Los tratados internacionales sólo contemplan el uso de cannabis para fines medicinales y científicos. Desde el organismo censuraron a los países y las jurisdicciones de Estados Unidos que permiten la venta legal de marihuana con fines recreativos.
El órgano de la ONU encargado de vigilar el cumplimiento de los tratados sobre drogas alertó este martes contra la banalización de los riesgos del consumo de cannabis, al abordar el debate internacional sobre la adopción de normativas más permisivas para su uso.
El informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), presentado hoy en Viena, enfocó lo que considera “malentendidos” que rodean a numerosas iniciativas legales en todo el mundo, especialmente en el continente americano.
Los tratados internacionales contra las drogas solo contemplan el uso del cannabis para fines medicinales y científicos.
“La legalización del cannabis con fines recreativos, como se vio en un pequeño número de países, representa no solo una dificultad para la aplicación universal de los tratados, sino también un problema importante para la salud y el bienestar, en particular de los jóvenes”, dijo en rueda de prensa el presidente de la JIFE, Viroj Sumyai.
La JIFE es un órgano cuasi judicial formado por 13 expertos que evalúan el cumplimiento de los tratados, y analistas destacan su espíritu conservador, ya que critica cualquier iniciativa que se aleje de las convenciones sobre drogas.
En esa línea, la Junta censuró a Uruguay y Canadá, los dos países que legalizaron la venta del cannabis para fines recreativos, y a los estados de Estados Unidos que también dieron ese paso.
“La aplicación universal y plena de los tratados corre un grave peligro porque algunos Estados parte, como Canadá y Uruguay (así como varios estados de los Estados Unidos), legalizaron el consumo de cannabis con fines no médicos”, señaló el informe de la JIFE.
El trabajo aseguró que la legalización aumenta la disponibilidad de esta droga y reduce el riesgo percibido y la reprobación social a su consumo, que puede causar desde pérdida de memoria a trastornos psicóticos.
Además, sostuvo que en los últimos año en América se produjo un cambio en “la política y la legislación sobre cannabis” y recordó que el pasado octubre la Suprema Corte de Justicia de México consideró inconstitucional una prohibición absoluta del uso recreativo del cannabis, un fallo que abrió la puerta a una posible legalización.
La JIFE criticó también los programas “mal reglamentados” con cannabis medicinal, y dijo que en algunos casos son una antesala a su total legalización.
Numerosos gobiernos aprobaron legislaciones que permiten el uso de cannabis y sus derivados para el tratamiento de enfermedades como cáncer, epilepsia, parkinson y otras dolencias neurodegenerativas.
Sin embargo, la JIFE consideró que la mala reglamentación de estos programas en Canadá y en algunos estados de Estados Unidos pudo contribuir a la posterior legalización del consumo del cannabis al reducir la percepción del riesgo.
“A las afirmaciones no fundamentadas sobre los beneficios médicos del cannabis se sumó una reducción de los riesgos percibidos del consumo de cannabis entre los jóvenes en los Estados Unidos”, agregó el informe.
La JIFE señaló que Paraguay y Perú aprobaron recientemente leyes sobre el uso terapéutico del cannabis, un paso que ya habían dado Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Uruguay. Ciudad de México también adoptó en 2017 una legislación que permite el uso médico del cannabis.