Maradona levantó la Copa Artemio Franchi en Mar del Plata, donde la Selección Argentina venció por penales a Dinamarca, el 24 de febrero de 1993. Fue una noche emocionante, en un desbordado estadio Mundialista.
Para Maradona, y para esta ciudad, la noche del 24 de febrero de 1993 fue especial. Aquel día Argentina le ganó a Dinamarca por penales en un estadio Ciudad de Mar del Plata -actual José María Minella- desbordado y el “10”, aunque entonces no lo imaginaba, dio la última vuelta olímpica de su carrera.
La ciudad fue sede de la Copa Artemio Franchi, precursora de la Copa de las Confederaciones, disputada por el campeón de América y el de Europa. El seleccionado dirigido por Alfio Basile se impuso 5-4 en la definición, tras la igualdad 1 a 1 en 120 minutos de juego vibrantes.
Pocas veces brotó una emoción semejante por un acontecimiento deportivo en Mar del Plata. No cabía un alfiler en el estadio Mundialista. Pagaron entradas 34.683, pero se orillaron los 40 mil espectadores. Es decir, quedó muy cerca del récord (42 mil) del partido mundialista entre Italia -Francia el 2 de junio de 1978.
Más allá del número, los hinchas acompañaron con un fervor extremo. “La gente se porta demasiado bien conmigo”, declaró Diego esa misma noche con una felicidad inocultable.
“Argentina defendió el invicto con el corazón”, tituló la crónica comentada de Miguel Trezza en LA CAPITAL. La Selección llegó ese día a 25 partidos sin derrotas y, finalmente, la serie invicta con Basile se extendió hasta 33.
El periodista remarcó que Argentina “mostró vocación y entrega” para quedarse con el título oficial ante un rival que, más allá de la presencia de Brian Laudrup -su hermano Michael había renunciado al seleccionado un año antes-, se aferró al empate.
Dinamarca se adelantó en el marcador con tanto de Craviotto, en contra, y pocos minutos después igualó Caniggia, tras desviar una definición de Batistuta.
En el recordado suplementario “Diego Maradona apareció varias veces con toques de su nivel (…) con un remate de tiro libre que dio en el palo (…) Un regate corto y posterior remate que tapó el arquero y varias combinaciones con Simeone”.
Desde los doce pasos, el “10” anotó con una definición con fuerza y justeza contra el palo derecho del arco defendido por el prestigioso Peter Schmeichel. Goycochea contuvo los remates de Vilfort y Goldbæk (Caniggia tampoco pudo convertir el suyo) y Saldaña marcó el penal que decretó el triunfo.
“Se festejó con todo -decía LA CAPITAL-, la gente contagió y Diego Maradona ‘se prendió’ para disfrutar”.
Meses después, Diego firmó para Newell’s, luego se desvinculó tras un sonado escándalo de verano en esta misma ciudad, jugó el Mundial de Estados Unidos 1994, se retiró tras el doping positivo, volvió a Boca tras ser entrenador, pero nunca más dio una vuelta olímpica. La última Copa, entonces, la levantó en Mar del Plata.