El protocolo oficial exige retirar a los muertos con una bolsa especial, pero, según afirman desde el sector fúnebre, "los sanatorios no cuentan con esos materiales".
Las funerarias de la Argentina extreman las medidas de seguridad para evitar contagios de coronavirus en sus empleados y se preparan de cara al pico de infectados y de muertes para evitar el colapso del sistema, algo que ya sucedió en otros países como Italia, España y Estados Unidos.
Si bien aún no está confirmado cuánto sobrevive el virus en el organismo una vez fallecida la persona, el Ministerio de Salud de la Nación y el de la provincia de Buenos Aires determinaron una serie de recomendaciones para el manejo de cadáveres, aunque las empresas del sector prefieren manejarse con sus propias reglas.
Al respecto, el presidente de la Federación Argentina de Entidades de Servicios Funerarios y Afines (Fadedsfya), Jorge Bonacorsi, dijo en declaraciones a NA: “Resolvimos retirar todos los cuerpos como si tuvieran coronavirus, para no arriesgar a nuestra gente”.
Aunque aclaró: “También hay una realidad de falta de insumos. El protocolo nacional (elaborado por la cartera de Salud) exige retirar a los muertos con una bolsa especial, pero los sanatorios no cuentan con esos materiales”.
En cuanto a las recomendaciones oficiales, Bonacorsi manifestó: “Tiene términos españoles, por lo que me di cuenta de que era copiado de España. Está muy bueno, pero algunas cosas habría que haberlas adecuado a nuestro país”.
A su vez, trazó un paralelismo con la situación que vivieron las funerarias, años atrás, ante la aparición del HIV: “Al comienzo era una enfermedad desconocida y en los primeros casos no se sabía si era contagiosa, por lo que se resolvió que los cuerpos no se velaban, igual que pasa ahora, y se ponían inmediatamente en una caja metálica para llevar al cementerio”.
“En aquella época, en una sociedad diferente a la de hoy, muchas veces se ocultaba que la persona había muerto de HIV, por lo que las funerarias no se enteraban y no tomaban las precauciones”, añadió.
Con el protocolo oficial, “terminaríamos muriendo todos”
A la espera del pico de contagios y de muertes por coronavirus en la Argentina, previsto para fines de mayo o principios de junio, diferentes empresas del sector fúnebre trabajan con medidas extraordinarias para que los empleados no resulten infectados y adoptan iniciativas particulares, más allá del protocolo determinado por el Ministerio de Salud.
Consultados por NA, desde Casa Virgili-Sepelios, del barrio porteño de San Cristóbal, explicaron que extendieron las previsiones a todos los retiros de cuerpos, “tanto para fallecidos con posible Covid-19 como para quienes no son casos sospechosos”.
“Utilizamos las medidas de higiene necesarias, los trajes de seguridad, barbijos, gafas protectoras, se higieniza todo con una solución de agua, alcohol y cloro, incluso los papeles, y evitamos los contactos directos con los familiares”, detallaron desde la empresa.
En esa línea, añadieron: “Cuando vamos a retirar un cuerpo es a una morgue, a un hospital o a una guardia. Por eso, más allá de que no tenga coronavirus, tenemos contacto con elementos de un ámbito sanitario, donde estamos más expuestos”.
Además, señalaron las complicaciones económicas surgidas a raíz de los aumentos en insumos imprescindibles, como guantes o barbijos: “Tuvimos un incremento en los valores, pero la necesidad de acceder a los materiales hace que uno lo pague sí o sí”.
Por parte de Cochería Pache Hnos, de la localidad de Morón, expresaron: “Tenemos un protocolo especial porque, si le damos bolilla al nacional, terminaríamos muriendo todos. Nosotros aplicamos uno que es mucho más costoso, pero para la empresa está primero la vida y la salud que la parte económica”.
“Cuando son casos de Covid se retira con bolsa de rescate, ataúd de madera y ataúd de metal soldado, e intentamos que automáticamente se haga una cremación, algo que no piensa el Estado cuando permite que se envíen al cementerio”, continuaron.
Por otro lado, cuestionaron: “Te dicen bolsa de rescate pero las que tenemos acá son bolsas de residuos con un cierre, las reales son las de España, de 800 micrones, que soportan presión, calor y frío. Cuando nosotros retiramos un cuerpo y en el certificado médico dice que es algo respiratorio o neumonía, es muy probable que sea coronavirus. El hisopado es caro porque se cotiza en dólares y no todos pagan los reactivos, hay muchos casos que no se blanquean y nosotros estamos expuestos a eso”.