No descartan manifestarse y cortar la calle "como han tenido que hacer en otros barrios", aseveraron. Las medidas que se toman "no han servido para solucionar el problema".
El barrio Las Heras es uno de los más populosos y más desfavorecidos de la ciudad.
Se encuentra habitado por gran cantidad de familias humildes y de trabajo y sufren a diario por la falta de iluminación, calles en pésimo estado, falta de mantenimiento, pero lo que más los preocupa es la inseguridad que, a la vez, les genera otros problemas, como el corte de los servicios de transporte o no contar con ningún puesto de recarga de la tarjetas para acceder al colectivo.
“La inseguridad es el problema que nos afecta a todos y es cada vez peor”, sostuvo un vecino, integrante de la Asociación Vecinal de Fomento, que reconoce que hay puntos estratégicos en los que la inseguridad no conoce descanso.
En la zona aseguran que han planteado su preocupación por la situación en reiteradas oportunidades y que no se descarta la posibilidad de realizar manifestaciones y cortes de calle para dar visibilidad a la situación “como ya han hecho en Playa Chapadmalal y otros barrios”.
Uno de los focos más problemáticos es en la manzana de Peralta Ramos, Calabria, Reforma Universitaria y Gutenberg -a una cuadra de la escuela Nº 74- que, los vecinos aseguran, se ha convertido en “un aguantadero” de delincuentes, que sufren docentes y estudiantes que acuden al centro educativo.
“Ahí se había instalado la cooperativa que tenía que hacer unos trabajos de arreglo de calles en el barrio, el convenio terminó, las obras no se concluyeron, el lugar fue abandonado y quedó una montaña de tierra y basura en la que se esconden los delincuentes” describió el vecino, quien asegura que éste y otros problemas han sido planteados en numerosas oportunidades a las autoridades.
La situación en la zona es cada día peor y los vecinos han reclamado que el destacamento móvil de la policía, se traslade a la escuela “que tiene lugar”, para ofrecer un poco de tranquilidad a la comunidad educativa.
Otro de los puntos conflictivos es Vignolo y Gutenberg, donde, aseguran, suelen disponer un móvil policial, pero “no soluciona el problema, la inseguridad ya no conoce día y noche en el barrio”.
“Los vecinos están con miedo, los asaltos son cosa de todos los días y muchos no tienen para el colectivo, para ir a la comisaría decimosexta a hacer la denuncia” reconoció el vecinalista.
Otro de los problemas más graves derivados de la inseguridad, es el corte del servicio de transporte público de pasajeros. “El 523, 525 y 591 no entran y el 93, por la noche da una vuelta tan grande y pasa cada 40 minutos, que muchos vecinos tienen que tomar dos combinaciones porque llegan tarde a todos lados”.
El estado de las calles es otro de los motivos por los que los colectivos no entran al barrio. “Ni las calles troncales están en condiciones”. Los vecinos aseguran que han llamado a vialidad y “nos dicen que no tienen máquinas ni materiales para arreglar”, indicaron.
Los asentamientos precarios, de familias que no tienen ningún tipo de sostén, son numerosos en la zona y, últimamente, “se está formando un nuevo asentamiento, con casillas en el sector en que Génova se une con la diagonal”.
Polideportivo
El acceso al polideportivo del barrio (inaugurado el año pasado en Fortunato de la Plaza y Rufino Inda) también es un problema para los vecinos de la zona. “El polideportivo es una gran cosa, muchos vecinos usan la pileta y están contentos”, pero el acceso, sobre todo cuando oscurece, es complicado y la calle para ingresar “está en pésimas condiciones”, pero, una vez más, indicaron que las autoridades municipales aseguran que no tienen máquinas ni insumos para mejorar la situación.
El barrio, a pesar de ocupar una gran cantidad de manzanas y tener una importante densidad de población, tiene mucho movimiento durante el día, pero las calles quedan vacías cuando cae el sol y todos los que pueden buscan el refugio de sus casas antes de que se haga de noche.