El festival, fundado en 1956, retomará sus conciertos en el complejo patrimonio de la Unesco de la mano de la artista libanesa Soumaya Baalbaki.
Las imponentes ruinas romanas de Baalbek, en el este del Líbano
BEIRUT, (EFE) – Las imponentes ruinas romanas de Baalbek, en el este del Líbano, volverán a acoger uno de los festivales de música más antiguos de Oriente Medio, un esperado regreso tras tres años sin público por la pandemia del coronavirus que contará con notas de flamenco en el cartel.
Debido a las restricciones por la covid-19, las dos últimas ediciones del icónico Festival Internacional de Baalbek solo se pudieron disfrutar a través de internet, donde su difusión en vivo cosechó un récord histórico de 17 millones de espectadores, según los organizadores del evento.
El festival, fundado en 1956, retomará sus conciertos in situ en el complejo patrimonio de la Unesco de la mano de la artista libanesa Soumaya Baalbaki, que deleitará a los asistentes con un tributo a los grandes de la canción del país mediterráneo.
Durante cuatro noches, reverberarán en el Templo de Baco y el Templo de Júpiter sonidos indie, composiciones a piano acompañadas de danza sufí e incluso notas de flamenco a cargo del guitarrista español José Quevedo “Bolita”.
Con ello, el festival resurgirá una vez más de sus cenizas, como ya hizo tras tener que ser cancelado durante años, pospuesto o reubicado a otros lugares durante la guerra civil librada en el país entre 1975 y 1990, el conflicto con Israel en 2006 o la inestabilidad por las batallas en la vecina Siria en 2013 y 2014.
A lo largo de sus más de seis décadas de historia, el Festival Internacional de Baalbek afirma haber servido de trampolín para artistas de la talla de Fairouz, la gran diva de la canción libanesa, y haber ayudado a promocionar el valor cultural y turístico de la nación de los cedros.
En 2022, el país necesita más que nunca un impulso a estos sectores, en medio de la grave crisis económica que sufre desde hace casi tres años, con casi el 80 % de la población sumida en la pobreza y constantes desabastecimientos de productos básicos como combustible y electricidad.
Las autoridades libanesas han anunciado a bombo y platillo en las últimas semanas que este verano esperan la llegada de un gran número de turistas y miembros de la diáspora, después de que la última temporada turística pasase sin pena ni gloria debido a los efectos de la pandemia y la depresión económica.
La Unesco considera el complejo de templos de Baalbek, una antigua ciudad fenicia que todavía retiene vestigios de la época, como “uno de los santuarios más famosos del mundo romano”, civilización bajo la que la localidad alcanzó su apogeo.