacientes tratados y hacen pensar incluso en la posibilidad de erradicar la enfermedad en un futuro. También hay avances en el tratamiento de la hepatitis B, que son muy promisorios en cuanto al control de la infección y la eventual curación también de esta hepatitis en el futuro.

La Organización Mundial de la Salud, en su sesión del 23 de enero de 2010, considerando la gravedad de las hepatitis virales como un problema de salud pública mundial y la necesidad de sensibilizar tanto a los gobiernos como a las poblaciones en general, para que adopten medidas de promoción de la salud, y prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, emitió una resolución que ubica las hepatitis virales en su conjunto, en un nivel prioritario de atención en los países miembros e insta a la toma de medidas destinadas a controlarlas, designando además el día 28 de julio como Día Mundial de las Hepatitis Virales, en memoria del Dr. Baruch Blumberg, descubridor del antígeno de superficie de la hepatitis B, en el día de su nacimiento.

El Día Mundial de las Hepatitis Virales tiene como objetivo fomentar la toma de conciencia sobre las mismas y sus consecuencias, así como la difusión de conocimientos sobre ellas.

Las hepatitis virales se consideran una “epidemia silenciosa” dado que la mayoría de las personas desconocen estar infectadas y, a lo largo de décadas, desarrollan lentamente la enfermedad hepática. Por este motivo, es fundamental tomar conciencia de la importancia de realizarse un test de diagnóstico y vacunarse a tiempo evitando así daños irreparables en el hígado.

Cuando hablamos de hepatitis nos referimos a una inflamación del hígado que puede estar causada por uno de 5 virus específicos de hepatitis: A-B-C-D-E. Sólo tres (B, C y D) pueden evolucionar a hepatitis crónica y sus consecuencias son la cirrosis y el carcinoma hepatocelular.

La prevención de las hepatitis virales es fundamental, existen vacunas muy eficaces y seguras contra los virus de las hepatitis A y B.

En la Argentina todos los niños nacidos a partir del 2005 deben recibir una dosis única de vacuna al año de edad según la Resolución Ministerial 653/05. Una sola dosis genera una respuesta inmune protectora en el 95-99% de los vacunados a los 30 días post-vacunación. En la población adulta la vacuna se indica con un esquema de dos dosis, en individuos susceptibles que pertenezcan a los siguientes grupos más expuestos: hombres que tienen sexo con hombres, usuarios de drogas endovenosas, desórdenes de la coagulación, enfermedad hepática crónica, trabajo con VHA en laboratorios, personal gastronómico y de jardines maternales que asiste a niños menores de 1 año de vida y viajeros a zonas de alta o mediana endemia.

Respecto de la vacunación hepatitis B, a partir del 2003, los preadolescentes no inmunizados previamente deben recibir la vacuna en tres dosis, en esquema de 0, 1 y 6 meses. También es obligatoria para los trabajadores de la salud.

A partir de julio de 2012 y con el propósito de fortalecer el proceso de control y eliminación de la hepatitis B en la Argentina y disminuir la incidencia, complicaciones y mortalidad asociadas a la infección por este virus, la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles recomienda la inmunización universal contra hepatitis B de todos los adolescentes y adultos. La estrategia consiste en administrar un esquema completo (3 dosis: 0, 1 y 6 meses) en aquellos no vacunados, independientemente de los factores de riesgo y completar esquemas con las dosis faltantes a quienes lo tengan incompleto, independientemente del tiempo transcurrido desde la última dosis.

Tanto la vacuna contra la hepatitis A y como la B forman parte del calendario Nacional de vacunación. La Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE) se ha propuesto desde entonces difundir este concepto para lograr un mejor control de esta enfermedades.

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