Se vendieron 75 mil ejemplares de "Pape Satan Aleppe. Crónicas de una sociedad líquida" en las librerías de Italia.
El libro póstumo de Umberto Eco, “Pape Satan Aleppe”, cuyo lanzamiento estaba previsto para mayo próximo aunque la repentina muerte del escritor alteró los planes, finalmente salió a la venta el último sábado en las librerías de Italia y en menos de 24 horas vendió más de 75.000 ejemplares.
“Crónicas de una sociedad líquida”, en alusión al concepto clave del filósofo polaco Zygmunt Bauman, es el subtítulo del libro publicado por la editorial La Nave di Teseo, donde Eco despliega en 470 páginas ensayos sobre la actualidad, a partir de diferentes materiales.
Algunos de esos textos son los de “Bustine di Minerva”, la columna que Eco escribía en el semanario italiano L’Espresso desde el año 2000. “Las Bustine que he recogido en este libro son aquellas que consideré recuperables, reflexiones sobre fenómenos de nuestra sociedad líquida” en la que el “hombre vive desde hace unos quince años”, contó tiempo atrás a medios locales.
Eco, fallecido el último 19 de febrero a los 84 años, trabajó hasta poco antes de su muerte en la preparación de “Pape Satan Aleppe”, cuyo título se inspira en un verso de Dante Alighieri e indica precisamente toda la confusión y “la desconexión” en la que el hombre vive hoy día, informó la agencia Ansa.
En el prefacio, el autor de “El nombre de la rosa” explica que las palabras elegidas para el título “confunden las ideas y pueden generar cualquier tipo de diablura: precisamente por esta razón me pareció muy indicado como título”. Es que ahí Eco afronta temas como el derrumbe de las ideologías, de los partidos y de las memorias, en un mundo dominado por un individualismo desenfrenado y el consumismo.
Eugenio Lio, de la editorial La Nave de Teseo, señaló a los medios italianos poco antes de que el libro saliera a la luz que Eco “escribía de un modo en el que estaba todo adentro: desde el entretenimiento hasta el análisis de la vida de todos los días, no sólo política, social y cultural, sino también la tecnológico, que abordaba como semiólogo de grandísimo talento literario”.
En este sentido, el editor Mario Andreose destacó que “Pape Satan Aleppe” también “analiza la identidad del papa Francisco: para él no es un jesuita argentino, sino paraguayo, porque los jesuitas de Sudamérica en 1600 se fueron a Paraguay como consultores de los indios guaraníes para sacarlos de la esclavitud. Tenía mucha estima por este Papa”.
“Umberto había visitado hace un par de semanas por primera vez la editorial. Estaba con su mujer, Renata. Se sentó en la sala de reuniones, que era su oficina. Estaba satisfecho, feliz de haber comenzado una nueva, enésima empresa. Hasta hace poquísimos días había participado de la puesta en marcha de la editorial”, contaron Andreose y Elisabetta Sgarbi.
Incluso, recordaron los editores en un texto, “corrigió los borradores de su libro. Nos solicitó que le recomendáramos al impresor usar una buena tinta. En fin, fue siempre él hasta el final”.