El encuentro entre el ministro de Seguridad bonaerense, el intendente y el fiscal general apuntó a encauzar el rumbo. Preocupan las derivaciones que pueda tener el episodio del basural. Montenegro insiste en que sigue en gestiones por el Minella.
Por Ramiro Melucci
Conversaron durante más de una hora. Fue un encuentro ameno, sin reproches, en el que el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, el intendente Guillermo Montenegro y el fiscal general, Fabián Fernández Garello, repasaron la agenda de seguridad del distrito con la mira puesta en encauzar el rumbo en la prevención del delito después de la eclosión que generó la detención de José Segovia.
Que se había desviado fue una de las revelaciones tras la reunión. Lo dijo públicamente el fiscal, que ofició de anfitrión: en el último tiempo habían disminuido los patrullajes. Con un reflejo nítido en la cantidad de detenciones en flagrancia, es decir las que se realizan mientras se está cometiendo el delito, que habían caído notoriamente.
A la salida del encuentro, el ministro de Axel Kicillof anunció el fin de ese estado de situación cuando dijo que “la nueva conducción de la policía de Mar del Plata está garantizando muchísimo más patrullaje”.
La foto sirvió además para ratificar aquella máxima de Montenegro de que en el combate contra la inseguridad no debe haber grieta. Llegó en un momento en que empezaba a ponerse en duda, sobre todo tras los cambios operativos y de nombre que realizó la Provincia sin consultar al intendente. El municipio había dejado trascender su molestia, pero luego el propio Montenegro dijo que iba a colaborar en todo lo que fuese necesario.
Alonso no será su viejo amigo Sergio Berni, pero la imagen de ambos juntos transmite la intención de un trabajo coordinado y genera la expectativa de que eso se mantenga y dé los resultados esperados. Dependerá en buena medida de la mesa de coordinación de políticas locales, que juntaría a representantes de las dos jurisdicciones y la policía cada 15 días.
El vínculo no frena los cuestionamientos a Montenegro de los bloques del Concejo más cercanos al gobernador: un día después del encuentro en la Fiscalía, el de Acción Marplatense lo conminó a “ponerse al frente de la estrategia de seguridad en la ciudad”.
La misma bancada, a través de Eva Ayala, inició los cuestionamientos tras la pelea y el desmadre que terminó con un muerto en el basural. Junto al kirchnerismo, le adjudicó “abandono” del predio a la gestión local. En otro registro, Montenegro no dudó en ponerse del lado del policía aprehendido por el asesinato del recuperador. Idéntico posicionamiento al que tantas veces ha adoptado la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
Ahora las autoridades municipales y policiales ponen el foco en el predio de disposición final. Resolvieron reforzar la seguridad y que los camiones no arrojen la basura en el playón social en el que se desató la reyerta, al que concurren habitualmente los llamados recuperadores informales. Temen intentos de represalias. La tensión puede aumentar mañana: los días de semana es cuando más recuperadores concurren al predio.
Mientras en nombre del combate contra la inseguridad los gobiernos local y provincial apuestan al trabajo conjunto, en el resto de la agenda política perdura el juego de opuestos. Al lanzar la licitación para el edificio de la secundaria 50, el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, se acordó de los funcionarios marplatenses que hablan de discriminación. Al hombre de confianza del gobernador le respondió el del intendente, el senador Alejandro Rabinovich, con el recuerdo de la magra coparticipación provincial y la falta de ejecución de obras anunciadas.
Montenegro no dudó en ponerse del lado del policía aprehendido por el asesinato del recuperador. Idéntico posicionamiento al que tantas veces ha adoptado Patricia Bullrich.
Como los alcaldes del PRO, Montenegro volvió a pegar el faltazo en la firma del convenio con el gobernador para el tercer desembolso del Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal. Un ritual que el gobernador repite para mostrarse con los jefes comunales. Aunque no formó parte, a General Pueyrredon le corresponden $ 845 millones que las autoridades locales esperan recibir en los próximos días. La diferencia esta vez fue que Montenegro no subió el tono de la disputa, como sí lo hicieron otros jefes comunales del PRO. Hubo un comunicado conjunto en reclamo del envío de los fondos en tiempo y forma, pero sólo algunos lo llevaron a las redes sociales.
Antes de la reunión por la seguridad, el debate local aludió al estado del estadio José María Minella. Consecuencia natural del clásico entre Aldosivi y Alvarado, que lo colmó en sus tres cuartas partes habilitadas. Sonaron enseguida las voces críticas de Juan Manuel Cheppi, concejal del Frente Renovador y dirigente de Aldosivi, y Facundo Moyano, integrante de la comisión directiva de Alvarado.
El próximo viernes se cumplirán dos años del anuncio de que el municipio y la AFA trabajaban para que el Minella se convirtiera en la “casa de las selecciones nacionales”. En ese entonces, la intención oficial era firmar el convenio correspondiente “en 15 o 20 días” y luego enviarlo para su convalidación al Concejo.
Los días pasaron y la ilusión inicial se fue disipando. Ahora la oposición descree que se pueda concretar. “Claramente era una mentira”, sentenció el kirchnerista Vito Amalfitano. “¿Casa de selecciones o monumento al abandono?”, se preguntó el presidente del bloque de Acción Marplatense, Horacio Taccone. Más desapercibida, pero no menos contundente, resultó la definición de Facundo Moyano. “Tengo diálogo con el presidente de la AFA y sé que nunca hubo una intención real por parte del municipio de promover una inversión para reformar el estadio”, dijo a Canal 8.
El próximo viernes se cumplirán dos años del anuncio de que el municipio y la AFA trabajaban para que el Minella se convirtiera en la “casa de las selecciones nacionales”.
“¿Y las tres fotos de Guillermo con Tapia qué fueron?”, responden cerca del intendente. Aseguran que el diálogo con la AFA está abierto y que también hay conversaciones con otros posibles inversores. “Se necesitan entre 15 y 30 mil millones de pesos para arreglar el estadio y ponerlo en valor. No es algo que se pueda definir de un día para el otro en la Argentina de hoy”, se escudan. Está claro que los fondos no saldrán del presupuesto municipal.
La del Minella fue una de las consultas que más le hicieron a Montenegro los estudiantes de periodismo de Deportea, a donde concurrió el miércoles. “Seguimos trabajando en distintas posibilidades de proyecto”, respondió. “Es mucho más fácil con una entidad como la AFA porque tiene el contenido”, agregó, en alusión a las selecciones nacionales.
Mientras, el municipio sigue alentando el debate por los costos operativos de cada partido. “Los que nunca pusieron un peso en el estadio le apuntan a Montenegro”, les contestó el concejal Guillermo Volponi a Cheppi y a Moyano, y recordó que tanto Aldosivi como Alvarado usan “gratuitamente” el Minella. Lo dijo entre comillas porque para el municipio no es gratis: le cuesta cerca de “$ 2 millones por partido”.
Los futuros periodistas escucharon el primer comentario del intendente sobre esa discusión. Lo hilvanó con el futuro del estadio. Y fue más allá de lo que había ido Volponi: “Tiene que encontrarse una solución distinta, que es la que estoy buscando yo: que haya un privado que se haga cargo y que cada uno de los clubes piense en hacerse su cancha. No hay muchos clubes en la Argentina que no tengan su cancha”.