La causa estaba a cargo del fiscal Leandro Arévalo pero ya fue remitida a su par, Marcelo Yanez Urrutia, del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil. Tal como lo había adelantado LA CAPITAL, se determinó que el principal sospechoso de haber matado a Jorge Alberto Cabrera (53) tiene 17 años.
La investigación del homicidio de Jorge Alberto Cabrera (53), el puestero de Camet asesinado a fines de enero, pasó a la órbita de la Justicia de menores, luego de que, tal como lo había adelantado LA CAPITAL, se determinara que el principal sospechoso de haber cometido el hecho tiene 17 años.
La novedad fue confirmada a este medio por el fiscal Leandro Arévalo, quien llevó adelante la causa judicial al conocerse la noticia del crimen. Sin embargo, luego de reunidas distintas pruebas, al establecer que el presunto autor era un adolescente, este lunes remitió el expediente a su par, Marcelo Yanez Urrutia.
Según la instrucción preliminar, fue la misma familia del menor la que lo incriminó. La historia comenzó a desentrañarse con una aprehensión transitoria del joven días después del asesinato, por una resistencia a la autoridad.
Entonces, algunos miembros de su propio grupo familiar lo acusaron de violento, lo describieron como peligroso y pidieron a la policía que lo dejara detenido. Además aseguraron que lo que decían era tan cierto como que había participado en el crimen del “papero”, ocurrido entre la noche del 30 de enero y la madrugada del 31 en la costa, sobre las inmediaciones del Parque Camet.
Estas declaraciones fueron documentadas por la policía e informadas al fiscal de mayores, Leandro Arévalo, quien investigaba el asesinato y que para entonces ya tenía una línea de trabajo en ese sentido. Se sabía que Cabrera había ido a comprar droga a un “point” y que al regresar al puesto de papas en el que por las noches trabajaba como sereno, había sido asaltado y baleado por al menos dos jóvenes, uno de ellos adolescente.
Horas después del hecho, desde la Jefatura Departamental habían informado a la prensa que, en efecto, la víctima sufría una adicción a los estupefacientes y había mantenido en el pasado conflictos con varias personas. Además, las fuentes policiales precisaron entonces que la víctima “poseía procesos penales por robo agravado por escalamiento, encubrimiento agravado y lesiones”.