Enzo Franco habló con LA CAPITAL y contó detalles sobre el nuevo siniestro vial que sufrió su hijo, junto a su madre y su hermana. El menor ya había resultado con graves lesiones del choque que causó en 2014 el expiloto Lalo Ramos.
Enzo, el padre de Thiago Joel Franco, aún no sale de su asombro por haber sido su hijo nuevamente víctima de un siniestro vial causado por un automovilista en estado de ebriedad. Y a eso se le suma la sorpresa mezclada con gratitud divina por las -esta vez- leves consecuencias del hecho.
“Gracias a Dios Joel está bien, tiene golpes pero le dieron el alta, y está en reposo. Le duelen las piernas porque las tenía apretadas, las rodillas, y le duele la cadera, pero está bien de ánimo”, explica en diálogo con LA CAPITAL casi 24 horas después del incidente ocurrido en la ruta 88.
En su relato sobre lo sucedido este domingo a la noche a la altura del cruce de la mencionada vía con la calle Génova, el hombre cuenta que había dejado a su hijo en el mercado de abasto después que viajaran juntos a La Plata. “Yo soy camionero y él había venido conmigo. Cuando llegamos a Mar del Plata lo dejé ahí y lo pasó a buscar la madre… Y a los cinco minutos me llamó mi hija que habían tenido el accidente”, describió.
Y agregó: “El conductor del otro auto venía alcoholizado y lo choca en el mismo lugar. Joel iba sentado en el mismo lugar que la otra vez… No le encontramos explicación. Rocío no quedó internada pero fue la clínica porque estaba dolorida; ella se llevó la peor parte. Oriana (la hija menor) tiene unos golpes, pero está bien”.
Por último, Enzo señaló que “que hayan salido sólo con golpes es un milagro”. “Hay que darle gracias a Dios de que están todos bien, porque fue fuerte el choque: el auto no sirve más”, concluyó.
En tanto, Maximiliano Orsini -abogado de la familia Franco cuando el menor sufrió graves heridas al ser embestido por el automóvil de Lalo Ramos en 2014- volvió a tomar su representación legal y adelantó a este medio que este martes concurrirá a la Fiscalía de Delitos Culposos para adentrarse en el expediente. “Vamos a estar presentándonos como particular damnificado, más allá de que son ‘lesiones leves’ todavía está a considerarse si pueden transformarse en ‘lesiones graves’, porque son daños principalmente desde el punto de vista cervical y pueden manifestarse de acá a unos días. O sea que todavía no se sabe bien cómo pueden evolucionar”, dijo el letrado respecto de la investigación que se inició por lo ocurrido este domingo a la noche.
Y además indicó que la familia será querellante en la causa “principalmente por el peligro que generó este tipo a nivel social, desde el punto de vista de la comunidad”. “Es una locura, 1,90 de alcohol en sangre… Pudo haber hecho un desastre. Esto un flagelo que no tiene fin”, expresó Orsini.
El nuevo choque sufrido por la familia Franco se produjo este domingo a la noche en el cruce de la ruta 88 con la calle Génova, cuando el rodado de un hombre identificado como Leonardo Salas Pinto (42) avanzó a alta velocidad e impactó contra el Chevrolet Meriva en el que viajaba Thiago Joel en el asiento del acompañante y al volante lo hacía su madre Rocío Bárbara Dusek (36). Detrás iba Oriana, la menor de las hijas.
El adolescente quedó atrapado entre el asiento y el sector de la guantera del vehículo, por lo que debió esperar a la llegada del Cuerpo de Bomberos del Cuartel Monolito para su extracción. Tanto él como su madre fueron trasladados hasta el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) para una mejor examinación.
A la vez, Salas Pinto también fue llevado hasta el nosocomio luego de que se le efectuara el test de alcoholemia por personal de Tránsito Municipal con la custodia de la policía. El resultado fue lapidario: tenía 1.90 m/g de alcohol en sangre, por lo que se iniciaron actuaciones caratuladas “Lesiones”, con intervención del fiscal Rodolfo Moure, quien dispuso la aprehensión.
Thiago Joel Franco tenía 5 años cuando el auto en el que viajaba fue chocado por Ramos y sufrió triple fractura de cráneo y debió ser internado en el Materno Infantil. Como consecuencia de esa lesión, el niño está en constante tratamiento porque padece hemiplejía, síndrome postconcusional, epilepsia y síndromes epilépticos sintomáticos relacionados con localizaciones y trastorno de la conducta sociable, que se traduce en inestabilidad emocional, ansiedad, falta de concentración, crisis de furia e irritación.
Desde que ocurrió el siniestro, hasta que Ramos fue condenado, transcurrieron más tres años en los que la defensa particular del expiloto de TC había solicitado la probation.
La Cámara de Apelaciones de Mar del Plata había aceptado que Ramos recibiera el beneficio de la probation, pero luego de que la el abogado de la familia de Thiago apelara, la Cámara de Casación revocó la resolución y dispuso que el expiloto fuera a juicio y oral.
Ramos estaba imputado por el delito de lesiones culposos, que prevé una pena máxima de 3 años, lo que hace excarcelable cualquier fallo. Finalmente en junio de 2017 Ramos fue condenado en un juicio abreviado celebrado en el Juzgado Correccional de Pedro Hooft a 2 años y 6 meses de prisión en suspenso y quedó inhabilitado a conducir por 4 años.
Siete años después de que Eduardo “Lalo” Ramos chocara el auto en el que viajaba el nene Thiago Franco y su familia y le provocara daños permanentes y, tras unas serie de dilaciones procesales, el expiloto de TC terminó de abonar la millonaria reparación económica dispuesta por la Justicia Civil.
En noviembre del año pasado, luego de que el abogado de la familia del nene, Maximiliano Orsini, presentara la denuncia, la sala tercera de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial había fijado que “Lalo” Ramos debía pagarle a Thiago Franco y su familia una suma cercana a los diez millones de pesos por los daños y el perjuicio causado al haber chocado el auto en el que iban el 29 de marzo de 2014.
El dinero abonado por “Lalo” Ramos fue depositado en nombre de Thiago en el Banco Provincia, en un plazo fijo a la orden de un juez para su uso en alternativas de inversión favorables para el nene.
Cabe destacar que como “reparación” Ramos había ofrecido abonarle a la familia de Thiago cerca de cien mil pesos y alquilarles un departamento frente a la clínica Fleming en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para cuando el nene debía ir por tratamientos.
Ese ofrecimiento había sido rechazado por la familia de Thiago y el abogado Orsini, en la causa tramitada en la Justicia Civil había solicitado una suma mayor con el fin de poder costear los permanentes tratamientos que debe afrontar el nene y mejorarle la calidad de vida a pesar del daño permanente.