El Consejo de Empresas Pesqueras Argentinas advirtió que la industria sufre pérdidas millonarias por el estado de colapso en la que se encuentran las terminales del puerto local. La cámara reclamó obras, mejoras en la infraestructura y una mayor eficiencia en la gestión de los espacios portuarios.
La industria pesquera pierde millones de pesos por año a causa del estado de congestión en el que se encuentra el puerto de Mar del Plata.
Según cálculos realizados por el Concejo de Empresas Pesqueras Argentinas (CEPA), en 2016 esa pérdidas fueron superiores a los 30 millones de pesos, contabilizando sólo los sobrecostos derivados de movilizar a más de 200 buques amarrados en muelles que permanecen superpoblados de embarcaciones.
Según la entidad, debido a la escasez de espacio físico, de manera habitual las empresas deben efectuar maniobras que no están vinculadas con ninguna actividad productiva, sino que son resultado de la congestión de sus terminales.
A diario los barcos deben ser desplazados dentro de los mismos muelles para permitir el ingreso o la salida de otras embarcaciones.
En ocasiones, para asegurar el egreso de un sólo barco hay que movilizar hasta otras 8 ó 9 unidades.
Según CEPA, todas esas operaciones son costosísimas y generan enormes pérdidas para las empresas, a las que a veces se les suman los gastos. Los más habituales están dirigidos a reparar los daños causados por ocasionales choques entre buques.
La cámara que nuclea a algunas de las principales compañías del rubro, indicó que en la actualidad la contratación de los servicios de remolque tiene un valor que va de los 2000 a los 2500 dólares.
Tras haber sufrido un incremento del 600% desde 2008 en adelante, el valor de estos servicios tienen una influencia creciente en los costos de las compañías.
“Teniendo en cuenta la cantidad de movimientos que una embarcación pesquera de mediano o gran porte realiza a lo largo de 12 meses, así como el número de barcos activos de estas características existente, es posible determinar que sólo estas operaciones consumen cada año una cifra holgadamente superior a los 30 millones de pesos“, planteó la cámara.
A través de un documento CEPA reclamó obras, mejoras en la infraestructura y una mayor eficiencia en la gestión de los espacios portuarios.
La institución atribuyó la falta de espacio a varias razones. La primera de ellas, tiene que ver con que el puerto aún mantiene la misma infraestructura y la misma cantidad de espacio de amarre que hace 100 años.
“En el muelle 2, por ejemplo, cuyas dimensiones admiten el atraque de entre 6 y 7 embarcaciones dispuestas de manera paralela, actualmente se registra la presencia de más de 40 barcos amarrados uno junto al otro, más allá de la séptima u octava andana”, describió la cámara advirtiendo que esta imagen habitual en Mar del Plata es “anormal” en cualquier puerto del mundo.
“Paradójicamente, mientras los muelles se encuentran saturados, dentro del puerto de Mar del Plata existen espacios físicos destinados a actividades no portuarias, obstruidos o subutilizados“, agregó.
Desde CEPA denunciaron que algunos sectores de amarre están inutilizados por la acumulación de arena y otros por la presencia de unas 40 embarcaciones abandonadas e inactivas -algunas hundidas- que además generan “contaminación y daño ambiental”.
La entidad identificó otro problema: “la flota con asiento permanente en Mar del Plata convive con decenas de embarcaciones provenientes de otros puertos, las cuales eligen el puerto local para permanecer amarradas durante prolongados períodos de tiempo. Su presencia ociosa -con la cual se llega a registrar actualmente la existencia de un total de más de 300 barcos- también priva a las embarcaciones plenamente activas de una importante cantidad de metros de amarre con fines productivos”, explicó.
Tras describir el problema, CEPA instó a las autoridades a adoptar medidas, las cuales, enumeró del siguiente modo: