La Ciudad

La tarde en la que el intendente perdió el tren

Una señal que dejó expuesta la mala relación entre el gobierno provincial y un intendente que cae en picada en las encuestas.

La postal fue diseñada con cuidado. Uno al lado del otro se ubicaron la precandidata a concejal Vilma Baragiola, la gobernadora María Eugenia Vidal y el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich. Detrás de ellos, la imagen del tren que recién había llegado a la ciudad después de dos años de espera. Así fue pensada la foto principal del acto aunque a último momento se produjo el sorpresivo agregado del diputado provincial Guillermo Castello.

La foto del acto. El intendente quedó afuera.

En política, las fotos hablan. Y sobre todo en Cambiemos donde los detalles son cuidados con obsesión. Por eso, que el intendente Carlos Arroyo no haya estado presente en la imagen de un anuncio tan importante tiene un significado político: la relación entre la gobernación y el Jefe Comunal está rota.

El quiebre lo marcó el cierre de listas y el escándalo que protagonizaron los negociadores del intendente, Guillermo Arroyo y su yerno, Mauricio Loria. El concejal hasta contó en distintas notas periodísticas que estaban decepcionados  con la actitud de Baragiola y por lo relegada que quedó la Agrupación Atlántica – el partido del jefe comunal- en el armado final de las precandidaturas a concejales.

A esta situación se le suman las encuestas que la gobernadora recibe en su despacho. La imagen del intendente Carlos Arroyo está en picada: es una de las peores de los gobernantes de Cambiemos. Por eso se lo mostrará lo menos posible durante la campaña y se buscará resaltar la figura de Baragiola que goza de la “bendición” de las encuestas.

Fuentes de la gobernación consultadas por LA CAPITAL intentaron bajarle los decibeles a la poca exposición del intendente y aseguraron que no salió en la foto porque se quedó hablando con el ministro de Gobierno, Joaquín De La Torre. Inverosímil.

Lo cierto es que al menos dos secretarios del gabinete de Arroyo admitían ante LA CAPITAL que el jefe comunal “está muy golpeado”. Lo señalaban tras haberse enterado que no estaría en la foto. En tanto, se comentaba con sorna lo realizado por Castello. “Se cortó solo, me metió en la foto y nadie se animó a sacarlo. Nadie lo invitó a estar ahí. La gobernadora después terminó pidiendo explicaciones a su gente de Ceremonial aunque nadie le pudo explicar que había sucedido”, deslizaron desde la Provincia.

Desde el gobierno municipal también intentaron minimizar la repercusión del desplante con un gacetilla de prensa en la que se destacó que el intendente había pedido desde el comienzo de su gestión el regreso del tren a la ciudad. “En su momento ya me ocupé de esto hablando con Nación, investigando la cuestión del Río Salado y durmientes. Un poco en silencio, la administración nacional ha hecho un gran trabajo porque se han cambiado miles de durmientes y yo mismo vi trabajando a las máquinas”, destacó Arroyo. La nota fue ilustrada con una foto del intendente e integrantes de su gabinete con el tren de fondo. No llegaron ni a subirse.

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