Gastronómicos aseguran que el consumo "es moderado" en los primeros días de la prueba piloto. De a poco los marplatenses vuelven a los locales. Muchos extrañaban el hábito de sentarse a tomar un café. Destacan el cumplimiento del protocolo.
Había una necesidad compartida. Los propietarios de locales gastronómicos pedían a gritos reabrir sus negocios abatidos por el impacto económico de la pandemia. Los empleados requerían volver al trabajo para defender y recuperar su salario. Pero también los marplatenses extrañaban el hábito de compartir una charla en un café, y esa necesidad se tradujo en las ventas cosechadas en las primeros días de la prueba piloto.
Desde el viernes y solo para la cafetería, los locales gastronómicos de la ciudad pudieron reabrir sus puertas al público luego de más de 100 días cerrados, en principio hasta viernes próximo, siempre en horario diurno, de 7 a 18.
La respuesta de la gente no demoró en llegar y el mismo viernes a primera hora las mesas comenzaron a ocuparse, manteniendo la distancia y el protocolo elaborado para la actividad gastronómico.
“Vemos que la gente nos está acompañando, que los de siempre volvieron y toman muy bien los cuidados que hay que tener. Los marplatenses bancan la apertura y vienen a consumir porque extrañaban compartir un café pero también porque no quieren que se pierdan fuentes de trabajo”, indicó Leo, de “De Postres”, en Castelli y Alvear.
El movimiento, claro está, no es el de antes de la cuarentena por varios motivos. Primero, los locales están trabajando al 30 o 40% de su capacidad. Segundo, el golpe al bolsillo de la pandemia limitó la posibilidad de muchos para gastar. Pero además, varias personas conviven con el temor de poder contraer el virus al ingresar a un local.
Pese a todo, de a poco, con estadías cortas y consumo “moderado”, los marplatenses están volviendo a los cafés. El viernes muchos recuperaron el hábito sagrado del cafecito a la mañana, tomándose fotos y aliviando la curiosidad ante esta “nueva normalidad”, dejando en evidencia la nostalgia de ese recreo en el día que propone la gastronomía.
Algunos se animaron a ingresar recién el sábado, con un desayuno o una merienda en alguno de los tantos cafés que existen en Mar del Plata.
“La verdad es que arrancamos bien, de a poco, estoy medianamente conforme pero la gente respondió muy bien en estas primeras horas, consumiendo poco en general pero es mejor que estar cerrados“, reconoció Ariel, propietario de la sucursal del café “Adorado” ubicado en Independencia y Gascón.
“Necesitaba volver a abrir y recuperar ese contacto con la gente que no se reemplaza con nada”, afirmó Walter, dueño del café “Manotas” de la Galería Luro.
“La respuesta de la gente es fantástica, todos cada vez que pedían algo por delivery nos preguntaban cuándo abrimos, así que dentro de todo estamos trabajando bien en esta reapertura”, señaló Marianela, cajera del café “Honey” de Güemes y San Lorenzo.
En estos primeros días el movimiento fue “tranquilo pero constante”, como lo calificó el mozo de un café de la calle Rivadavia a la espera de que “de a poco la gente vuelva a venir a consumir” para empezar a revertir el daño económico de la pandemia, un proceso que -sin embargo- desde el rubro entienden que llevará más de un año.
Hacer las cosas bien
La reapertura de los cafés está enmarcada en una prueba piloto que durará, en principio, una semana. Todo gastronómico mantiene la expectativa de que la prueba sea exitosa para poder mantener sus locales abiertos una vez cumplido ese plazo. Está claro que nadie quiere volver a cerrar.
“Tenemos que cuidar a los trabajadores de la gastronomía, que tanto necesitan volver a la actividad”, manifestó en ese sentido el secretario de Producción del Municipio, Fernando Muro quien pidió “extrema responsabilidad a todos los marplatenses”.
El funcionario confirmó que si la prueba piloto prospera “con buenos resultados” (sin contagios ni desmanes), será un hecho también la reapertura de los restaurantes y cervecerías de Mar del Plata, aunque para eso “hay que cumplir estrictamente el protocolo” y, básicamente, “hay que hacer las cosas bien”, remarcó.