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La película de suspenso tuvo un final feliz para Quilmes

El equipo de Javier Bianchelli venció 102 a 100 en tiempo suplementario a Boca Juniors, que el lunes había sido derrotado por Peñarol. El clásico marplatense se juega el viernes.

por Marcelo Solari

La noche tenía que terminar en alargue. Después de tanto suspenso, de tantos vaivenes, de tanto remar, fueron necesarios 5 minutos más. Y Quilmes pudo derrotar a Boca Juniors, por 102 a 100, en tiempo suplementario, por una nueva jornada de la Liga Nacional de Básquetbol. En la vigilia de un nuevo superclásico, el “tricolor” alcanzó a Argentino de Junín en la tabla de la Conferencia Sur, y se ilusiona con ingresar en los play-offs.

El comienzo fue de ensueño para Quilmes, que atacó bien y defendió mejor. El local movió el balón con criterio hasta encontrar el mejor tiro, y atrás clausuró los caminos hacia su aro. El 11-1 de arranque fue por demás expresivo de lo que sucedía en cancha.

Boca demoró 3m30s en convertir sus primeros puntos desde el campo: triple de Fotios Lampropoulos. Sin embargo, fue el “tricolor” quien continuó en dominador y tras una positiva ráfaga de Luca Vildoza elevó su ventaja a un contundente 22-6.

Pero está visto que no se puede aflojar ante ningún rival. Quilmes lo hizo, los cambios le cayeron mejor a Boca y el “xeneize” estableció un parcial favorable de 8-0 para acercarse 22-14.

Para el segundo cuarto, el visitante empezó a confiar más en su agresividad sobre el balón, protegió muy bien su canasto y ganó precisión en la misma proporción en que Quilmes la fue perdiendo.

El conjunto marplatense empezó a retroceder en juego y en espíritu, defensivamente ofreció grietas y su oponente las capitalizó de la mejor manera (24-22).

Para entonces, la presencia de Eduardo Vassirani le aseguraba a Boca una correcta defensa interior y una importante carga al rebote ofensivo.

La balanza del juego se equilibró y Quilmes ya no tenía la chispa de aquel inicio. Entonces se encadenaron un par de situaciones que beneficiaron al “tricolor”. La primera fue la salida momentánea de Lampropoulos (se dislocó un dedo de su mano izquierda). Y la segunda, la exclusión de Lucas Pérez. En un ataque de Boca, la pelota pegó claramente en el pie de un hombre de Quilmes y quedó suelta. El árbitro Javier Mendoza juzgó que no hubo intención, le dio la continuidad la jugada, Pérez se excedió en la protesta, recibó una falta técnica y como volvió a reclamar, el juez lo expulsó.

Quilmes le sacó el jugo a esa situación. De la mano de Enzo Ruiz sumó los dos tiros libres y un triple posterior que alejó a su equipo 40-28.

Recomponer la situacón no era sencillo para Ronaldo Córdoba, ya que Nicolás Gianella otra vez no pudo jugar y perdía a su otro base.

Al menos recuperó a Lampropoulos y el panameño Gary Forbes o el pibe Lucas Gargallo fueron los encargados de la conducción.

En ese escenario, Quilmes, que debía salir fortalecido, equivocó el camino. y no consiguió asegurar la ventaja conseguida.

De hecho, Boca terminó mejor la primera mitad y arrancó de la misma forma el tercer cuarto, basado en el protagonismo de Forbes, el certero Lampropoulos y el rendidor Gargallo.

La diferencia fluctuó entre los 4 y 6 puntos hasta la mitad del segmento, aunque la entrada en acción de Fernando Funes acercó peligrosamente al visitante (52-51).

Aunque Quilmes sostenía su delantera sumaba preocupación por la cuarta falta personal de Iván Basualdo. Y todavía quedaba mucho por recorrer.

Y ante el estupor general, menos para el grupo de hinchas de Boca ubicado en una de las cabeceras, Marcus James anotó con falta incluida y le devolvió la delantera al “xeneize”, algo que hasta allí sólo había pasado en los primeros segundos de juego.

Le costó una enormidad a Quilmes. Boca pareció tener el camino más claro y el local, en todo el cuarto final, se transformó en perseguidor. A corta distancia, es cierto, pero atrás en las cifras. Y llegó 82-86 abajo al minuto final.

Un gran doble de Gargallo abrió una luz de 85-88, y luego hubo una falta a Vildoza, que anotó primer libre y falló el segundo. Pero en la carga al rebote, un oportunod cacheteo de Basualdo empató en 88. En los últimos 10 segundos, al visitante sólo pudo ensayar un tiro muy forzado y sin chances reales.

En el alargue, las diferencias casi no existieron. Apenas el oportunismo de Basualdo (de gran partido) y Tracy Robinson, con sendos rebotes ofensivos y dobles incluidos, que aseguraron una victoria tan sufrida como festejada.

 

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