Además de haber aplicado un nuevo importe, la comuna reclama ajustes, ofrece pago anual y reclama deudas que al ser emitidas no se encontraban vencidas.
Cada vez son más los contribuyentes que están recibiendo en sus domicilios las últimas boletas de la Tasa de Servicios Urbanos, en las que ya figuran los nuevos importes surgidos de los aumentos que fueron aprobados por el municipio.
Pero junto a eso la Municipalidad también está distribuyendo información adicional que se presta para la confusión y que genera el riesgo de que algunos vecinos desconcertados hasta puedan pagar más de una vez por un mismo concepto.
Es que al exigir la cancelación de la cuota correspondiente a este mes, la comuna también comenzó a reclamar el pago de sumas adicionales, correspondientes a los retroactivos no abonados durante el primer semestre de 2018, es decir, a los meses previos a que el Concejo Deliberante autorizara el último aumento de tasas.
Y al hacerlo la Agencia de Recaudación Municipal envió una intrincada nota en la que básicamente intenta explicar que todos los contribuyentes de la TSU tendrán que pagar cada mes, y hasta diciembre inclusive, la cuota correspondiente a cada período más los retroactivos pendientes.
Como parte de la correspondencia que acaba de ser emitida por la gestión del intendente Carlos Arroyo, por estos días también están siendo distribuidas boletas a través de las cuales se ofrece la alternativa de abonar la TSU de manera anual, pagando de una sola vez tanto las cuotas de 2018, como los retroactivos, brindando así la posibilidad de obtener un descuento.
Pero para agregar más confusión, los vecinos están recibiendo junto a ello un informe del “estado de cuenta” al 31 de mayo, en el cual se mencionan cuáles eran para esa fecha los montos adeudados por cada titular en concepto de TSU y de Contribución para la Salud.
El detalle es que en esos “estados de cuenta” aparece como “adeudada” la sexta cuota de 2018, la que para ese momento aún no había vencido y que por lógica en la mayoría de los casos todavía se encontraba impaga.
En definitiva, la sobreabundancia de boletas distribuidas por la comuna junto a la confusa forma en la que ARM está explicando a qué deben atenerse los contribuyentes está generando un auténtico dolor de cabeza.
Lo que es claro es que a partir de la propuesta impulsada por la gestión de Arroyo, a partir de la cuota 6 de este año la TSU ya registra montos superiores a los que estaban vigentes.
Las subas aplicadas son dispares entre sí y lo cierto es que en muy pocos casos se corresponden con el 24% que en su momento había prometido aplicar el intendente.
De hecho, en muchos casos -sobre todo en las categorías más bajas- se registran subas del 100%, 200% y hasta más del 400% para inmuebles edificados.
No obstante los aumentos más drásticos se están percibiendo entre los terrenos baldíos, para los cuales se empezaron a verificar importes que exceden hasta el 1.000%.
Además de empezar a tener ya en sus manos las cuotas 6 y 7 de la TSU (ya aumentadas) los vecinos también están recibiendo los “ajustes” correspondientes a las cuotas 1 y 2. A través de ellos la comuna está reclamando el pago de las “diferencias” generadas entre lo que pagaron oportunamente y el nuevo valor que adquirió la tasa a partir de la entrada en vigencia de la nueva ordenanza fiscal.
De acuerdo a lo que informó la ARM a través de un engorroso texto, todos los vecinos recibirán esos ajustes desde ahora y hasta fin de año, adjuntados a las boletas pendientes.
Por lo tanto, esos ajustes podrán ser pagados de manera mensual junto a las cuotas que se emitirán hasta diciembre inclusive.
Como alternativa, la Agencia también está ofreciendo la posibilidad de acceder al pago anual, cancelando de una sola vez el importe pendiente más los retroactivos, obteniendo así un descuento.
En este contexto, lo que puede acentuar la confusión es el hecho de que este mes la comuna también remitió un “estado de cuenta” para poner al tanto a los contribuyentes cuál era su deuda al 31 de mayo.
Allí en todos los casos aparece como adeudada la cuota 6, algo que para esa fecha era más que lógico teniendo en cuenta que su vencimiento se produjo semanas más tarde.