Retracción de la oferta de viviendas en alquiler. Inflación y aumentos imposibles de solventar para los castigados bolsillos. Insistentes reclamos para modificar la actual Ley de Alquileres.
El presagio se cumplió: el aumento de los alquileres de viviendas superó el cien por ciento este mes y quienes alquilaron en junio del año pasado ahora deberán pagar el doble. Esto se debe a la Ley de Alquileres vigente que, tanto para inquilinos como para propietarios, “fracasó”. Además, la oferta de propiedades para rentar en Mar del Plata “casi desapareció”.
“La situación es similar en todo el país porque el índice es el mismo, lo que pasa es que el mercado local tiene sus particularidades: es más chico que el de Buenos Aires, con otro público, y los valores no son tan altos”, describió el presidente del Colegio de Martilleros de General Pueyrredon, Guillermo Rossi.
Así, el martillero confirmó que este mes los ajustes “superaron las tres cifras” y consideró que el problema radica en “la Ley de Alquileres, que venimos pidiendo su modificación desde hace tiempo. En algún momento, los legisladores deberán modificarlo”.
De esta forma, por ejemplo, quienes alquilaron el año pasado a $ 40 mil mensuales un dos ambientes (los valores varían de acuerdo a la zona y estado de la unidad), hoy deberán pagar $ 80 mil, como consecuencia de la ley de Alquileres (N° 27.551).
La ley entró en vigencia hace más de dos años y recientemente el gobierno nacional anunció que será suspendida, aunque parece ser que se trató de uno de los tantos anuncios sin sentido realizados por la administración encabezada por Alberto Fernández. Las actualizaciones se aplican a través del Índice de Contratos de Locación (ICL) que publica el Banco Central.
La fallida norma dejó tanto a los inquilinos como a los propietarios en una situación por demás complicada, con incrementos en muchos casos imposibles de solventar o inconvenientes de afrontar, ya que muy pocas subas salariales alcanzaron ese porcentaje.
La ley estuvo fomentada por la asociación “Inquilinos Unidos” de Gervasio Muñoz, que hoy en medio de las complicaciones desapareció de los medios de comunicación. Misma situación vive la agrupación local denominada “Inquilinos Unidos”, que no respondió las inquietudes de LA CAPITAL.
La fracasada normal generó, además de colosales ajustes anuales, contracción en la oferta de propiedades para alquilar.
“Eso siempre pasa cuando el Estado interviene en un trato entre privados. Ningún propietario quiere alquilar, no tanto por el plazo que se amplió de dos a tres años, sino porque no saben cuánto van a cobrar el año entrante”, describió el propietario de una tradicional inmobiliaria de la zona céntrica.
“Lo que provoca esta ley con el ajuste anual -describió Rossi- es un cambio muy brusco porque se duplica el valor del alquiler. A muchos les cuesta pagar, otros pueden quedarse pero piden dilatar un poco el aumento”.
A entender del presidente del Colegio de Martilleros local, el problema radica en “la alta inflación, porque el poder adquisitivo de la mayoría de los argentinos no se recuperó y el costo de vida es muy alto”.
Además, coincidió con su colega al aseverar que “cuando el Estado interviene, genera este mercado negro, que le hace daño a las dos partes. Nosotros siempre sugerimos a los propietarios que cumplan con la ley, pero muchos hacen sus propios acuerdos”.
Diego vive con su mujer en un PH en la zona del hospital Materno Infantil y alquilaron regidos por la nueva Ley de Alquileres, aunque con una salvedad: el propietario le pidió no declarar el contrato y que el pago mensual sea en efectivo.
“Más allá de que tenés que andar con un montón de billetes por la calle -contó el hombre-, siento que a nosotros nos tocó la peor parte, porque los aumentos son los que marcan ese índice anual y al no estar bancarizado, todos los meses le tengo que llevar el toco de billetes”.
Al ser consultado sobre por qué aceptó el trato si lo consideraba deventanjoso para él, respondió que “no me quedó otra, no encontrábamos nada para alquilar y este PH nos cerró en ese momento, por precio y ubicación. Y el detalle es que no pagamos expensas”.
Las expensas, que también aumentan mes a mes con índices desproporcionados, se convirtieron en una moneda de cambio. “Muchos de los propietarios que acuerdan aumentar un poco menos con los inquilinos -contó Rossi- arreglan a cambio de que ellos paguen las expensas ordinarias”.
Históricamente en Mar del Plata, a diferencia de lo que ocurre en la ciudad de Buenos Aires, el pago de las expensas corría por cuenta de los propietarios. Ahora, en algunos casos, eso cambió.
Sin lugar
El otro daño colateral de la nueva Ley de Alquileres propiciada por Gervasio Muñoz es la ausencia de propiedades para rentar, ya que muchas se vendieron y otras pasaron a los alquileres temporarios: en verano, a turistas y en invierno, a estudiantes.
“Hay muy pocas unidades disponibles en el mercado, hay mucha demanda y poca oferta. Eso es consecuencia directa de esta ley”, consideró el martillero Guillermo Rossi.
Si bien los precios varían de acuerdo al estado y ubicación de la unidad, en promedio el alquiler de un departamento de dos ambientes parte de los 70 mil pesos.
“Necesitamos el cambio de esta ley -reiteró Rossi-, que se modernice, con los ajustes cada seis meses”.
Aunque no existen estadísticas oficiales en la ciudad, el martillero calculó que en Mar del Plata hay “alrededor de 30 mil plazas en alquiler, tanto temporarias como para 36 meses”.