La argentina derrochó simpatía y mucha química en el Wizink Center con su público en un "show" de unos 90 minutos con más bailarines que músicos (solo dos, concretamente).
Por Javier Herrero
El de Nicki Nicole es otro de esos casos paradigmáticos de la música actual en español, no por ello menos sorprendente: el de una anónima promesa de la música que en solo cinco años consigue plantarse en el Wizink Center de Madrid ya como estrella global.
“Yo soñé muchas veces con que esto sucediera”, ha reconocido la argentina en el momento más emotivo de su actuación al interpretar su tema ‘Plegarias’ ante el aforo agotado previsto para esta cita, 10.000 personas según cifras de la organización, la gran mayoría en la veintena para disfrutar de “hits” como ‘Wapo traketero’, ‘Marisola’ o ‘Mamichula’.
Son quienes no han querido perderse ese gran momento de confirmación de Nicole Denise Cucco (Rosario, 2000), que ha derrochado simpatía y mucha química con su público en un “show” de unos 90 minutos con más bailarines que músicos (solo dos, concretamente).
Ha sido una buena oportunidad asimismo para explorar el universo de esta artista que cristaliza en canciones la técnica del “freestyle” y que, con una actividad creativa incesante (otro signo de los tiempos), ha editado tres álbumes en este breve tiempo.
Buena parte del repertorio ha girado en torno ‘Alma’ (2023), el último, pero también a lo más granado de su producción anterior, esto es, ‘Recuerdos’ (2019), ‘Parte de mí’ (2021) y la multitud de colaboraciones (otra tónica de los músicos actuales) que convirtió en éxitos junto a coetáneos como Trueno, Duki o Bizarrap, parte también de esa ola musical argentina de estela fulminante.
Con casi media hora de retraso, el espectáculo ha arrancado por fin envuelto en una energía etérea entre golpes a las cajas de ritmos, un colchón sobre el que la protagonista ha emergido enfundada en un vestuario blanco ante ocho bailarines y una enorme pantalla de forma triangular.
Con los registros más dulces de su voz ha interpretado ‘Tienes mi alma’ y ‘Se va 1 y llegan 2’, ambos de lo más reciente de su catálogo, para saltar desde ahí a uno de los temas que supusieron su despegue en 2019, la sesión número 13 de Bizarrap.
“¡No puedo creer que al fin esté aquí con ustedes!”, ha exclamado con entusiasmo y aparente sinceridad justo antes de interactuar de manera directa con sus seguidores y con las dedicatorias recogidas en decenas de pancartas, del tipo: “Nicki, tú tienes mi alma”.
No ha sido la única atención con ellos, ya que al son de la cumbia ‘Otra noche’ ha bajado en un momento dado al foso para firmar autógrafos e incluso hacerse fotos, antes de regalarles ‘Mamichula’, su gran éxito en cuanto a reproducciones con más de 450 millones en Spotify.
Su visita a España, por otro lado, ha servido para subir al escenario a “un hermano” de aquí, Delaossa, con el que compartió escenario en su primera actuación en la capital en el festival Madrid Salvaje en 2019 y con el que de nuevo a dúo ha cantado ‘Me has dejado’.
Igualmente ha querido acompañarla Rels B para intepretar ya casi al final ‘qué le pasa conmigo?’, en ausencia de otras estrellas nacionales como Aitana, Lola Índigo o Bad Gyal, aunque si han sonado algunos de los temas fruto de sus colaboraciones con ellas, véase ‘Formentera’ y ‘Enamórate’.
En la parte negativa, unas reiteradas ausencias del escenario que han roto parte de la fluidez del espectáculo y un sonido emborronado que a menudo hacía difícil entender las letras de las canciones, con solo dos músicos para dar vida a todo aquello que no iba pregrabado.
Precisamente cuando el “show” se ha desnudado de artificios y se ha podido disfrutar de su voz es cuando este ha ganado en credibilidad y emoción, como al intepretar la citada ‘Plegarias’, ‘No voy a llorar’ o su sensual versión del ‘Tuyo’ de Rodrigo Amarante.
Y cuando Nicki Nicole ha ido con todo, sobre todo en el último tramo, los movimientos coreográficos han remado a su favor y le han dado gran fuerza a temas como ‘Dispara’, ‘YaMeFui’ o, ya en el remate, el que fue su primer gran éxito, ‘Wapo Traketero’, entre el fragor de un público entregado.
EFE.