Campo

La paradoja de la producción ovina: floreciente, pero desciende en la zona

El notable aumento del precio del cordero impulsa la actividad en la región. Sin embargo, el consumo no mejora porque la carne ovina no está incluida en la dieta diaria de los argentinos.

por Sebastián Plaza

BALCARCE (Corresponsal).- En la región existe una de las majadas más importantes del país de ovejas Lincoln puras de pedigree. Pertenece a la familia Ispizúa, que es reconocida en Balcarce, Mar Chiquita y Ayacucho por sus constantes avances con la cría de ovejas.

Con una década de reconocimiento en la Sociedad Rural de Palermo, donde sus ejemplares son premiados año tras año, los Ispizúa se han caracterizado por mejorar la genética de la raza.

El veterinario Luis Ispizúa está a cargo de la majada y sigue los preceptos que le brindó primero su abuelo y luego su padre. Diariamente se encuentra en cada establecimiento para brindarles la mejor atención a las ovejas.

Por todas estas razones es uno de los referentes de la actividad y una de las voces autorizadas para poder realizar un diagnóstico de la actividad y analizar sus diferentes aristas.

Se perdió el consumo habitual

El profesional reconoció que la producción ovina fue perdiendo espacio en los campos por diferentes razones. “Se ha dejado de tener producción ovina y se ve demostrado porque ya muchos campos ya no crían ovejas. Antes en todos los campos existía aunque sea una majada de cincuenta ovejas que muchas veces era para consumo familiar. Se abastecía a los dueños y a las familias que trabajaban en cada establecimiento. En la actualidad el consumo de cordero queda para encuentros sociales familiares  y no para consumo diario”, analizó.

El productor indicó que “la principal razón es que en campo se dedican más a la agricultura. Otra es que el personal en los campos es cada vez menor y las ovejas necesitan mucha atención. Una que no es menor es el robo de ovinos que, en los últimos tiempos, es cada vez más frecuente. Muchos dejaron de tener ovejas porque se las robaban”.

Sin estadísticas

Ispizúa es consciente que se ha perdido la costumbre de comer carne ovina en cualquier momento de la semana.

“Se come carne de pollo, pescado o vaca pero no decimos voy a comer unos bifes de capón porque ya no está en la dieta de los argentinos. Si no se trata de un cumpleaños o algún evento social que se cocine al asador no se come cordero”, analizó.

El consumo de carne de oveja es tan bajo que no entra en las estadísticas. Se sabe que se consumen alrededor de 60 kilos de carne vacuna, 20 kg de pollo y unos 15 kilos de cerdo por habitante por año. Sin embargo, la carne ovina no tiene referencias de consumo.

“Si sigue aumentando el valor del cordero va a llegar un momento que va a convenir más tener una oveja que una vaca. Además se va a transformar en una comida de lujo para los argentinos”, reflexionó.

Se trata de un animal que se consume preferentemente en la Costa Atlántica, donde la ciudad más importante por el consumo es Mar del Plata. “De hecho cuando comienza la temporada de verano no damos abasto con la cantidad que requieren”, añadió.

En la actualidad, el precio del cordero es cada vez es más alto y por ende la actividad ovina tiene mucho futuro. “Se está hablando de que un cordero cuesta 1.500 pesos. Para que se den una idea si una oveja tiene mellizos va a equivaler a medio ternero, siendo que una oveja no te ocupa mucho, sino menos espacio que una vaca”, contó.

Tradición

La familia Ispizúa es una de las tradicionales en la región por haber estado siempre abocada a la actividad pecuaria. Luis recordó que “hace cuarenta o cincuenta años, por ejemplo, la producción de lana rendía económicamente como la soja en la actualidad. En todos los campos existían ovejas”.

En este momento, los Ispizúa cuentan con la majada más grande de puro de pedigree del país en lo que es la raza Lincoln. “Producimos unos 50 ejemplares puros al año y en general unos 400 en los tres campos que contamos en la zona”, puntualizó.

El veterinario mencionó que en la actividad se comercializa la carne y la lana. “La lana se sigue vendiendo bien porque se puede esperar para su venta hasta que alcance buen precio. Sobre todo, la lana gruesa que proviene de la clase Lincoln. Se produce entre 9 y 10 kilos por año por animal a través de dos esquilas”, referenció.

Por último, se mostró orgulloso por el prestigio que alcanzó su rodeo a través de los premios que se alcanzaron en los últimos años en la exposición de Palermo. “Se presentan los mejores ejemplares del país y en un ambiente por demás auspicioso por todo lo que significa estar en la Rural. Es una gran satisfacción obtener un premio porque lleva mucho trabajo en el campo para presentar los animales allí”.

Premios

Vale destacar que desde el campo “La Maruca” surgió una oveja preñada que fue consagrada como la Gran Campeona de la raza Lincoln, mientras que otra oveja obtuvo el segundo premio. Por su parte, un carnero se convirtió en Reservado Gran Campeón y el restante fue tercero entre los machos.

Asimismo, este año asumieron el gran desafío de concursar en la raza Hampshire Down que presentó un centenar de ejemplares siendo una de las más competitivas. “Para que se den una idea se presentó un jurado inglés para definir a los mejores. En este caso, obtuvimos dos terceros puestos”, concluyó.

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