La artista marplatense fue pionera en las batallas de gallos, una disciplina que, asegura, marcó un antes y un después en su vida. Creativa, versátil, comprometida, se define como una mujer "deconstruida" que abrazó el feminismo por su propia historia de vida.
Por Claudia Roldós
“Mar del Plata es mi lugar ideal para componer y crear desde lo más profundo que encierro, siempre va a generarme lo mismo, pasen los años que pasen”, aseguró Joaquinha Lerena, conocida en el mundo de la música como “La Joaqui”. Su último video, Detox, grabado junto a Louly, la muestra en varios lugares de la ciudad, al igual que Falso amor (junto a Fili Wey).
Pionera femenina de las batallas de freestyle, debutó como actriz y tuvo un destacado papel en la segunda temporada de “El marginal”. Además de componer y desarrollar conceptualmente toda su obra musical, escribe, este año subió un nuevo peldaño en su carrera, siendo una de las figuras del Cosquín Rock virtual.
Sobre esta experiencia sostuvo que “fue un desafío. Siempre acostumbro en mis shows a tener un ida y vuelta con el público y voy accionando acorde a sus sensaciones, interactuando juntos, pero gracias a Dios encontramos la vuelta de rosca para sacar esa euforia desde otro lugar”.
Joaquinha nació en octubre de 1993 en Mar del Plata, de muy chica fue a vivir con su familia a Costa Rica y retornó al país en plena adolescencia. “Mi vida era un desastre, autodestructiva”, confió en una charla con LA CAPITAL, en la que también reconoció que el freestyle marcó “un antes y un después” para ella porque, con esa disciplina, “aprendí a exteriorizar lo que toda la vida reprimí”.
Fue la primera mujer en competir, en 2014, en el escenario de Red Bull. El aprendizaje, el camino, no fueron fáciles. Pero la posibilidad de expresarse, de hacer catarsis, de abrir su corazón y demostrar su talento le dieron fuerzas para seguir adelante, profundizar búsquedas, fusionar géneros. A pesar de moverse en un terreno hostil, la competencia la “salvó”. Se alejó de las drogas para poder dar lo mejor en las batallas.
Hoy, con más de 187 mil seguidores en Instagram y más de 41 mil suscriptores en su canal oficial de Youtube, sigue creciendo, conmoviendo y haciendo pensar con las letras que salen de su corazón y estéticas que contribuyen a profundizar los mensajes.
– Del rap, el mensaje, las palabras, la poesía están muy presentes en tus temas, pero además hay un trabajo desde lo musical, distintos tipos de sonidos. ¿Hay una búsqueda con sonidos orgánicos?
– Siempre trabajamos fuerte en lo conceptual, desde el día uno, incluso Original raxeta que fue uno de mis primeros temas a primer impacto habla de droga y descontrol pero profundizando quise crear un impacto de una mujer expresándose y accionando como cualquier masculino en el trap, generar ese quiebre de que las mujeres solo podemos hablar desde un solo lugar patriarcal para poder sonar. Desde el sonido, sin duda que mi stand by en la música fue para aprender y comprender lo orgánico de los instrumentos, conectarlo con mi música, desenvolverme con una banda y sumar muchos otros aspectos que estuve trabajando en mi interpretación musical. Siempre buscamos que, que por más básico o frívolo que se vea a primera instancia, en el fondo tenga un mensaje imponente y profundo.
– Fusionás géneros también, sobre todo rock…
– Amo el rock grunge, creo que tiene sonidos e instrumentos que generan que lo que uno diga golpee con un impacto más emotivo y profundo. La música es una responsabilidad y como disciplina nos corresponde como artistas respetar todos los géneros y expandirnos quebrando fronteras y creando puentes.
– Desde lo visual, tus trabajos también tienen un desarrollo complejo ¿cómo es el proceso creativo de tus temas, sus estéticas, que han variado a lo largo del tiempo?
– La parte visual es muy importante porque es un canal más de comunicación con el espectador. Me gusta mucho buscar la forma visual de romantizar hechos nada románticos, por ejemplo: “Cuantas veces” es una canción que habla de la violencia de género pero buscamos darle una estética dulce y tierna para que el oyente comprenda que la maldad no siempre es explícita, el diablo tiene muchas máscaras y las cosas más nocivas también se disfrazan de amor.
Mirá el video de “Cuantas veces”:
– ¿Sos consciente de que tus letras, las experiencias, sentimientos y sensaciones que describen y transmiten, generan identificación en muchas personas que las escuchan? ¿Es algo que buscabas o te pesa?
– Este año, más que nunca, me han llegado muchos comentarios de este tipo y me llena el alma. En primera instancia con mis creaciones busco desahogar mi corazón, cerrar ciclos, exteriorizar mis secretos más bellos y oscuros. Muchas veces en mi crecimiento me sentí sola e incomprendida, recibir esta clase de comentarios se siente como una realización humana, ya que me genera la sensación de que otras personas en este mundo comprenden mi dolor y, aun más importante, lo abrazan.
– ¿Qué significa el freestyle para vos?
– El freestyle para mí es todo, mi vida fue un antes y un después del freestyle. Mi vida antes del freestyle era un desastre y autodestructiva. Desde que el freestyle me dio un espacio para volcar mi corazón pude salir adelante de los vacíos emocionales que me impedían crecer.
– ¿Sufriste el tener que remarla por ser mujer en el género o haber encontrado tu medio de expresión, de catarsis lo superaba?
– Siempre ser mujer fue un desafío, siempre mi talento fue justificado por quién tuve al lado y eso fue lo que más me costó, que el mundo me marginara por querer a alguien que desenvuelve las mismas pasiones que yo. El amor siempre va a ser la revolución más grande. Las únicas 3 parejas que tuve en mi vida fueron artistas y siempre se utilizó este sentir para desmerecer mi sacrificio y talento, incluso cuando mi difusión y alcance era más grande y expansivo que algunas de estas historietas. Cuando uno es artista lo es 24-7, es muy difícil compartir tu vida con alguien que no viva las mismas pasiones y tiempos que vos, no por cuestión de fanatismo o necesitar, sino porque cuando amás tanto rapear solo hablas de rap, solo escuchas rap, solo escribís, freestyleas y para una persona que no ejerce el mismo desvivir que vos es difícil no cansarlo con el mismo tema, pues pasión es pasión (risas). Yo agradezco mucho el crecimiento emocional que me brindaron, pero hoy en pleno 2020 me siguen atacando con que mi talento se lo debo a los demás, cuando todo lo hice sola, jamas pedí nada, desde mi composición hasta mi difusión. Todas las batallas en las que participé fueron por clasificatorias ganadas por mí, de hecho gente de mi entorno en las batallas me votaban en contra, por miedo a que la gente diga que me votaban por ser yo, crecer bajo una sombra me gusta, todo cuesta el doble.
– ¿La práctica, las competencias en ese contexto te ayudaron con la mirada aguda, te curtieron?
– El freestyle fue mi hogar, fue la cuna de mi artística, fue el primer espacio que encontré para desahogarme emocionalmente y es muy importante para mí, ya que con el freestyle aprendí a exteriorizar lo que toda la vida reprimí.
-¿En qué momento abrazaste al feminismo?
– Agradezco a Dios por las difíciles pruebas que puso en mi camino, vengo de una familia con pensamiento bastante retrógrado y desde chica pensaba de manera muy machista, hasta que la vida me puso en una situación de violencia muy fuerte y aprendí, me deconstruí, las mujeres abrazaron mi dolor, me ayudaron a salir de ahí y a cambiar el lugar en el que yo misma me ponía por muchas cuestiones mal aprendidas. Me volví feminista con mi propia historia y hoy en día agradezco haber salido de esa mentalidad patriarcal y cerrada que no pertenece en absoluto a mi yo actual.
– ¿Te gustaría escribir un libro? ¿Te lo has planteado?
– Claro que si, de hecho llevo años redactando uno que es formato universal, es decir que encontrarán desde cuentos, poesías, frases hasta páginas de diario íntimo. Espero algún día animarme a sacarlo…
Detox” y un nuevo EP en camino
“Perdón, mami, por mi vida loca”, “Llamalo como quieras”, “Mala yo”, “Maldita Bendita”, fueron los primeros temas que La Joaqui dio a conocer, seguidos de otros como “Gaucho”, “No me dejes” y “No siento nada”.
Su encuentro con Cazzu, además de forjar una gran amistad, generó el tema “Ay Pá”, que se convirtió en un hit.
También tuvo colaboraciones con El Flaco y Color.
“Ganster”, “Falso amor”, “Querido rey”, tienen gran repercusión en las redes.
En 2019 lanzó su disco Harakiri, con temas como Veneno, Por y Para, Nadie, Caramelo, Cuantas Veces, Dicen por Ahí, Rocho y Mi Amor, en colaboración con Fili Wey.
En agosto, irrumpió en todas las plataformas Detox, con Louly. Producido por el reconocido Omar Varela, este tema que nace en plena cuarentena, fusiona el trap, R&B y hip hop.
“Lo que más me agradó de trabajar con Louly fue esa conexión natural con la otra parte, respeto y admiración mutua. Nos trajo sólo sensaciones lindas y una amistad leal”, destacó La Joaqui.
Ahora, la artista está trabajando en los últimos detalles de un EP que se lanzará próximamente. “Es un EP de trap sucio con colores rockeros en sus armonizaciones. También viene acompañado de un featuring con un artista con el que empatizo mucho con su mensaje y su arte, es de mis favoritos en la actualidad”, adelantó.
Mirá el video de “Detox”: