Policiales

La “nueva” policía de Mar del Plata y su despliegue por toda la ciudad

Junto al nombramiento del nuevo jefe departamental, Luis Senrra, llegaron cambio relevantes en la estructura operativa de la policía. Nuevas zonas, nuevos roles y refuerzos para atacar al delito.

Un Comando de Patrullas que recupera la importancia perdida décadas atrás, mayores recursos enviados por la Provincia para insumos, equipamiento y combustibles, el aporte articulado de otros cuerpos de la misma fuerza y un rediseño del despliegue del personal son los cambios que la Policía Bonaerense experimenta por estas horas en toda la jurisdicción del partido de General Pueyrredon.

Los últimos episodios que afectaron institucionalmente a la policía bonaerense en Mar del Plata y que acabaron en mayo con el jefe departamental José Luis Segovia detenido impactaron en el mismo Ministerio de Seguridad de la provincia que ordenó una reorganización operativa, impulsado además por una marcada preocupación por la dinámica del delito.

La necesidad de mejorar las estadísticas y de satisfacer la demanda de la población llevaron a que un par de semanas atrás desmbarcara en la ciudad el jefe de la policía, comisario general Javier Villar para nombrar al nuevo titular de la Departamental Mar del Plata, comisario inspector Luis Senrra.

Con el arribo de Senrra al sillón de Gascón y Entre Ríos se pusieron en marcha ya algunos cambios importantes en la operatividad de la policía.

Por un lado se le quitaron todos los recursos de patrullaje a las comisarías para traspasarlos al Comando de Patrullas. Para el vecino de Mar del Plata tal vez no se aprecie esa variación, pero tiene un sentido logístico de relevancia. Ahora quienes acudan ante un llamado del 911 serán los efectivos del Comando de Patrullas y no los de la comisaría. Con esto se busca un mejor tiempo de respuesta y un enfoque directo en la emergencia, cosa que antes podría llegar a estar disperso por cuestiones propias de las demandas de la comisaría de jurisdicción.

Otro cambio sustancial es que las más de 80 cuadrículas pasaron a ser 60 zonas. Se trata de áreas delimitadas en las que un patrullero del Comando de Patrullas tiene su presencia y no puede salir de allí, excepto en apoyo de otro móvil en una zona lindante.

Cuando el Ministerio de Seguridad analizó días atrás el mapa “térmico” del delito descubrió que, en contrario de lo que puede suponerse, la mayor conflictividad estaba en el sector del centro y macrocentro. “Esto tiene una explicación sencilla y es que, por un lado, es donde hay mayor cantidad de comercios, de gente circulando haciendo trámites, pagando cuentas… y por otro que, realmente, estaba descuidada la prevención”, dijo una fuente consultada por LA CAPITAL.

Por eso se dispusieron en los últimos días que 32 parejas de rondines (policías de a pie) de la Policía Local se desplieguen en las jurisdicciones de las comisarías 1a., 2a., 9a. y parte de la 4a. En el anillo periférico sur esa labor está asignada a la UTOI, que es la unidad especial autónoma que tiene la Policía Bonaerense en Mar del Plata. En tanto, en el anillo periférico oeste y norte el aporte de Infantería, Caballería, y el GPM, que es el Grupo de Prevención Motorizada o policías en motocicleta.

“Lo importante son los recursos que ahora la Provincia está enviando, tal vez porque se dio cuenta de que Mar del Plata puede escalar en delito, violencia y en inseguridad”, repitió la fuente a la que accedió este medio. Al respecto, se supo que de las partidas de combustible que eran solo 6 litros por turno pasó a 25 litros diarios, además de la provisión de baterías y neumáticos.

Por último trascendió que en la sede del Comando de Patrullas, en Laprida y Tucumán, se reacondicionará un sector para el monitoreo de AVL, que es el sistema de geolocalización de los patrulleros. Con esa herramienta se puede establecer en qué lugar está un móvil, cuánto tiempo permanece detenido y cuánto circulando, lo que da una verdadera pauta del patrullaje.

 

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