Por Gerardo Gómez Muñoz
A mitad de diciembre el Frente de Todos -o más bien unos pocos dirigentes, cada vez más cerrados en sus convicciones “orgas”- comenzó a encerrarse en conciliábulos para diseñar la nueva conducción que debía ser presidida por Máximo Kirchner, el empoderado número uno del kirchnerismo y por ende del FpT o “de ellos”, como ya se masculla entre los más disconformes.
También los que no veían con simpatía el agudizado poder “del dedo”, ya estaban operando buscando una silla y una nominación, porque nadie en estos trances quiere quedar afuera.
Los radicales -algunos ya no se aguantan tanta postergación, sobre todos los que tienen no sólo la lista sino las pretensiones- pueden morir de un soponcio porque se consideran con las mejores perspectivas. Y si esto sigue con una apretada de la pandemia hacia marzo no hay nervios que soporten.
Gustavo Posse, acompañado por Danya Tavela y Federico Storani.
Para colmo Gustavo Posse y su equipo que habían preparado con sigilo un encuentro de su equipo en Mar del Plata con representantes de la jugosa Quinta Sección Electoral, casi les resultó una chacota del “Día de los Inocentes”, porque Maxi Abad con una legión de correligionarios los madrugó y en dos días congregó una notable concurrencia de correligionarios como para marcarle la cancha al que venía de San Isidro.
Más importante que la cantidad fue la calidad de la concurrencia que en primera fila. Diciendo sus versos estuvo el ex intendente Daniel Katz, otro insigne como Oscar Pagni, la luchadora Vilma Baragiola, Tato Serebrinsky, Carlos Aramburu, Ariel Martínez Bordaisco, gente de la JR, de Franja Morada, de la Agrupación de Trabajadores Radicales, Instituto Ricardo Rojas…Y otros que no pierden el paso como Carlos Lairal y Ernesto Argüeso.
Sorprendió la eufórica presencia de Alejandro Vicente, el hombre fuerte de Carlos Arroyo hasta el último y lastimero día.
Maxi se ufanó del crecimiento radical que “pasó de casi una posición de partido testimonial a crecer en la provincia hasta lograr 32 intendentes frente a 11 de años anteriores y la jefatura de ambos bloques legislativos de la coalición”. Además aseguró que la UCR va a ser vital vital en coalición electoral. No menos entusiasta con tal futuro fue Katz.
Del otro lado de la interna, Gustavo Posse estuvo a su vez acompañado de Federico Storani, Juan Manuel Casella, la candidata a vice en esta lista Daya Tavella y dirigentes de la sección: Mario Raitery, Martín Rapallini, Pía de Marco, Nico Maiorano, Cristina Coria, Walter Curado, Fernando Gagliararno y Jesús Porrúa.
Para tener en cuenta el énfasis con que Posse reclamó: “La UCR debe reclamar y recuperar la dignidad” y en el mismo sentido y como para subrayar sus diferencias con la otra lista: “Nuestro partido debe conducir la coalición electoral actual”.
Pulti con todo
El dos veces intendente marplatense no nació para las segundas filas y lo demostró cuando la muchachada de Gutiérrez y otros no le dieron entrada ni para competir y menos participar del FpT. Se llevó con bronca todo y más de lo que necesitaba Fernanda Raverta.
Ahora, poco a poco, comenzó a destapar sus cartas. Muy firme proclamó en estos días que sale al primer nivel de la escena concejal o a intendente. Y no se lía en las cuestiones de los hoy opositores locales sino en temas importantes y conversando con los que tienen responsabilidades y en tren de aportar ideas.
Siempre y sin jactarse hizo notar que fue dos veces jefe comunal partiendo de un partido vecinal del que fue uno de sus fundadores.
Ahora, en compañía de un vecinalista político como Manuel Fernández, está en la cancha, tal vez para darle un mentis a cierto periodista que descreyó de las actuales posibilidades del poder del vecinalismo en el campo de la política. Su ex concejal Fernández es, precisamente, quien lleva adelante.