Las elecciones provinciales encendieron las luces de alerta. El porcentaje de afluencia a las urnas y el voto en blanco, variables a tener en cuenta.
Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de hoy presentan un gran interrogante: el de la participación. Es que la apatía, el desencanto y la incertidumbre que en mayor o menor medida marcaron todos los encuestadores durante la campaña podrían jugar un rol clave en Mar del Plata y el resto del país.
El estado de humor social suele reflejarse en dos variables electorales: el porcentaje de afluencia a las urnas y el voto en blanco. Este año, la participación electoral bajó en 15 de las 17 provincias que ya tuvieron elecciones, mientras que el voto en blanco creció en 12.
Con estos precedentes, buena parte de los precandidatos pidió que la gente vaya a votar. Como argumento, varios recordaron que este año se cumplen 40 desde el regreso de la democracia.
En Mar del Plata, el antecedente inmediato en una PASO es el de las legislativas de 2021, cuando la participación fue del 63% y el voto en blanco alcanzó el 4,91%.
En 2019, es decir en la última elección para cargos ejecutivos, el voto en blanco en las primarias fue de 4% y el porcentaje de afluencia a las urnas, de 71,3%.
Por su parte, en las PASO legislativas de 2017 se registró un 5,8% de voto en blanco y un 69% de participación, mientras que en las primarias para cargos ejecutivos de 2015 votó en blanco el 8,72% y acudió a votar el 68,3% del padrón.
Más atrás en el tiempo, en las elecciones legislativas de 2001, dominadas por el “voto bronca”, hubo un 70% de participación, pero el castigo a la dirigencia política se reflejó en la forma del sufragio: más de 85 marplatenses y batanenses, el 28,4% de los que fueron a votar, anularon su voto o votaron en blanco, por encima de los que obtuvo la fuerza ganadora, Acción Marplatense (63.587).