Se dijeron muchas cosas sobre lo que originó la trifulca arriba de un vehículo de paseo de la Plaza Colón. Disputa de clientes, pelea por el negocio, etc. Pero el problema habría sido mucho más personal y ceñido a cuestiones privadas. Aún en la denuncia de la damnificada no se menciona que se haya accionado gas pimienta o algo similar.
Por Fernando del Rio
En estos tiempos, veloces como un Cadillacs sin freno diría Sabina, la debilidad de los medios en seguir el ritmo a las publicaciones de redes sociales y el miedo a no poder hacerlo impulsan a divulgar hechos más ocurrentes que noticiosos, más en busca de reacción que de reflexión. En algunos casos hasta cobran una amplificación que más tarde se atenúa. En otros puede existir un trasfondo más serio y de gravedad.
Horas atrás se conoció un ataque a un vehículo de paseo readaptado como un “Barco Pirata”, uno de los tantos que se reúnen en torno a la plaza Colón y que, en una cómoda simplificación, se los conoce como “trencitos de la alegría” por aquel que tuvo mayor trascendencia.
La historia del ataque al “Barco Pirata” surgió de un video en el que algunos pasajeros bajaban presurosos y acusando haber recibido gas pimienta al quedar atrapados en medio de una disputa. Una vez debajo del vehículo continuaron las quejas y se empezó a tejer un sinnúmero de hipótesis sobre lo sucedido, por un lado, asegurándose que había sido esparcido ese gas y por el otro relativizándolo a otro tipo de líquido o “spray”. Por fortuna para la salud de todos aquellos afectados, no hubo mayores consecuencias.
MAR DEL PLATA; UNA LOCURA. tiran gas pimienta en el Barco Pirata lleno de chicos Via @CristianCampi
😯🫨😶🌫️🥴😵🤥 pic.twitter.com/PSQJCLDPgG
— Solo Tránsito↗ (@solotransito) February 3, 2023
Pero lo otro que empezó a inquietar o al menos a generar intriga fue el origen de la pelea. Se dijeron muchas versiones y la mayoría de ellas se esparcieron, como ese supuesto gas pimienta, con picor y rapidez por las redes sociales.
Los medios, con la dinámica de estos tiempos veloces, procedieron a divulgarlo porque, en definitiva, se trataba de un contenido recreativo y que atraía en el formato que fuese: televisión o portales de noticias. LA CAPITAL también, claro está.
Las hipótesis que más espacio ganó, un poco por conjetura y otro por factibilidad, fue de una disputa por clientes. De hecho, una gran cantidad de usuarios de Twitter lo reflejaron así. Y luego ese contenido recreativo terminó por imponerse, con notas a los personajes que iban a arriba del Barco Pirata.
¿Pero qué fue lo que realmente originó esa pelea? ¿Hubo en verdad gas pimienta? ¿Pasaron desde una moto unos “justicieros” y apretaron el gatillo del aerosol?
Frente al cariz que tomaron los sucesos con el correr de las horas, las autoridades judiciales y policiales procedieron a investigar. Además, porque, cierto es, ese tipo de vehículos cuenta con pasajeros habitualmente menores, niños, que van acompañados de sus padres, y una situación de esa naturaleza, es una situación grave.
Pero, para desazón de los que ya imaginaban la Mafia del Trencito o los Sicarios del Barco de paseo, la pelea habría sido por otras cuestiones, ajenas al negocio de los viajes de excursiones.
A las 19.30 del día de los hechos (el jueves) una mujer que es esposa del chofer de una de esas unidades recreativas estaba a bordo, ya que también trabaja, cuando fue increpada por una adolescente. Esa joven, tal como se informaría luego a la policía, había sido o mantenía una relación de noviazgo con el hijo de la mujer. En principio, todo aquello no pasó de un insulto, pero minutos después la menor regresó acompañada por su madre y allí los reproches por temas personales se intensificaron. Y entonces hubo una trifulca y un par de cachetadas. La secuencia que se había iniciado en la vereda de la plaza se trasladó a uno de los vehículos, que ya tenía pasajeros.
Aquí es cuando se produce un bache en lo que esa mujer contaría más tarde a la policía. Porque el video que muestra a la gente descendiendo del Barco Pirata es en La Rioja casi San Martín, es decir que bastante lejos de la Plaza Colón.
La denunciante, que solo acudió a la subcomisaría Casino y que recién el lunes lo hará en la Oficina de Composición Temprana de Conflictos Penales a cargo de Graciela Trill para ampliar sus dichos, jamás mencionó el gas pimienta en la presentación policial que lleva el número 46302/2023.
Hubo testigos que aseguraron que la sustancia, gas o líquido que afectó a los pasajeros fue lanzado por dos personas en motocicleta, pero esto no consta en la denuncia. El mismo chofer del Barco Pirata lo habría manifestado a agentes de tránsito municipales que llegaron a asistir a las personas, quienes según se observa en el video sufrieron picor en los ojos y dificultad leve para tragar o respirar. Acaso aquella pelea iniciada en la Plaza Colón continuó con un seguimiento de la moto a esa mujer, pero eso no está del todo confirmado.
Por lo pronto, la única versión oficial de los hechos es la que escuetamente dio la mujer y, si su historia es real, debería traer algo de tranquilidad a los turistas (o marplatenses) que quieren ir a disfrutar de tan tradicional actividad, dado que lo que se presentó como una posible batalla territorial o de disputa por clientes habría tenido otro disparador, algo más personal y que en la semana se dirimirá en los estrados judiciales.