por Gerardo Gómez Muñoz
Una constelación radical aplaudida por más de un millar de dirigentes, funcionarios, legisladores y militantes de sus más diversas agrupaciones ratificó que la UCR está dispuesta a exigir la conducción de la alianza opositora. La organización y convocatoria estuvo a cargo del presidente del bloque de Juntos por el Cambio provincial, diputado Maxi Abad. Pero el respaldo, un implícito reconocimiento a su virtual jefatura del radicalismo local y seccional, fue la presencia en el desbordado salón del Club Quilmes, del presidente del comité y del Concejo Deliberante, Ariel Martínez Bordaisco, la jefa del bloque de ediles Vilma Baragiola, la concejal Cristina Coria, el funcionario municipal Tato Serebrinsky y otros numerosos integrantes del gobierno municipal. Salvo algunas significativas ausencias se advirtió la participación de veteranas figuras de la UCR de todos los tiempos, como de la juventud actual y del sector femenino.
La importancia de la asamblea fue subrayada por las presencias centrales de los presidentes de los comités nacional y provincial, Alfredo Cornejo y Daniel Salvador. Pero hubo una presencia predominante lograda por la insistencia de Abad, la del auténtico armador radical de Cambiemos, Ernesto Sanz. Hombre que parecía haber optado por “la áurea mediócritas” como Virgilio, el gran tribuno romano que cansado de los avatares de la conducción del Estado, se alejó a la calma del retiro. Sin embargo está volviendo del placer solariego de los frutales y viñedos de San Rafael y sus paisajes y su presencia y su mensaje encuadraron el significado del reclamo partidario.
Al margen de otros discursos, dejó en claro en un concepto el objetivo político del encuentro: la UCR debe ser la conducción de la alianza que representa a la oposición, pero en el marco de la unidad. Un empresario, nombre no autorizado a esta figuración, sorprendía luego, consultado en una visita de los cuatro o cinco más destacados jefes radicales, instando a Sanz a volver y hablar en el escenario político: “Porque así como es de desear un buen gobierno tiene que haber una buena oposición”.
Más contundente fue lo grabado por un comensal de cierto restaurante costero, movido por los vientos, de una mesa donde era fácil indentificar a tres únicos comensales: Abad, Cornejo y Sanz. Este, precisamente, era el que dirigiéndose a Cornejo dijo: “Mirá, si querés que Alfonsín sea presidente afiliate a la UCR. Hoy la consigna tiene que ser, si querés que el radicalismo lidere la coalición, fortalezcamos el radicalismo”.
Oportunos pasos hacia la unidad
En estos días de abundantes charlas cafeteriles dada la cantidad de radicales, se oyó en diversas mesas en que campeaba la amable discusión política, que la unidad y los principios partidarios predominaban. Ya había prendido el enfoque del mendocino que parecía alejado de la interna.
Los marplatenses se sentían beneficiados porque “no en todos lados hay un tipo que practica la unidad como el intendente Guillermo Montenegro. Va a donde está el problema, evitando que la politiquería se valga del malestar para sembrar cizaña. Casi siempre él o sus enviados llegan antes”.
Alguno destacó cómo una opositora que parecía a muerte después de la interna ya está integrada a su mesa de discusión, de debate y de gestión, “porque conoce y trabaja desde décadas con la gente”. Y soltó el nombre: Vilma Baragiola. Uno agregó el nombre de un socialista y ex concejal socialista que colabora en el elenco oficial, Juan Anastasía, y otro destacó cómo llevó con su equipo a Santiago Bonifatti, ex concejal del pultismo, a la Secretaría de Gobierno y hay otros muchos que no se mencionan. Pero también se destacó que el diputado radical Abad es un verdadero gestor de los intereses de Mar del Plata. La bolsa de datos se agotó con un memorioso “y qué dicen de la relación con Gustavo Pulti, el mismo Montenegro ante la prensa manifestó su buen diálogo e intercambio de consultas con el ex intendente por datos vinculados a la gestión y temas que éste conoce dada su experiencia”.
Un papelón de Axel
Evidentemente el gobernador de la provincia Axel Kicillof es un “candidato” de cierta prensa que dista mucho del deber de la objetividad y sobre todo de la verdad. Nada pueden decir de su aplastante triunfo electoral lo que ha incentivado la diatriba desmesurada, casi diaria desde su asunción. Pero tampoco o muy escasamente lo escudan con aciertos sus colaboradores, partidarios y amigos políticos. No se puede concebir lo que protagonizó este fin de semana en Mar del Plata con Fernanda Raverta a su lado, su ministra marplatense, en esta ciudad, a la que llegó para celebrar al “Recreo”, una realización veraniega en beneficio de los niños y le fue muy bien.
La derrota de Mar del Plata, a la que, en campaña, venía con frecuencia, evidentemente duele mucho. Y apenas le dieron un micrófono aprovechó para tirarse contra el vencedor hoy intendente. Lo increpó porque no participaba del acuerdo para asistir con fondos para las escuelas y que debía aceptar que en la Provincia y en la Nación habían perdido la elección, lo que implicaría no complicar la gestión.
Montenegro que está demostrando un nuevo estilo, el de no pelear gratuitamente desde el gobierno. Se limitó a responder que, evidentemente no había sido informado por quienes debían hacerlo. Que en la víspera -el viernes- había llegado a un acuerdo con las autoridades provinciales de Educación y que los retoques finales se programaron para el martes -hoy- en la ciudad de La Plata.
De paso, el episodio sirvió para que sepa que en dos meses de gobierno no vino todavía una vez siquiera para reunirse con muchos sectores de la comunidad que necesitan “ponerse de pie” y que los marplatenses, por lo que significa en el país esta ciudad, están acostumbrados desde siempre a recibir especial atención del gobierno provincial.
La experiencia enseña que en la política es mucho más fácil pelear que sumar, pero este verbo es el que conjugan los que terminan ganando y no quedan dudas que fue el más usado en la campaña en la que arrasó a la creída imbatible.
Uocra reclama trabajo
Cuando se habla de los problemas de Mar del Plata, la falta de trabajo en los gremios de la pesca y de la construcción que no son alcanzados por la bonanza estacional del turismo, marchan a la cabeza.
Sobre todo la Uocra que en los últimos años sostuvo un alto índice de ocupación merced a las diversas obras sostenidas por el gobierno de María Eugenia Vidal y en caída los últimos meses del año pasado, para concluir con menos del 20 por ciento de lo presupuestado.
Cuando más arriba se habla de que el gobierno provincial no está ocupándose y hasta pareciera ignorar los problemas de Mar del Plata, basta con refrescar lo afirmado por César Trujillo, el veterano luchador de la Uocra: “No hay obra pública ni en Mar del Plata ni en la región, que son 8 municipios más. Y tampoco hay respuestas de las autoridades locales o provinciales a los pedidos de trabajo que fueran oportunamente realizados desde el gremio”.
Por su parte el secretario gremial de la Uocra reveló que hay empresarios que manifiestan su interés en invertir e instalarse en el Parque Industrial pero su decisión está trabada porque no se define el Concejo Deliberante en la fijación de pautas y normas.
Conclusión que el viernes el gremio va a realizar una gran movilización por las calles de la ciudad para entregar al municipio y al Ministerio de Trabajo un petitorio para denunciar la situación y reclamar soluciones.
En la pesca la caída del trabajo y de la actividad no es mejor, pero vaya a saber qué expectativas no confesadas les permite a sus gremios una queja, por ahora, no expresada sino a través de manifestaciones mediáticas.