Durante una fiesta privada de la que participaba como invitado, Jon Bon Jovi se animó a tomar el micrófono y sorprender a todos con un clásico.
Cuando los acordes arreglados para jazz de “Livin’ on a prayer” sonaron en la fiesta, el invitado de traje gris supo que dejaría de ser uno más. Lourdes Valentin habían sido contratados para el casamiento y no defraudaron, mucho menos cuando, sabiendo de la presencia de Jon Bon Jovi, decidieron ir por el clásico de la banda que impactó en los 80 y 90.
Mientras todo era grabado por una cámara de video, el maduro Bon Jovi pidió el micrófono y completó la canción con una versión relajada.